
El oro al contado superó por primera vez la barrera de los $3,970 dólares por onza, marcando un nuevo récord histórico en medio de un escenario de creciente inestabilidad política y económica global. Los inversores buscaron refugio en el metal precioso ante la combinación de tensiones políticas en Japón y Francia, sumadas al cierre parcial del gobierno en Estados Unidos, que ha generado temores sobre el impacto en la economía más grande del mundo.
- En Japón, la incertidumbre aumentó tras la elección de Sanae Takaichi como posible primera ministra, un movimiento que reconfigura el panorama político del país. Al mismo tiempo, en Francia, la crisis se profundizó con la renuncia del recién nombrado primer ministro, debilitando la posición del gobierno y elevando el riesgo político en la eurozona. Este clima de volatilidad ha reforzado el atractivo del oro como activo refugio frente a la inestabilidad de los mercados financieros.
- En Estados Unidos, el cierre del gobierno federal entró en su sexto día sin señales de un acuerdo entre demócratas y republicanos. La paralización de agencias oficiales ha interrumpido la publicación de datos macroeconómicos clave, lo que incrementa la incertidumbre sobre el rumbo económico. A la par, los reportes privados revelan una desaceleración en el empleo del sector privado y debilidad en los servicios, alimentando los temores de un enfriamiento económico más profundo.
Durante la semana, el oro se consolidó en torno a los 3,900 dólares, sostenido por la debilidad del dólar y el nerviosismo político. Los inversores se mantienen atentos al desenlace del cierre gubernamental y a las declaraciones de la Reserva Federal (Fed), pues el retraso en los indicadores económicos podría influir en la orientación de su política monetaria. En un entorno de escasa visibilidad y tensiones fiscales, el metal ha reforzado su posición como uno de los activos más resilientes del mercado.
El papel del oro como refugio seguro se ha reafirmado ante la combinación de incertidumbre política, temores fiscales y señales de desaceleración global. Sin embargo, el futuro de su tendencia dependerá en gran medida de la rapidez con que se resuelva el cierre gubernamental estadounidense y de la postura que adopte la Fed respecto a las tasas de interés. Una política más flexible podría fortalecer aún más al metal precioso, mientras que un tono más restrictivo podría limitar su avance.
- Bank of America (BofA) advirtió, sin embargo, que el reciente repunte podría estar cerca de un punto de agotamiento técnico. Aunque el oro ha subido durante siete semanas consecutivas y se encuentra en niveles históricamente altos, los indicadores técnicos muestran señales de sobrecompra. El precio se mantiene muy por encima de sus medias móviles de 200 días y 200 semanas, mientras que los índices de fuerza relativa (RSI) comienzan a mostrar divergencias bajistas.
- Pese a estas advertencias, BofA considera que la magnitud del actual auge es más moderada que los experimentados en las décadas de 1970 y 2000, por lo que aún podría haber espacio para avances adicionales a largo plazo. Sin embargo, el banco recomienda cautela ante la posibilidad de una corrección en torno a los 4,000 dólares, antes de que el oro retome su tendencia hacia un objetivo potencial de 5,000 dólares por onza.
En conclusión, el oro se ha consolidado como el gran beneficiario de un mundo sumido en tensiones políticas y económicas. Aunque los indicadores técnicos sugieren una pausa en su escalada, el contexto global sigue proporcionando motivos para mantener la demanda del metal refugio. Si el cierre del gobierno en EE. UU. persiste y la incertidumbre internacional se prolonga, el oro podría continuar brillando como símbolo de estabilidad en tiempos de crisis.”