Según un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Riverside, el uso de la Inteligencia Artificial, específicamente ChatGPT-3, consume aproximadamente dos litros de agua para responder entre 10 y 50 consultas, lo que representa un aumento significativo respecto a las estimaciones previas, generando preocupación sobre el impacto ambiental de estas tecnologías.
Patricia Paulet, subdirectora de las Facultades de Ingeniería y Tecnología de IDAT, destacó que es fundamental considerar el impacto ecológico de la IA, dado que Microsoft utiliza 700,000 litros de agua en sus servidores en Estados Unidos solo para entrenar GPT-3. Esto subraya la necesidad de encontrar alternativas más sostenibles para el almacenamiento de datos de la IA.
Los modelos de lenguaje como GPT-3 requieren recursos considerables tanto para su entrenamiento como para su operación diaria, ya que los servidores en centros de datos deben procesar grandes volúmenes de información, lo que genera calor y demanda grandes cantidades de agua para su refrigeración. Es relevante señalar que el agua utilizada debe ser potable, ya que las impurezas pueden dañar los equipos.
El Instituto de la Ingeniería de España (IIE) señala que el uso de ChatGPT consume tres veces más energía que una búsqueda en Google. Además, los investigadores de las universidades de Riverside y Arlington señalaron que cada consulta de la IA consume 500 ml de agua.
El consumo de agua y energía es especialmente elevado en zonas cálidas, donde el enfriamiento adicional requiere grandes cantidades de electricidad para mantener los servidores en óptimas condiciones.
Consumos agigantados de agua
En Estados Unidos, con más de 5,000 centros de datos, se estima que la demanda de agua de los nuevos centros en los próximos cinco años podría igualar el consumo de una población de 500,000 personas, según Water UK.
Las principales compañías tecnológicas también han reportado incrementos en su consumo de agua, con Google y Meta aumentando en un 17 % y Microsoft en un 22.5 %.
Amazon, por su parte, no publica sus cifras de consumo hídrico. Los expertos sugieren que las empresas de IA deberían optimizar sus algoritmos y distribuir mejor sus cargas de trabajo en regiones con un uso más eficiente del agua.
Vías para un gasto más sostenible
Algunas compañías están adoptando medidas para reducir este impacto. Google, por ejemplo, ha logrado reducir en un 40% su gasto energético en refrigeración gracias a su división DeepMind, lo que ha mejorado la eficiencia en la gestión de datos.
Digital Realty utiliza agua no potable, como agua de lluvia, para sus operaciones, mientras que Iceotope ha implementado un sistema de «refrigeración líquida de precisión» que captura casi todo el calor generado por los servidores, eliminando así la necesidad de agua para el enfriamiento.
Se espera que las grandes empresas de IA adopten métodos más sostenibles en los próximos años, asumiendo su responsabilidad social y reduciendo su huella hídrica para preservar los recursos limitados del planeta.