De acuerdo con cifras de MicroRate, a diciembre del 2018, los préstamos a las mypes castigados representaban el 4,3% del portafolio. Sin embargo, al término de diciembre del 2021 aumentaron a 8,7%.
La pandemia puso de relieve un conjunto de carencias y desafíos en el ámbito sanitario y de otra índole social como las desigualdades e inequidades en la población. Así, en el conjunto de problemas al descubierto uno no menos importante ha sido la gestión del crédito a la micro y pequeña empresa (mype) en el sistema financiero, según la calificadora de riesgos especializada en microfinanzas MicroRate.
María Belén Effio, CEO de la entidad, explica que el sistema financiero y de microfinanzas peruano se caracteriza por ser muy competente. Esta situación, prosigue la experta, ha llevado a las entidades financieras a ampliar los lazos con sus clientes, otorgándoles más de un crédito.
Es decir, esta alta competencia se tradujo en un incremento del monto del crédito a la mype otorgado por los prestatarios, así como del número de operaciones que superan su capacidad de pago.
Pero dicho problema, agrega Effio, se hizo evidente en el ciclo recesivo de la pandemia.
“Esa ha sido una característica que ha explicado buena parte de una cartera que ya no se pudo recuperar a pesar de la reprogramación, porque los prestatarios ya estaban sobreendeudados”, sostiene la ejecutiva.
Effio argumenta que el riesgo crediticio se ve afectado cuando existe un mayor grado de sobreendeudamiento en los clientes, porque al disminuir sus ingresos no pueden responder honrando sus deudas oportunamente.
Con lo cual dice: “Empieza la mora, se empiezan a exigir provisiones para las entidades financieras y eso afecta los márgenes operativos de las empresas financieras y, finalmente, la rentabilidad”.
Pospandemia
Sin embargo, la representante de MicroRate asegura que el apetito de riesgo en las microfinancieras peruanas está más controlado que en el pasado. Argumenta que el sobreendeudamiento no se observa tanto en el actual periodo pospandemia.
Esto, debido a que ha habido un castigo significativo [provisión del 100% de las deudas con más de 120 días de atrasos] de la cartera que probablemente estaba alimentada por créditos sobreendeudados.
De acuerdo con cifras de MicroRate, a diciembre del 2018, los préstamos a las mypes castigados representaban el 4,3% del portafolio. Sin embargo, al término de diciembre del 2021 aumentaron a 8,7%.
Además, la ejecutiva agrega que las microfinancieras peruanas han activado un conjunto de políticas de prevención de sobreendeudamiento más ácidas o agudas.
“Sobre las cifras, podemos decir que veíamos casos en las evaluaciones de los clientes calificados que los prestatarios tenían más allá de 3 o 4 acreedores con deuda activa. Esta situación sí la vimos como un problema porque, lamentablemente, esos son los clientes que ya mostraban atrasos más severos en el repago de sus créditos o explicaban, en gran parte, los castigos de las entidades financieras que evaluamos”, comenta la experta.
“La tendencia ha ido mejorando por el tema de la pandemia, en el que se sinceraron las carteras y han pasado a castigos básicamente”, agrega.
Sobre la base de las cifras de crédito a la mype al cierre de junio de este año, Effio dice que, por ejemplo, Lima es una de las plazas con mayor competencia entre las entidades financieras y explica parte del sobreendeudamiento que se generó antes de la pandemia.
La ejecutiva detalla que la capital es la plaza más grande del financiamiento a la mype y concentra a la mayoría de las entidades. Indica que el solo hecho de hospedar a 25 empresas financieras dice mucho de la sobreoferta de créditos que existe.
“Lima es la primera plaza, luego le siguen Arequipa, Cusco, Huancayo, Puno, Piura, La Libertad y Cajamarca”, menciona.
Otra experiencia de la saturación en el crédito a la mype resaltada por Effio es la que existe en Tumbes. Según la ejecutiva esta es una plaza que, si bien registra el menor volumen de crédito ofrecido en todo el país, luce la mora más alta a escala nacional (11,2%).
“Se observa que plazas más pequeñas en términos geográficos son las que muestran una morosidad más alta, porque hay más entidades que trabajan en estas. Esa es una de las razones”, precisa.
Mirada regional
En cuanto a la situación del crédito a la mype en el ámbito regional, Effio indica que, con datos al cierre de marzo de este año, el financiamiento a las unidades económicas en el Perú crecía a un ritmo de 10,4%, por debajo de Ecuador (16,2%), República Dominicana (12,1%) y México (11,2%).
En tanto que el nivel de morosidad (cartera en riesgo) de Perú alcanza el 8%, por encima de Ecuador y República Dominicana.
Effio explica que, si bien el sistema de microfinanzas del Perú se ha visto afectado, no hay que perder de vista que, en parte, obedece a que la base de clientes prestatarios ha caído.
“Por eso sube el préstamo promedio, pero no es por sobreendeudamiento. Al contrario, hay un apetito de riesgo más controlado que en el pasado”, detalla.
“Al haber una base de prestatarios menor, disminuye tu denominador y el monto promedio del crédito se hace más alto. Se debe tomar en cuenta que se ha castigado 8 puntos de la cartera, es decir se ha reducido el número de prestatarios de la base”, reflexiona.