
- La lucha mundial por las tierras raras y otros minerales críticos se está acelerando, que será uno de los temas de inversión definitorios de 2026, a medida que Estados Unidos y China intensifican su lucha por el control de los materiales que impulsan la economía moderna.
Las tierras raras han pasado de la periferia del mercado de materias primas al centro de la estrategia global. La batalla para asegurarlos determinará las decisiones comerciales, tecnológicas y de inversión de los próximos años.
Los minerales, esenciales para los vehículos eléctricos, los teléfonos inteligentes y los sistemas de armas avanzados, han estado dominados durante mucho tiempo por China. Actualmente controla alrededor del 70% de la minería y cerca del 90% de la capacidad de procesamiento, lo que deja a los fabricantes globales muy expuestos a las decisiones políticas chinas. Ese dominio ahora se ve cuestionado. La administración Trump ha convertido las tierras raras en una prioridad nacional, invirtiendo recursos en la producción nacional y de productos relacionados. Afirmo, Nigel Green – director ejecutivo de deVere Group
Ha adquirido participaciones en mineras norteamericanas, ha propuesto un precio mínimo respaldado por el gobierno para estabilizar la oferta y ha establecido planes para construir una reserva mineral estratégica. Se están agilizando los trámites de permisos y se han flexibilizado las normas ambientales para acelerar la construcción de minas bajo la llamada política mina, bebé, mina. La intervención de Washington marca el inicio de un nuevo ciclo industrial.
Estados Unidos quiere recuperar el control de sus cadenas de suministro y reducir su vulnerabilidad ante Pekín. Esto no es solo teatro político; es el mayor esfuerzo coordinado por la seguridad de los recursos en una generación. Al mismo tiempo, China ha reforzado su control. Pekín ha impuesto nuevos controles de exportación que exigen a las empresas obtener aprobación antes de enviar imanes que contengan incluso trazas de tierras raras de origen chino.
También ha añadido cinco elementos más a su lista restringida: holmio, erbio, tulio, europio e iterbio. China está demostrando que el control de la oferta significa el control de los mercados. Estados Unidos y sus aliados se ven obligados a construir cadenas de suministro alternativas, lo que impulsa una ola de inversión sin precedentes en Australia, Norteamérica y partes de África. Los mercados financieros siguen la geopolítica.
Las implicaciones de inversión son significativas. Se trata de una transformación plurianual, no de un proyecto a corto plazo. La infraestructura y la capacidad de refinación no se construyen de la noche a la mañana. Los inversores que se posicionen con anticipación se beneficiarán del flujo sostenido de capital hacia recursos estratégicos.
- Los analistas esperan una volatilidad continua en el sector a medida que los gobiernos intervienen y los anuncios de políticas mueven los precios.
Estos mercados no se moverán solo en función de las ganancias. Se moverán en función de las políticas. Cada restricción a las exportaciones, cada participación gubernamental, cada alianza estratégica tendrá un impacto en el mercado. Esta volatilidad puede generar oportunidades para los inversores disciplinados. La diversificación a lo largo de la cadena de suministro, desde la minería hasta el refinado y las tecnologías de reciclaje, será clave. Se trata de asegurar los sistemas que mantienen las economías en funcionamiento. Los inversores que reconozcan esto serán los ganadores a largo plazo.
Nigel Green concluye: Las tierras raras se encuentran en la encrucijada de la política industrial, la energía limpia y la seguridad nacional. La competencia por controlarlos definirá el año 2026. La magnitud de la inversión ya en marcha demuestra la rapidez con la que el mundo se está adaptando a una nueva realidad económica. Se trata de un cambio único en cada generación en cuanto a dónde se crea valor.