
Es probable que el dólar estadounidense continúe debilitándose esta semana, extendiendo su reciente caída, ya que la persistente incertidumbre comercial y la revalorización dovish del mercado pesaron sobre el sentimiento. La evolución de la política arancelaria del presidente Trump ha introducido una profunda incertidumbre en las perspectivas macroeconómicas y ha mermado el ánimo de los inversores.
A pesar del alivio temporal para ciertas importaciones tecnológicas, persiste la ambigüedad, y la respuesta de represalia de Pekín ha aumentado los temores de un conflicto comercial prolongado.
En este contexto, los responsables de la Reserva Federal han mantenido un tono prudente en sus últimas declaraciones. John Williams pronosticó un crecimiento más lento y un aumento de la inflación, mientras que Austan Goolsbee, de Chicago, subrayó que la situación exige paciencia, citando la naturaleza sin precedentes de las actuales perturbaciones. Por su parte, Mary Daly, de San Francisco, añadió que las condiciones actuales justifican una política monetaria firme.
A pesar de estas prudentes declaraciones, los mercados siguen apostando por tres o cuatro recortes de tipos de aquí a finales de año, lo que refleja el escepticismo ante la persistencia de las presiones inflacionistas. Con el dólar cerca de mínimos de varios años y la volatilidad en aumento, los próximos datos y la comunicación de la Reserva Federal serán fundamentales para determinar los próximos pasos.