Por Jorge Delgado Aguirre, Presidente de Asomif
La fortaleza del Perú y de su economía está en la fuerza y diversificación de nuestros emprendedores ya que podemos decir que el 90% del empresariado peruano está constituido por estos emprendedores generando el 21% del PBI y el 84% del empleo en el país y es por quienes las microfinancieras han venido apostando por más de 30 años.
Súbitamente todo cambió a raíz de la pandemia en marzo del 2020. Por el lado de las mypes la demanda se vio duramente afectada y, por el lado de las microfinancieras, el modelo de negocio se afectó, se suspendieron los ingresos al reprogramar los créditos y la restricción de circular por las calles limitó muchísimo la labor de los promotores. Mypes y asociadas hemos pasado por momentos difíciles de los que afortunadamente venimos saliendo, sin embargo, es imperiosa la ayuda del Gobierno en programas tipo Reactiva que estén al alcance de las mypes a tasas realmente beneficiosas para la industria. Recordemos el principio que ‘empresario es todo aquel que invierte desde S/1 como el que invierte millones’.
Hay instituciones donde la mora creció en 20%, sin embargo, el 90% de ésta se recuperó demostrando la MYPE que todo lo que se requería era una oportunidad para salir adelante.
Hay que mencionar la ley que regula la tasa máxima que se debe cobrar en los productos del activo (préstamos). Con el acentuado incremento de las tasas de interés en los depósitos a plazo, que en algunos casos llega a los dos dígitos, y un enfriamiento de la economía, aplicando las tasas máximas es imposible que todos tengan acceso al crédito.
Este factor excluyente es desincentivador a formar y mantener una MYPE ya que éstas, debido al riesgo que representa a la institución, se ven obligadas a recurrir a medios informales de agio y usura, o del préstamo denominado gota a gota donde las tasas de interés pueden llegar al 800% y con métodos de cobranza que realmente atentan contra la vida del deudor.
Esta Ley N° 31143, que aparentemente protege de la usura a los consumidores, lo que hace es empujarlos por necesidad a ese mercado informal. Esta ley debiera derogarse incentivando la libre competitividad en el mercado, la cual ha demostrado con los años que consistentemente ha ido bajando las tasas de interés.
(*) Asomif está conformada por 21 asociadas, todas reguladas por la SBS, entre las que figuran las Cajas Rurales, Edpymes, Financieras, Fogapi, Caja Trujillo, Caja Piura, Mibanco y Alfín Banco.