“Estoy seguro de que, con una estrategia unificada que comprometa al Estado y al sector privado, la formalización puede dejar de verse como una obligación para convertirse en un verdadero motor de crecimiento”.
(*) Artículo publicado en la edición 228 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M228.pdf.
En el Perú, la informalidad es una constante con la que convivimos desde hace muchos años y que afecta nuestro crecimiento y bienestar. Hoy, más del 60% de las mypes son informales y, aunque operan con aparente normalidad, conviven con diversos riesgos que condicionan su desarrollo como empresas.
La buena noticia es que tenemos la oportunidad de revertir esta situación, pues 9 de cada 10 empresarios informales tienen la intención de dar el paso a la formalidad.
Así lo confirma el estudio “Radiografía de la informalidad en el Perú” elaborado por Mibanco y el Banco de Ideas Credicorp con el apoyo de Ipsos. Un documento que busca ofrecer una visión más clara sobre las creencias, barreras y expectativas de los emprendedores informales, permitiéndonos entender aún mejor sus necesidades y objetivos.
La intención de ser formales es alta, pero ¿Cómo hacer que esta se convierta en realidad? Los emprendedores valoran poder acceder a préstamos en el sistema financiero (el beneficio principal de la formalidad para el 32%), la estabilidad de sus negocios y la posibilidad de atraer más clientes. Sin embargo, el proceso de formalización les impone algunos obstáculos.
Por ejemplo, expresan que falta información clara y sencilla sobre los pasos que deben seguir, como para obtener un RUC, emitir comprobantes de pago y pagar impuestos. Además, perciben el proceso como costoso, tanto en términos de tiempo como de dinero, con aportes a un Estado que, a su entender, discrimina a los negocios más pequeños.
El costo de la formalidad es la mayor barrera para un 64% de entrevistados. Sin embargo, no es un problema sin solución. En el estudio, el 40% indicó que se animaría si se reducen los costos, mientras que un 33% mencionó que simplificar los trámites también sería un gran incentivo.
La meta de conseguir una mayor formalización de las mypes está clara, pero es vital que tanto el sector público como el privado puedan trabajar juntos para encontrar la mejor ruta. Reducir trámites y costos, considerando el tamaño de los negocios, ofrecer acompañamiento y construir plataformas digitales accesibles son acciones que podrían funcionar, complementadas con planificación y voluntad.
Desde el sector financiero, también asumimos nuestra responsabilidad. Expandir el acceso al crédito y ofrecer más productos diseñados para las necesidades de estos emprendedores puede animar a que muchos decidan formalizarse.
La educación financiera también es un pilar esencial en esta ruta. Muchas mypes no solo necesitan financiamiento, sino herramientas útiles para gestionar ese dinero y el crecimiento del negocio. La promoción de capacitaciones en administración y ventas puede ser tan valiosa como otorgar un crédito ya que, con conocimientos, los empresarios pueden sentirse mejor preparados para enfrentar los retos de ser formales.
Formalizar un negocio va más allá de cumplir con las normas: Es una oportunidad de crecimiento y estabilidad. Por eso, es momento de contribuir a los objetivos de los emprendedores. Estoy seguro de que, con una estrategia unificada que comprometa al Estado y al sector privado, la formalización puede dejar de verse como una obligación para convertirse en un verdadero motor de crecimiento.