Federico Arnillas Lafert, presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza, resalta que medir la pobreza multidimensional implica evaluar integralmente las privaciones que afectan el bienestar de las personas, desde el acceso a servicios básicos hasta la garantía de derechos fundamentales.
(*) Artículo publicado en la edición 230 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M230.pdf.
¿La Mesa de Concertación es parte de la Comisión Consultiva de Medición de la Pobreza?
La Presidencia de la Mesa de Concertación, que ocupo, forma parte de un equipo técnico interinstitucional integrado por diversas instituciones clave del país. Este grupo acompaña al INEI en el seguimiento de la producción de información oficial, garantizando su calidad y promoviendo su uso efectivo para diversos fines nacionales. Esto incluye la medición de la pobreza, aunque también abarca otros aspectos relevantes de la realidad socioeconómica.
¿Con qué frecuencia se reúne este grupo interinstitucional?
El trabajo de la Comisión es estacional. Hay periodos del año donde su funcionamiento es más intenso, particularmente en etapas clave como la preparación de encuestas, la supervisión de la calidad del trabajo de campo, y la transición hacia el uso de herramientas electrónicas para la recolección de datos. Además, se revisan los formatos y las preguntas de las encuestas para minimizar sesgos. Finalmente, se analizan y presentan los resultados a la opinión pública, asegurando su rigor técnico.
¿Cómo han tomado los representantes de la Comisión Consultiva la publicación del Decreto Supremo N° 014-2024-MIDIS?
Existe preocupación en el grupo por algunas iniciativas gubernamentales que podrían comprometer la neutralidad del trabajo del INEI, un aspecto crucial para mantener la confianza en las estadísticas oficiales. Es fundamental que las cifras presentadas estén libres de sesgos, ya sean accidentales o intencionales. La función de la Comisión incluye precisamente advertir sobre estos riesgos para salvaguardar la objetividad de los datos.
¿Cuáles son las preocupaciones puntuales de dicha Comisión?
Hasta ahora, el INEI ha producido y difundido mediciones rigurosas sobre pobreza, destacando la continuidad de la medición de pobreza monetaria. Sin embargo, existen otras metodologías, como la medición de Necesidades Básicas Insatisfechas, que evalúa las condiciones de vida, y el déficit calórico, que mide la capacidad de los hogares para satisfacer requerimientos nutricionales. Estas mediciones, basadas en la ENAHO, permiten una aproximación más integral al problema de la pobreza, identificando cómo convergen diferentes dimensiones en los hogares. La transición hacia un único índice plantea el reto de preservar la riqueza analítica que ofrecen estos enfoques.
¿Cuál es la importancia de medir la pobreza multidimensional en un país como Perú?
La pobreza multidimensional implica reconocer que el bienestar de las personas puede verse afectado por múltiples factores interconectados, que a su vez reflejan vulneraciones a sus derechos fundamentales. Si bien la pobreza monetaria ha sido el enfoque histórico, no es suficiente para capturar todas las privaciones que impactan a los hogares. El desafío está en garantizar que los indicadores reflejen adecuadamente la diversidad de estas carencias, desde el acceso a servicios básicos hasta la seguridad alimentaria. Además, mientras más prolongada sea la afectación en cualquiera de estas dimensiones, más severo será el impacto sobre la calidad de vida de las personas y sus familias.
¿Cuáles son los principales desafíos para abordar de manera adecuada la pobreza multidimensional?
El desafío principal es alcanzar un consenso claro y fundamentado sobre cuáles son los factores más relevantes para medir el bienestar de las personas en el contexto peruano. En este proceso, el enfoque de derechos juega un rol central. Por ejemplo, el primer derecho fundamental es el derecho al reconocimiento, que se materializa en la partida de nacimiento. Este documento es esencial para que una persona sea reconocida como parte de la sociedad, como en el caso de un niño que enfrenta complicaciones en el nacimiento, lo que puede marcar una desventaja inicial. Es vital comprender cómo estas situaciones afectan a las personas desde el inicio de sus vidas y cómo se deben abordar para garantizar su bienestar.
¿Qué dimensiones específicas de la pobreza multidimensional requieren atención prioritaria en Perú?
Este es un tema que sigue en evaluación dentro de la Comisión, por lo que no quisiera adelantar conclusiones definitivas. Sin embargo, algunos elementos son clave, como las condiciones laborales, que tienen un impacto directo en la calidad de vida de las personas. Además, la pobreza multidimensional no solo abarca aspectos monetarios, sino también el acceso a derechos fundamentales, la calidad de vida, la seguridad personal y la garantía de derechos en general. En última instancia, lo que buscamos es que cada persona cuente con todos sus derechos garantizados al nivel más alto posible.
Precisamente, el INEI tiene un tablero con ocho dimensiones y 29 indicadores para medir la pobreza multidimensional. ¿Por qué no se respetan dichos indicadores?
Tanto el INEI como la Mesa de Concertación han realizado esfuerzos para identificar un conjunto óptimo de indicadores que permita evaluar la pobreza desde un enfoque multidimensional. Esto implica analizar la intersección de diversas carencias que afectan a las personas y los hogares, un enfoque que podríamos llamar interseccional.
Y justamente la discusión continúa dentro de la Comisión Consultiva para la Estimación de Pobreza del INEI. El problema político es por qué adelantar una definición cuando todavía no se tienen todos los elementos de validación de la metodología. Adelantar una definición sin esta validación puede generar sesgos. Por ejemplo, limitarse a un solo sector o ámbito y no considerar otros factores clave podría desvirtuar los resultados. Es preferible tomarse el tiempo necesario para diseñar una medición rigurosa y confiable que evite errores o ajustes posteriores.”
¿Por qué es importante evitar un enfoque apresurado en esta medición?
Un enfoque apresurado puede comprometer la calidad y consistencia de la información recopilada, lo que impacta directamente en la utilidad de los resultados. Si no se recogen todas las dimensiones e indicadores que reflejan la pobreza multidimensional, o si la metodología no es lo suficientemente sólida, se corre el riesgo de generar datos incompletos o sesgados. Es esencial garantizar que los indicadores seleccionados capturen de manera integral la complejidad de las privaciones que enfrentan las personas en el país.
El Decreto Supremo N° 014-2024-MIDIS ordena al INEI presentar entre febrero y mayo la medición de la pobreza multidimensional para los años 2023 y 2024. Considerando que aún no se han definido los indicadores adecuados, ¿Qué tan integral y útil será esta medición para diseñar políticas públicas efectivas?
Lo primero que debemos considerar es que la información existente para los años 2023 y 2024 fue originalmente recopilada no para construir un índice sintético, sino para analizar múltiples temáticas interdependientes. El INEI cuenta con una base de datos sólida, sustentada en encuestas nacionales de alta cobertura, como la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), que recoge datos de más de 35,000 hogares. Esto es significativamente más robusto que encuestas de opinión política, que suelen trabajar con muestras de 1,500 casos.
Sin embargo, a pesar de esta riqueza de datos, es crucial analizar cómo se recogió esta información, evaluar la consistencia de las preguntas y garantizar que se utilice como un referente histórico y temporal válido. Esto no solo servirá como línea de base, sino que permitirá observar cambios en las condiciones de vida a lo largo del tiempo. La verdadera utilidad de esta medición dependerá de que estos procesos sean rigurosos y de que los indicadores seleccionados representen adecuadamente las múltiples dimensiones de la pobreza.