La institución microfinanciera celebra casi cuatro décadas de trayectoria con más de 9.500 millones de soles en colocaciones, 1,4 millones de ahorristas y programas que han capacitado a 95.000 personas.

(*) Artículo publicado en la edición 231 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M231.pdf.
Por Neisy Zegarra Jara – Directora
Este 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, una fecha para reflexionar sobre los avances y desafíos en la lucha por la equidad de género. En el sector financiero, y en particular en las Cajas Municipales, la conquista de espacios de liderazgo ha sido un camino complejo.
Sin embargo, hoy somos testigos de un cambio significativo: cada vez más mujeres ocupan puestos clave en la toma de decisiones, impulsando la inclusión financiera y transformando la vida de miles de emprendedoras en todo el Perú.
El recorrido no ha estado exento de obstáculos. Barreras culturales y estructurales han dificultado el acceso de las mujeres a oportunidades equitativas, pero su esfuerzo y perseverancia han permitido avances.
En 2025, las Cajas Municipales continúan como aliadas estratégicas de las emprendedoras, brindando acceso a financiamiento, programas de capacitación, asesoría personalizada y herramientas digitales que fortalecen sus negocios. Este respaldo es clave para que más mujeres formalicen sus emprendimientos, generen empleo y contribuyan al desarrollo económico local.
Pese a estos logros, aún queda un largo camino por recorrer. La brecha de género persiste y demanda un compromiso continuo: mayor capacitación, políticas inclusivas y espacios donde las mujeres puedan liderar y servir de inspiración a futuras generaciones.
En esta edición de Microfinanzas, ponemos el foco en problemáticas que afectan a la mujer peruana en su vida cotidiana, como la violencia económica. Cada día, una mujer ve vulnerado su derecho al desarrollo económico, y la maternidad sigue representando un “impuesto invisible”: la empleabilidad femenina cae un 42% tras el nacimiento del primer hijo, en un país donde solo el 1% de las empresas ofrece guarderías y la informalidad laboral alcanza el 71.2%.
Ante esta realidad, las entidades financieras tienen un rol transformador: diseñar productos con enfoque de género y promover políticas que reviertan esta exclusión.
Frente a estos retos, las mujeres seguimos demostrando nuestro protagonismo en el sector financiero. No solo destacamos por nuestra responsabilidad en el cumplimiento crediticio—fortaleciendo la confianza de las instituciones—, sino también por nuestra capacidad de equilibrar múltiples roles: madres, emprendedoras, trabajadoras y líderes comunitarias.
La tecnología ha sido un gran aliado, permitiendo que muchas continúen formándose desde sus hogares o negocios, impulsadas por un incansable deseo de superación.
Pero el liderazgo femenino en el sector financiero no solo debe ser reconocido, sino impulsado activamente. Más mujeres en posiciones de decisión significan estrategias más inclusivas, productos financieros adaptados a sus necesidades y, en última instancia, un ecosistema económico más equitativo. Las cifras respaldan esta realidad: según la Corporación Financiera Internacional (IFC), las carteras con mayoría de clientas mujeres presentan menores niveles de morosidad, lo que refuerza la importancia de facilitar su acceso al crédito.
Por ello, es momento de que las entidades financieras, el sector público y la sociedad en su conjunto refuercen su compromiso con la equidad de género.
Más allá de conmemorar este 8 de marzo, debemos traducir los discursos en acciones concretas que permitan a más mujeres acceder a oportunidades, consolidar sus negocios y alcanzar autonomía económica. Porque cuando las mujeres crecen, crece también el Perú.
Sigamos avanzando juntas.