
- El último recorte de tasas de interés de la Reserva Federal hoy fortalece los argumentos para dos reducciones adicionales en 2026, a pesar del tono deliberadamente cauteloso del banco central.
La decisión de hoy confirma que la política monetaria estadounidense ha entrado en una fase de flexibilización que aún no está completa. Este recorte de tipos confirma nuestra opinión de que la política restrictiva está dando paso a una recalibración más lenta y mesurada, El lenguaje de la Fed es intencionadamente agresivo, pero las señales subyacentes siguen apuntando a una mayor flexibilización el próximo año.
- La Fed redujo los costos de endeudamiento en un cuarto de punto porcentual, llevando su tasa de referencia a un rango de entre 3,5% y 3,75%. Los funcionarios acompañaron la medida con mensajes destinados a moderar las expectativas de una rápida acción de seguimiento, una combinación que rápidamente se describió en los mercados como un recorte agresivo.
- Un recorte drástico es un sello distintivo de un banco central que gestiona la transición, refleja un desacuerdo sobre el momento oportuno, no sobre la dirección. La Reserva Federal está flexibilizando la política monetaria mientras intenta evitar que las condiciones financieras se relajen demasiado rápido.
- La división interna en el comité encargado de fijar las tasas sigue siendo evidente. Algunos responsables políticos argumentan que se necesitan más recortes para evitar una desaceleración más profunda del mercado laboral, donde el crecimiento del empleo se ha debilitado notablemente este año.
- Otros advierten que la inflación podría permanecer por encima del objetivo, en particular con los aranceles introducidos por el presidente Donald Trump que están haciendo subir los precios en todos los sectores de la economía.
Esta división explica por qué es improbable que la Fed adopte una estrategia agresiva, pero también por qué mantener las tasas estables durante demasiado tiempo conllevaría riesgos. La política monetaria sigue siendo restrictiva en términos reales, si la contratación continúa enfriándose y la inflación no se acelera nuevamente, mantener las tasas en los niveles actuales hasta 2026 endurecería las condiciones por defecto.
- La dinámica del mercado laboral constituye un pilar fundamental, la debilidad del empleo suele desarrollarse gradualmente antes de hacerse visible en las cifras generales. Una vez que las empresas ralentizan la contratación y reducen la rotación laboral, el impulso rara vez se revierte rápidamente.
- La Reserva Federal está actuando en función del riesgo prospectivo para cuando el deterioro se hace evidente, el coste de la demora aumenta drásticamente. Dos recortes el próximo año reflejarían gestión del riesgo, más que urgencia.
- Las preocupaciones inflacionarias, si bien válidas, tienen un perfil diferente al de las fases anteriores del ciclo de ajuste. Las presiones arancelarias elevan los precios, pero no generan un impulso impulsado por la demanda. En consecuencia, el aumento de las tasas ofrece una compensación limitada.
- La política monetaria no puede revertir los efectos arancelarios, lo que sí puede hacer es agravar el lastre del crecimiento si se mantiene excesivamente restrictiva. Esta asimetría aumenta la probabilidad de nuevos ajustes una vez que la inflación se estabilice en lugar de acelerarse.
- Otro factor que refuerza el pronóstico es la inminente transición de liderazgo en la Reserva Federal. La decisión de hoy se produce antes del anuncio del nuevo presidente, tras la confirmación del presidente Trump de que se realizará una nominación a principios del próximo año. El mandato de Jerome Powell finaliza en mayo, lo que marca un delicado relevo institucional.
- Estas transiciones suelen favorecer la continuidad. Los nuevos líderes rara vez empiezan con cambios abruptos y los cambios medidos y escalonados en el tiempo permiten que la credibilidad se mantenga entre administraciones. Esto hace que una serie de recortes modestos sea más probable que una pausa prolongada.
- Las condiciones financieras también abogan por una mayor flexibilización. Los sectores sensibles a los tipos de interés siguen sometidos a presión, mientras que la disponibilidad de crédito sigue siendo limitada para las pequeñas empresas. La fijación de precios de mercado por sí sola no puede resolver estas limitaciones sin un seguimiento de las políticas.
Validar parte del ajuste mediante medidas reduce el riesgo de un ajuste desigual, dos recortes a lo largo de 2026 mantendrían la política monetaria disciplinada. La decisión de hoy debe considerarse una confirmación de la trayectoria, no una conclusión. No fue un paso final, fue un paso controlado en un proceso más largo.
El recorte agresivo de la Fed no cierra la puerta a una mayor flexibilización. Esto refuerza nuestra expectativa de que el próximo año habrá reducciones adicionales a medida que la política se alinea más estrechamente con un mercado laboral en desaceleración y un panorama de liderazgo cambiante.