
- Oscuridad estadística y ruido geopolítico: la tormenta perfecta para un dólar sin brújula. El dólar entró en la sesión del miércoles con el viento en contra, ante el regreso de las expectativas de recortes por parte de la Reserva Federal que volvieron a dominar el relato. Jerome Powell subrayó señales de enfriamiento en el mercado laboral y dejó abierta la puerta a una próxima flexibilización monetaria, un mensaje que el mercado interpretó como claramente dovish en medio de la oscuridad estadística que ha generado el cierre parcial del gobierno en EE. UU.
Al faltar cifras oficiales —como ventas minoristas, producción o encuestas— cada frase de la Fed pesa más en las expectativas de los inversionistas, generando presión a la baja sobre las tasas de interés y erosionando la prima por carry del billete verde. Esa combinación de menos datos y mayor probabilidad de recorte ha debilitado al dólar frente a sus pares europeos y frente a refugios como el yen.
A esta presión se suma un telón de fondo geopolítico más tenso: el repunte de fricciones comerciales entre Washington y Pekín reaviva la volatilidad y redirige flujos hacia activos de cobertura —el oro marcó un máximo histórico—, pero no está generando, por ahora, la clásica huida indiscriminada hacia el dólar.
Más bien, el mercado parece privilegiar otras alternativas de refugio, considerando que los problemas fiscales que exhibe EE. UU. y el hecho de que el país haya demostrado ser un aliado poco confiable a raíz de los ruidos comerciales han restado calidad de activo seguro al dólar estadounidense.”