
El petróleo se negoció en un tira y afloja entre el riesgo de interrupción a corto plazo y un equilibrio cada vez más pesado a medio plazo. En cuanto al riesgo, los ataques con drones de Ucrania alcanzaron Primorsk, en Rusia, una de sus principales terminales de exportación del Báltico, lo que obligó a suspender temporalmente las cargas y afectó a las estaciones de bombeo vinculadas a Ust-Luga. El episodio reavivó la prima por «interrupción del suministro» tras un bache esta semana, recordando a los operadores que el flujo de exportaciones de Rusia sigue siendo vulnerable a las noticias impactantes.
Pero el repunte se topó con una avalancha de rumores sobre el excedente. El informe de septiembre de la AIE elevó su previsión de crecimiento del suministro para 2025, citando tanto las aportaciones de la OPEP+ como las sólidas aportaciones de países no pertenecientes a la OPEP (Estados Unidos, Canadá, Brasil y Guyana), y advirtió de que las reservas podrían aumentar a un ritmo «insostenible» hasta finales de 2025/26 si el grupo sigue adelante con los aumentos previstos en un contexto de demanda débil. Ese tono contribuyó a consolidar la idea de que el sesgo estructural ha pasado del «riesgo de escasez» al «riesgo de exceso de oferta».
Los datos semanales de EE. UU. reforzaron esa narrativa. La última instantánea de la EIA mostró un aumento considerable de las reservas de crudo junto con una utilización muy alta de las refinerías, lo que demuestra que el suministro interno sigue siendo abundante incluso ahora que el pico de verano está remitiendo. El aumento de las reservas atenúa el impacto de los temores geopolíticos en los precios y hace que las subidas sean más difíciles de mantener sin un impulso claro de la demanda.
La política y la macroeconomía siguen marcando las pautas. Los mercados se posicionan para una bajada de tipos por parte de la Fed el 17 de septiembre, lo que, si debilita el dólar, mejoraría ligeramente la oferta financiera del crudo. Sin embargo, ese factor positivo compite con el cambio en la gestión de la oferta de la OPEP+, que se inclina hacia una reducción gradual de los recortes voluntarios durante el próximo año, una trayectoria que ahora esperan varias entidades de venta y que, mecánicamente, añade barriles al ritmo de crecimiento de la demanda que la AIE considera modesto.
En resumen: una política más flexible ayuda, pero no compensará por completo una base de suministro en rápido crecimiento.