
El oro alcanzó un nuevo máximo histórico el martes, impulsado por las expectativas de una mayor flexibilización de la Reserva Federal y la persistente debilidad del dólar. Los mercados se posicionan para dos recortes más de los tipos de interés antes de fin de año, pero la cautela de varios responsables políticos ha recordado a los inversores que la inflación sigue siendo una limitación, lo que modera las apuestas por una flexibilización agresiva.
- Las declaraciones de Powell hoy y los datos del PCE del viernes serán fundamentales para configurar la dirección a corto plazo.
Paralelamente, los factores estructurales que impulsan la demanda siguen siendo el centro de atención. Los ETF respaldados por oro atrajeron 35,5 toneladas la semana pasada, lo que reforzó el optimismo. Además, los informes de que China pretende actuar como custodio de las reservas soberanas de oro extranjeras subrayan la ambición de Pekín de ampliar su influencia en el mercado del oro y reducir su dependencia de los centros financieros occidentales.
En combinación con las compras constantes del Banco Popular de China, la iniciativa pone de relieve la importancia de la demanda de los bancos centrales como pilar de apoyo a largo plazo.
Mientras tanto, la política monetaria mundial sigue siendo en general favorable para el metal. Se espera que el Banco Nacional Suizo mantenga los tipos de interés en el 0 % esta semana, lo que se suma a un contexto mundial de rendimientos moderados que favorece a los activos sin rendimiento, como el oro.
- Las fricciones geopolíticas siguen anclando los flujos hacia los valores refugio. La escalada de violencia en Gaza y las nuevas incursiones rusas en Europa del Este respaldan una apuesta defensiva por el oro.