Respaldado por el Decreto Supremo N° 217-2024-EF, el programa del Banco de la Nación está diseñado para brindar acceso a financiamiento a familias que históricamente no han podido acceder a créditos hipotecarios, permitiendo mejorar las condiciones de sus viviendas mediante préstamos flexibles y accesibles, afirma Juan Carlos Galfré García, Presidente Ejecutivo del banco estatal.
(*) Artículo publicado en la edición 229 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M229.pdf.
¿Cómo le ha ido al Banco de la Nación este 2024?
Este año hemos consolidado los avances logrados en 2023, un período especialmente positivo para nosotros. Implementamos una estrategia bien fundamentada para expandir nuestras líneas de negocio, enfocándonos en dos frentes: el financiamiento a entidades de microfinanzas y empresas del sector público, y los créditos destinados a los empleados del sector público.
Esta estrategia, acompañada por un control riguroso de gastos, nos permitió alcanzar resultados económicos históricos. Sin embargo, más allá de los números, lo más destacable ha sido el inicio de nuestro proyecto de modernización digital, que desarrollamos con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
¿En qué consiste este proyecto de modernización digital?
Nuestro sistema operativo central es bastante antiguo, lo que había limitado nuestra capacidad de responder a las necesidades actuales del mercado. En el pasado, se interrumpieron iniciativas clave de modernización, pero con el apoyo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y del BID, hemos diseñado un programa a mediano y largo plazo para transformar integralmente el banco.
Este proyecto busca dotarnos de infraestructura y tecnología de punta que aseguren una operación sólida, segura y eficiente, adaptada a las exigencias del entorno actual.
¿Qué tipo de apoyo ofrece el BID en este proceso?
El BID no solo nos ha otorgado un préstamo de 40 millones de dólares para esta transformación digital, sino que también nos ha brindado asesoramiento técnico invaluable. El objetivo es maximizar el uso de tecnologías digitales para mejorar la inclusión financiera y social, especialmente en las zonas más alejadas del país, donde la oferta de servicios financieros es limitada o inexistente.
Es fundamental recordar que el Banco de la Nación tiene un rol subsidiario: nuestra prioridad es atender a aquellos ciudadanos que no tienen acceso a los servicios bancarios tradicionales, lo que nos obliga a ser cada vez más eficientes y adaptativos.
¿Cómo impactará esta modernización en los servicios del banco?
La transformación digital permitirá ampliar nuestra cobertura y mejorar la calidad de nuestros servicios, tanto para la ciudadanía como para las entidades gubernamentales. Podremos ofrecer soluciones más ágiles y seguras, reducir los tiempos de atención, y fortalecer la red de canales digitales y físicos. Esto significa que más peruanos, especialmente en zonas rurales, tendrán acceso a servicios bancarios de calidad, impulsando la inclusión financiera.
¿Qué rol cumple el Banco de la Nación en la inclusión financiera del país?
Nuestro rol es clave porque somos el puente entre el sistema financiero y las poblaciones más vulnerables y desatendidas. Aunque estamos presentes en todo el país, nuestra prioridad son las zonas rurales y áreas alejadas donde otras entidades financieras no llegan. Queremos no solo mantener esta presencia, sino expandirla con mayor eficiencia y alcance, gracias a las herramientas que estamos implementando con el apoyo del BID.
Actualmente, el Banco de la Nación cubre el 90% del territorio nacional. ¿Qué estrategias están implementando para alcanzar el 100% de cobertura?
Es cierto, hay un pequeño porcentaje de distritos, menos del 10%, donde aún no contamos con servicios financieros. Esto se debe principalmente a la falta de infraestructura básica, como energía eléctrica o conexión a internet.
Para superar estas barreras, hemos decidido invertir en soluciones como la instalación de paneles solares en estas zonas remotas. Por ejemplo, hemos desarrollado un modelo en el que trabajamos con las municipalidades distritales para instalar ventanillas que funcionen como agentes del Banco.
Estas ventanillas estarán equipadas con la tecnología necesaria y serán operadas por personal municipal, asegurando que puedan atender las necesidades de la población.
¿Qué impacto esperan que tenga esta estrategia en las comunidades más alejadas?
El impacto será significativo. Estas comunidades, que antes estaban totalmente aisladas, podrán acceder a servicios financieros básicos como transferencias, pagos y retiros. Esto no solo facilitará su inclusión financiera, sino que también contribuirá al desarrollo económico y social de estas localidades.
Además de infraestructura, ¿Qué otras acciones están llevando a cabo para mejorar el acceso a servicios financieros?
Una de las iniciativas más exitosas ha sido ampliar nuestra red de agentes corresponsales en zonas rurales. Esto incluye trabajar con bodegas, municipalidades y otras entidades locales que puedan operar como agentes del banco. Además, seguimos fortaleciendo nuestra infraestructura tecnológica para que estas operaciones sean rápidas, seguras y confiables.
En cuanto a los jubilados, ¿Qué productos financieros ofrece el Banco de la Nación?
Para los jubilados, ofrecemos cuentas de ahorro y tarjetas de débito que facilitan el acceso a sus pensiones. Un ejemplo notable es lo que hemos logrado con el programa Pensión 65. A inicios de 2023, de los 850.000 beneficiarios, solo 50.000 contaban con una tarjeta de débito. Iniciamos una campaña en coordinación con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, y ahora el 96% de los beneficiarios tiene su tarjeta de débito.
Esto ha tenido un impacto enorme. Los adultos mayores ya no necesitan viajar largas distancias hasta la capital del distrito o departamento para cobrar su pensión. Ahora pueden ir a la bodega más cercana que opera como un agente del Banco de la Nación y retirar su dinero sin mayores complicaciones. Esto representa un ahorro de tiempo, dinero y esfuerzo, especialmente para una población vulnerable.
¿Qué retos encontraron durante este proceso?
Uno de los mayores retos fue la logística en zonas muy remotas y la resistencia inicial de algunos beneficiarios al uso de la tarjeta de débito, ya que no estaban familiarizados con esta tecnología. Por eso, acompañamos esta iniciativa con talleres educativos y soporte técnico para que las personas mayores puedan adaptarse y confiar en el nuevo sistema.
¿Cómo evaluar el impacto social de estas iniciativas?
El impacto es enorme. Cuando hablamos de inclusión financiera, no solo hablamos de acceso a una cuenta bancaria, sino de la posibilidad de mejorar la calidad de vida de las personas. Al acercar el banco a los ciudadanos y no al revés, hemos logrado que miles de peruanos en situaciones vulnerables puedan acceder a servicios básicos sin sacrificar tiempo ni dinero. Este es un logro del que nos sentimos profundamente orgullosos.
Mejoras en vivienda social
El Decreto Supremo N° 217-2024-EF autoriza al Banco de la Nación a otorgar líneas de financiamiento a microfinancieras para mejoras de vivienda. ¿Cuáles son las razones detrás de esta iniciativa?
El motivo principal es la realidad del mercado peruano. Gran parte de la población posee viviendas o terrenos que no están registrados en Registros Públicos, lo que les impide acceder a créditos hipotecarios tradicionales.
Para estas familias, registrar su propiedad no es una opción inmediata, y el sistema financiero, al no contar con garantías hipotecarias, no está dispuesto a ofrecerles financiamiento a largo plazo, como ocurre con los créditos de 20 años.
Por otro lado, este segmento de la población no busca construir grandes propiedades, sino realizar mejoras puntuales: ampliar un espacio porque nació un hijo, instalar un sistema sanitario adecuado o reforzar la estructura de la vivienda. Estas familias suelen recurrir a la autoconstrucción, con mano de obra propia o de su comunidad, pero necesitan financiamiento para adquirir los materiales como ladrillos, cemento, fierros o sistemas sanitarios.
Además, este tipo de créditos no requieren plazos tan largos como 20 años; lo que necesitan son préstamos de dos a cinco años. Sin embargo, muchas microfinancieras enfrentan restricciones normativas: al otorgar créditos a mediano plazo sin hipotecas, aumenta su nivel de apalancamiento, lo que limita su disposición a ofrecer estos préstamos.
Aquí es donde ingresa el Banco de la Nación, en colaboración con el Ministerio de Economía y Finanzas, para brindar líneas de financiamiento específicas a las microfinancieras. Esto permitirá que estas entidades ofrezcan créditos adicionales y accesibles para mejorar viviendas, enfocándose en plazos y montos adecuados a las necesidades de estas familias.
¿Por qué elegir a las microfinancieras como canal para distribuir estos créditos en lugar de los bancos?
Las microfinancieras son las especialistas en este sector. Estas entidades conocen profundamente a los pequeños usuarios y han desarrollado modelos exitosos para llegar a poblaciones desatendidas por la banca tradicional. Un caso representativo es Mibanco, que ha trabajado ampliamente en el ámbito microfinanciero.
Dentro del ecosistema financiero, las cajas municipales y otras entidades microfinancieras son los actores más importantes para este segmento. Tienen una presencia local significativa y conocen las particularidades de sus clientes, lo que las hace ideales para canalizar estos recursos.
Si en el futuro algún banco muestra interés en participar, estamos abiertos a evaluarlo y colaborar. Sin embargo, nuestra prioridad ha sido identificar a los actores que ya tienen experiencia y llegada en este sector, especialmente en lo que respecta a las mejoras de viviendas para familias con necesidades específicas.
¿Qué implica este sistema de deuda subordinada para las microfinancieras?
Con esta línea de financiamiento, las microfinancieras podrán mantener su capacidad operativa sin que sus indicadores financieros, como el capital regulatorio, se vean afectados. Es decir, el Banco de la Nación les ofrece un respaldo que les permite utilizar este capital de forma más eficiente para financiar mejoras de vivienda.
El objetivo no es construir nuevas casas, sino mejorar las condiciones de las que ya existen: instalar sistemas de agua y desagüe, construir baños, ampliar habitaciones o hacer las reparaciones necesarias. Esto es especialmente importante en zonas como los cerros de Lima u otras regiones donde prevalece la autoconstrucción y las familias hacen las mejoras directamente, pero necesitan financiamiento para adquirir los materiales.
El Banco de la Nación ha comenzado este programa con Caja Arequipa, Caja Cusco y Mibanco. ¿Qué criterios determinaron esta selección?
Elegimos estas entidades porque tienen indicadores financieros sólidos, un adecuado manejo del riesgo y un volumen significativo de operaciones. Son actores principales en el sector de microfinanzas, con experiencia en atender a los segmentos de población que queremos impactar.
Sin embargo, esto no significa que estemos cerrados a incorporar a otras entidades en el futuro. Si identificamos la necesidad o conveniencia de ampliar el programa a más instituciones, lo analizaremos cuidadosamente, siempre asegurándonos de que cumplan con los estándares necesarios para garantizar un financiamiento seguro.
De los S/ 700 millones iniciales del programa, ya se han asignado S/ 356 millones a estas tres microfinancieras. ¿Hay negociaciones con otras microfinancieras?
Por el momento, no hemos concretado acuerdos con otras entidades, pero estamos abiertos a explorar nuevas oportunidades. Lo fundamental era dar inicio al programa y confirmar su viabilidad, lo cual ha sido respaldado por la respuesta positiva de las microfinancieras seleccionadas.
Con un inicio de 700 millones de soles, ¿Es posible que esta línea de crédito se amplíe en el futuro?
Sin duda, existe la posibilidad de ampliarla. Estamos muy ilusionados porque creemos que este producto financiero puede cambiar significativamente la vida de miles de peruanos. Esta línea está diseñada para atender a un segmento poblacional que históricamente no ha tenido acceso a créditos para mejorar sus viviendas.
Los préstamos serán pequeños, entre 20,000 y 25,000 soles, destinados exclusivamente a la compra de materiales como sistemas de agua, desagüe o ampliaciones de vivienda. Si la respuesta del mercado es positiva, definitivamente es probable se aumente el monto disponible en el futuro.
¿Qué condiciones se ofrecerán en cuanto a tasas de interés para estos créditos?
Las tasas de interés dependerán de las microfinancieras que gestionen los préstamos. El Banco de la Nación les proporcionará el fondeo en condiciones altamente competitivas en soles. A partir de ahí, cada entidad agregará su costo operativo y el nivel de riesgo que considere. Dicho esto, creemos que el riesgo asociado a estos créditos será bajo, dada la naturaleza del producto y el perfil de los clientes elegidos.
¿Cómo se medirán los resultados del programa?
Nuestro rol como financiadores nos exige monitorear cerca de varios aspectos. Primero, debemos evaluar la eficiencia de las microfinancieras en la gestión de los recursos y su impacto en los beneficiarios finales. Segundo, debemos asegurarnos de que estas entidades cumplan con los niveles de solvencia necesarios para que el crédito sea seguro y el riesgo esté adecuadamente cubierto.
Además, verificaremos que los recursos sean utilizados exclusivamente para el propósito previsto: financiar mejoras de viviendas. Este programa tiene un objetivo claro, y no permitiremos desvíos hacia otros fines.
En caso de incumplimientos en los pagos, ¿Quién asume la responsabilidad?
La responsabilidad primaria recae en las microfinancieras. Ellas son las encargadas de seleccionar y evaluar a los clientes finales. Nosotros no intervenimos en la relación directa con el cliente; nuestro crédito está dirigido a las entidades financieras, y son ellas las que asumen el riesgo de sus decisiones.
Previamente, evaluamos rigurosamente la calidad del intermediario financiero. No trabajaremos con instituciones que no cuenten con niveles adecuados de solvencia, equilibrios sólidos o calificaciones financieras confiables. Nuestro objetivo es garantizar que los fondos del Estado se utilicen de manera eficiente y responsable.
¿Cuáles son sus expectativas para este programa?
Esperamos que los recursos asignados se agoten rápidamente, porque eso significará que miles de peruanos han mejorado sus viviendas. No hablamos de construir casas nuevas, sino de permitir mejoras esenciales: instalar un sistema sanitario adecuado, reforzar techos para evitar filtraciones, ampliar habitaciones para familias en crecimiento o mejorar acabados básicos.
Este programa está diseñado para atender a la población que más lo necesita, aquellos que, por diversos motivos, no pueden acceder al financiamiento tradicional. Confiamos en que, con un manejo adecuado por parte de las microfinancieras y una correcta selección de clientes, este proyecto tendrá un impacto significativo.
Estamos ilusionados porque conocemos la realidad de este sector. Sabemos que las microfinancieras, al tener una relación cercana con sus clientes, podrán identificar a quienes realmente necesitan y merecen este apoyo. Creemos que esta colaboración marcará un hito en el acceso a mejores condiciones de vivienda para muchas familias peruanas.
Banco de la Nación destinó S/ 356 millones
Mediante Decreto Supremo Nº 217-2024-EF, publicado el 11 de noviembre del 2024, se autorizó de manera excepcional al Banco de la Nación para que otorgue líneas de financiamiento a las empresas del sistema financiero (ESF) especializadas en microfinanzas, con la finalidad de que estos recursos sean destinados exclusivamente a conceder préstamos a micro y pequeños empresarios para la construcción, mejoramiento, ampliación y/o remodelación de viviendas. La autorización se otorga por un plazo de dos años, contados a partir del día siguiente de publicado el presente Decreto Supremo.
En una apuesta por mejorar la calidad de vida de los emprendedores peruanos, el Banco de la Nación (BN) aprobó líneas de crédito por S/ 356 millones, destinadas a la construcción, mejora, ampliación y remodelación de viviendas para microempresarios.
El programa, autorizado por el Decreto Supremo Nº 217-2024-EF, contempla un fondo total de S/ 700 millones, de los cuales S/ 150 millones se destinarán a Mibanco, S/ 120 millones a Caja Arequipa y S/ 86 millones a Caja Cusco en esta primera fase.