Con el 28% y 22% de participación respectivamente, estos rubros lideran la industria. Expertos anticipan el surgimiento de nichos como seguros digitales y soluciones ESG, siempre que la regulación lo permita.

(*) Artículo publicado en la edición 233 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M233.pdf.
Según un informe del BID, el ecosistema fintech en América Latina creció un 340% entre 2017 y 2024, con más de 3,000 empresas en la región. ¿Cómo ve el panorama actual de la industria a nivel regional?
El informe confirma que la industria sigue expandiéndose, pero con diferencias en desarrollo entre países. Brasil lidera, seguido por México, Colombia, Argentina y Chile. La región ha consolidado su ecosistema, aunque aún hay desafíos en penetración y regulación.
¿Y cómo evalúa el avance de Perú en comparación?
Perú arrancó tarde, recién entre 2016 y 2017, por lo que aún está detrás de esos mercados. Sin embargo, el crecimiento es sostenido. La ventaja es que aprendemos de las experiencias de países más maduros, lo que acelera nuestra adaptación.
¿Qué factores impulsan este crecimiento, tanto regional como local?
Hay tres claves: tecnología accesible, demanda de servicios ágiles y el efecto pandemia. Hoy, la nube reduce costos operativos y permite escalar sin infraestructura física. Además, el COVID-19 aceleró la adopción digital: en meses logramos lo que hubiera tomado años. Las fintech ofrecen soluciones rápidas para segmentos excluidos por la banca tradicional, como créditos alternativos o pagos digitales, impactando directamente en la inclusión financiera.
¿Qué tecnologías marcan la diferencia frente a la banca tradicional?
El gran diferenciador es que las fintech nacen en la nube. No dependen de locales físicos ni trámites presenciales. Todo, desde validación de identidad hasta desembolsos, se hace digitalmente. Esto permite atender a alguien en Trujillo desde Lima con la misma eficiencia. La automatización y APIs bancarias, por ejemplo, agilizan procesos que en un banco tomarían días.
En Perú, ¿Qué segmentos fintech tienen mayor peso?
Los pagos y transferencias lideran con 28% del mercado, seguidos de préstamos (22%) y cambio de divisas (14%). Rextie, por ejemplo, opera en este último rubro, donde la digitalización ha simplificado operaciones para personas y pymes.
¿Esta tendencia se mantendrá o veremos incursiones en nuevos rubros?
El core seguirá siendo pagos y créditos, pero surgirán nichos. Por ejemplo, fintech verdes para sostenibilidad, o soluciones embedded finance (finanzas integradas en apps no financieras). También habrá más desarrollo en seguros digitales y manejo de datos para personalizar servicios. La regulación, como la ley Fintech que Perú discute, definirá el ritmo.
¿Cómo ve el panorama de la industria fintech en Perú a mediano y largo plazo?
Es difícil hacer proyecciones exactas porque este sector depende de la evolución tecnológica, que avanza a un ritmo acelerado. Por ejemplo, la inteligencia artificial podría transformar cualquier industria, incluyendo la nuestra. Además, los cambios regulatorios son clave: mientras más barreras existan en un segmento, más complicado será para nuevas empresas ingresar.
Sin embargo, algunos rubros seguirán creciendo: pagos digitales, préstamos, cambio de divisas y transferencias transfronterizas mantendrán su relevancia. En el caso de Perú, instituciones como el Indecopi ya están generando estudios para entender estas tendencias, lo que ayuda a orientar el desarrollo del sector.
¿Considera que la regulación peruana está acompañando el crecimiento de la industria?
Hay espacio para mejorar. Uno de los principales cuellos de botella es la lentitud en los procesos de licenciamiento para modelos innovadores. Muchas veces, las fintech deben adaptarse a normativas diseñadas para empresas tradicionales, lo que retrasa su operación.
Otro desafío es la interoperabilidad. Aunque el dinero digital ha crecido, todavía hay limitaciones para mover fondos 24/7 entre distintas plataformas, e incluso diferencias en costos entre Lima y provincias. Esto afecta la experiencia del usuario y frena la inclusión financiera.
Además, el Open Banking (compartir datos financieros de clientes de manera segura) es una deuda pendiente. Hoy, los bancos tienen acceso a esa información, pero no siempre se usa para beneficiar a otras fintech o a los propios clientes. Avanzar en esto permitiría ofrecer servicios más personalizados y eficientes.
Para cerrar, ¿Qué novedades puede compartir sobre Rextie?
Seguimos liderando el mercado de cambio de divisas en Perú, con más de 6,000 millones de dólares en volumen operado desde nuestro lanzamiento en enero de 2017. Nuestro enfoque principal son las pymes, pero dada la coyuntura económica, también estamos reforzando soluciones para personas naturales. La meta es seguir democratizando el acceso al tipo de cambio justo y ágil.
