El mercado de factoring alcanzó S/ 43,069 millones, impulsado por la demanda de liquidez en las MYPE. Sin embargo, Lima y Callao concentran el 87.6% de las operaciones, mientras que regiones clave como Piura y Arequipa apenas representan el 7.8%.

(*) Artículo publicado en la edición 233 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M233.pdf.
El factoring se ha posicionado como una solución financiera clave para las micro y pequeñas empresas (MYPE) en Perú, ofreciendo liquidez inmediata mediante la cesión de cuentas por cobrar. En 2024, el mercado peruano de factoring registró un volumen negociado de S/ 43,069 millones, mostrando un crecimiento del 13% respecto al año anterior, según datos sectoriales.
A diferencia del crédito tradicional, donde la evaluación se centra en el historial del solicitante, el factoring traslada el riesgo al deudor de la factura. “Esto permite que empresas sin historial crediticio o con calificaciones bajas accedan a financiamiento”, explicó Diego Vargas Romero, Commercial Manager de MicroRate.
“No es casual que el 80% de los usuarios sean MYPE”, añadió el ejecutivo, destacando el rol inclusivo de este instrumento.
Pese a su dinamismo, el factoring peruano presenta importantes asimetrías. Lima y Callao concentran el 87.6% de las operaciones, mientras que regiones productivas como Piura, Arequipa, La Libertad e Ica apenas representan el 7.8% del total, a pesar de su importancia en sectores como agroexportación y comercio.
La penetración también muestra margen de mejora: representa solo el 4% del PBI, porcentaje muy inferior al 16% de Chile o 26% de España, según APEFAC. Además, de todas las facturas registradas en SUNAT, solo el 3% se negocian actualmente, dejando un amplio espacio para crecer.
Concentración y barreras por superar
El mercado está dominado por los bancos (73%), seguidos de empresas especializadas (18%) y otros intermediarios (9%), con mínima participación de microfinancieras. Esta concentración se suma a otros obstáculos como la reticencia de algunos pagadores a aceptar facturas negociadas y los lentos procesos judiciales para recuperar impagos.
Expertos como Vargas Romero destacan la necesidad de acciones concretas: mayor educación financiera para MYPE, incentivos para descentralizar el servicio, agilización de procesos legales y la incorporación de más actores no bancarios.
“Perú tiene todo para convertirse en un mercado de factoring maduro, pero requiere esfuerzos coordinados entre sector público y privado”, dijo.
De acuerdo con el especialista de MicroRate, existen varios retos clave que deben ser abordados para impulsar el crecimiento sostenido de este mercado y reducir estas brechas:
1. Mayor difusión y educación sobre el factoring
Es necesario promover campañas de información tanto en Lima como en otras regiones, lideradas no sólo por el Estado, sino también por asociaciones empresariales, entidades financieras y fintechs. Aún existe un alto grado de desconocimiento entre micro y pequeños empresarios sobre las características, beneficios e incluso la existencia del factoring como herramienta de financiamiento.
2. Mayor formalización y digitalización de las MYPE
Dado que las facturas deben ser electrónicas para ser negociables, se requiere avanzar en la formalización y digitalización de las micro y pequeñas empresas. El uso de herramientas tecnológicas y la emisión electrónica de comprobantes permitirían su acceso a este tipo de financiamiento.
3. Ingreso de nuevos participantes y consolidación de la oferta
El sector cuenta con un gran potencial de expansión, por lo que hay amplio espacio para nuevos actores. La incorporación de más instituciones como cajas municipales y cooperativas —que operen dentro de sus áreas de influencia— permitiría ampliar la cobertura geográfica, mejorar la liquidez y ofrecer condiciones más competitivas.
Asimismo, existe espacio para ampliar el alcance de los actores actuales, muchos de los cuales enfrentan limitaciones debido a la falta de liquidez. En este contexto, las agencias calificadoras de riesgo desempeñamos un rol clave, ya que nuestras calificaciones facilitan el acceso a financiamiento tanto local como internacional y fomentan el reforzamiento interno.
4. Fortalecimiento del marco legal
Un marco legal más robusto es esencial para garantizar la eficacia en los procesos de cobranza, así como la participación obligatoria de los deudores en la aceptación de facturas. Esto brindaría mayor seguridad jurídica a todos los actores del sector.
5. Desarrollo de una oferta innovadora
El diseño de productos adaptados al perfil y necesidades de las empresas facilitaría un mayor posicionamiento del factoring.
Por ejemplo, podrían implementarse líneas de factoring preaprobadas para los mejores pagadores, lo cual permitiría a sus proveedores descontar facturas de forma ágil y segura. Asimismo, se podrían ofrecer productos más integrales, como la financiación de procesos de transformación digital, acompañados de líneas de factoring especialmente diseñadas.
“En definitiva, el factoring se viene consolidando como una herramienta fundamental para promover el crecimiento y la creación de oportunidades para las micro y pequeñas empresas. A pesar de los desafíos existentes, su potencial para transformar la economía de los emprendedores es considerable, ya que no sólo facilita el acceso a liquidez, sino que también impulsa su empoderamiento mediante la formalización y digitalización de sus operaciones. Esto contribuye a la construcción de un entorno empresarial más inclusivo y dinámico, promoviendo el progreso económico de todo un país”, concluyó.
