
La industria FinTech ha tenido un crecimiento explosivo en América Latina. Herramientas como las billeteras digitales y los pagos móviles se han vuelto esenciales, y se estima que para 2025 más de 380 millones de personas en la región estarán utilizando estos servicios. Sin embargo, la inclusión financiera sigue siendo una tarea pendiente: las brechas de acceso y uso de servicios financieros aún son significativas, especialmente para mujeres, migrantes y otros grupos vulnerables.
En América Latina, el crecimiento de las tecnologías financieras ha sido imparable, pero aún queda una pregunta fundamental: ¿quiénes se están quedando afuera? Si bien el uso de estas herramientas ha crecido, no todos los sectores de la población tienen el mismo acceso. Aunque el 49% de las mujeres en América Latina tiene acceso a una cuenta bancaria, solo el 11% ahorra y apenas un 10% dispone de crédito.
Estos datos evidencian una brecha clara en el uso de productos financieros, lo que refleja la exclusión económica que muchas mujeres enfrentan. Esta realidad no sólo limita el empoderamiento financiero, sino que también les impide aprovechar oportunidades para mejorar su bienestar y el de sus familias.
¿Qué podemos hacer para revertir esta situación?
Desde ONU Mujeres elaboraron un documento que describe claramente que la inclusión financiera es una problemática que requiere de abordajes multisectoriales. Los gobiernos tienen un papel crucial en diseñar políticas inclusivas y reducir las barreras al acceso financiero. Es necesario que trabajen en la regulación y promoción de productos financieros que sean accesibles y relevantes para las necesidades de estos grupos. Además, los gobiernos tienen la posibilidad de invertir en infraestructura digital en zonas rurales, promoviendo la conectividad para que más personas puedan beneficiarse de las FinTech, independientemente de su ubicación.
El sector privado, por su parte, tiene la responsabilidad de diseñar soluciones a medida que incluyan a todos los sectores. Las empresas FinTech pueden hacer más que ofrecer productos financieros: pueden promover la educación financiera, tanto en plataformas digitales como a través de alianzas con instituciones educativas y comunitarias. El informe resalta que la colaboración con ONG y fundaciones puede ampliar el impacto de estas soluciones, asegurando que lleguen a quienes más lo necesitan.
Las ONG y organizaciones de la sociedad civil también tienen un rol decisivo en apoyar y educar a los usuarios, promoviendo programas de capacitación en habilidades financieras, particularmente para mujeres y grupos vulnerables. Estas iniciativas pueden enfocarse en el uso de las tecnologías y también en la creación de hábitos financieros sostenibles que permitan a las personas mejorar su bienestar a largo plazo o bien trabajar con poblaciones en situación de vulnerabilidad para empoderar a las personas.
La banca desempeña un papel crucial como catalizador de la inclusión financiera, promoviendo el acceso a servicios financieros esenciales y diseñando productos innovadores que respondan a las necesidades de mujeres, migrantes y otros grupos vulnerables. Además, al colaborar con empresas FinTech, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, la banca puede liderar iniciativas que reduzcan las brechas de acceso, mejoren la educación financiera y fomenten hábitos sostenibles. Este enfoque no solo contribuye al bienestar económico y social de estos grupos, sino que también impulsa el crecimiento del negocio al abrir nuevos mercados y fortalecer la relación con los clientes.
Finalmente, el sector educativo hoy no puede ser ajeno y tiene que estar más involucrado en la promoción de la inclusión financiera. Desde una edad temprana, se debería integrar la educación financiera en los planes de estudio escolares, así como en espacios de educación no formal. Esta preparación permitirá a las futuras generaciones contribuir a una sociedad más equitativa.
En mi función en el Comité de Mujeres en Tecnología, junto a mis colegas del Board, nos enfocamos en implementar acciones concretas que visibilicen los sesgos de género en las organizaciones.
En el marco de la Conferencia de Fintech Americas, que se llevará a cabo del 18 al 20 de marzo donde se reúnen mujeres en posiciones de liderazgo de la banca y las finanzas provenientes de toda América Latina estaremos conduciendo un workshop enfocado en destacar la importancia de que la banca fomente comunidades sólidas, no solo por el impacto social que esto genera, sino también por los resultados medibles que derivan de acciones dirigidas a estas comunidades de mujeres.
«La banca tiene el potencial de liderar un cambio significativo al crear comunidades inclusivas que generen impacto social y resultados tangibles. Con la comunidad más grande de banca, finanzas y fintech en América Latina, Fintech Americas tiene como misión fortalecer el sector financiero mientras construye un futuro más equitativo para las mujeres y estamos muy contentos de contar con Natalia a que nos acompañe a liderar este segmento» — María
Mancuso, Presidenta de Fintech Americas.
Cerrar las brechas en el acceso a servicios financieros no es solo un desafío de la industria FinTech. Es un esfuerzo que debe involucrar a gobiernos, empresas, ONG y el sector educativo. Sólo a través de un trabajo coordinado y de la promoción de la educación financiera en todos los niveles, podemos asegurar que la tecnología aplicada a las finanzas realmente trabaje para todos, brindando acceso equitativo y oportunidades para el crecimiento personal y económico.
Saber cómo llegar a estas comunidades de mujeres representa una oportunidad estratégica y ventaja competitiva para las instituciones que sepan aprovechar los recursos disponibles y liderar cambios significativos en el sector.