(*) Artículo publicado en la edición 215 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M220.pdf.
Por Javier Parker Chávez
javier.parker@microfinanzas.pe
A inicios de octubre, durante un evento empresarial en Argentina, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, expuso sobre el éxito que tuvo el Perú en los años noventa del siglo pasado para controlar la hiperinflación y sentar las bases de lo que sería el gran crecimiento económico y la masiva reducción de la pobreza que hubo en el país, principalmente, en la primera década de este siglo.
Durante su presentación se refirió a un hecho que, al menos desde el ámbito financiero, representa en forma muy precisa lo que ha sido el devenir político del país en los últimos 12 años; y que ha desencadenado la lamentable realidad que tenemos ahora, una economía en recesión tras acumular dos trimestres consecutivos en rojo.
En el primer y segundo trimestre de este año, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó en 0,4% y 0,5%, respectivamente y, aunque quizá el ministro de Economía y Finanzas, Álex Contreras Miranda, no quiera admitirlo, eso técnicamente es una recesión.
En julio y agosto el retroceso fue de 1,29% y 0,63%, en cada caso, y acumuló desde enero una caída de 0,58%. No hay razones para creer que septiembre haya sido mejor, por lo que el tercer trimestre también habría sido negativo y, probablemente, todo el año lo será.
Si exceptuamos el desplome económico del año 2020 por la paralización del aparato productivo debido a la pandemia, y su consiguiente rebote en el 2021 cuando se reanudaron las actividades productivas, este 2023 podría reportar la primera caída del PBI en 25 años.
En realidad, no hay nada de qué sorprenderse, estaba claro que esto iba a ocurrir desde que se dejó de apostar por la inversión privada y se atentó sistemáticamente en contra de la minera.
Pero ¿a qué se refirió el presidente del BCR durante su presentación en Argentina? Como publicamos en Microfinanzas.pe el 5 de octubre, aseguró que la decisión que tomó el Congreso en el año 2021 de poner topes a las tasas de interés de los créditos MYPE y de consumo fue “una medida torpe, tonta, pero es popular en muchos países”.
Explicó, en forma concisa, lo que representó la llamada Ley de Usura para la población más vulnerable: “En realidad, destruye a los créditos muy bajos. El típico crédito de los bancos está excluido”.
Y agregó que las instituciones microfinancieras muy pequeñas han quedado completamente imposibilitadas de dar crédito al sector rural y al informal. Es decir, los congresistas del periodo extraordinario 2020-2021 perjudicaron a los que supuestamente pretendían proteger.
Ahora muchos admitirán, en voz baja, que fue un error aprobar esa ley que ha disparado, literalmente, la informalidad del microcrédito bajo la modalidad ‘gota a gota’. Sin embargo, muy pocos tendrán el valor de hablar claro y pedir su derogación en el Congreso.
La afirmación de Velarde sobre las consecuencias de la Ley de Usura puede extrapolarse a lo que han sido, por ejemplo, las razones por las que elegimos a nuestras autoridades en los últimos años, es decir, argumentos populistas que terminan siendo perjudiciales para la población más vulnerable. Ello sin contar a los que optaron por el antivoto y cuya responsabilidad en lo que está pasando con la economía del país es aún mayor porque eran conscientes de lo que hacían.
También podría extrapolarse al presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, quien presumiblemente sabe que son falsos los argumentos con los que se paralizó el proyecto cuprífero Tía María, y conoce que su construcción es necesaria para el crecimiento económico del país, como tantos otros proyectos mineros igualmente paralizados.
Sin embargo, al afirmar recientemente que no se encuentra en la agenda del Gobierno, abdicó de su responsabilidad como autoridad de hablar claro frente al populismo y la demagogia. Los resultados negativos los vemos ahora en la economía y los seguiremos viendo por muchos años más si no hacemos nada por evitarlo.
Para ello, debemos empezar por exigir que nos hablen claro en temas económicos, pero, sobre todo, tenemos que aprender a elegir a las autoridades que estén dispuestas a hacerlo, de lo contrario, el costo seguirá siendo muy elevado, tanto como el de un crédito ‘gota a gota’.
Queremos saludar a los participantes del Congreso Internacional de Microfinanzas (CIM) que organiza la FEPCMAC junto a Caja Tacna. Esta edición de Microfinanzas que reciben en su versión impresa ha sido especialmente preparada para el evento.
Finalmente, queremos agradecer a todos nuestros lectores que han hecho posible que la edición de septiembre de Microfinanzas haya superado las 600 mil descargas únicas en su versión PDF a los pocos días de su publicación, un nuevo hito para la revista del sistema financiero peruano.