El fondo de estabilización cayó de 4.5% a solo 1% del PBI en una década, justo cuando el servicio de la deuda se duplica. Aunque los ingresos mejoran temporalmente, el gobierno planea flexibilizar las reglas fiscales en medio de advertencias de experto.

(*) Artículo publicado en la edición 235 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M235.pdf
El Perú enfrenta un desafío fiscal creciente que amenaza su tradicional estabilidad macroeconómica. En los últimos diez años, la deuda pública bruta ha escalado del 20% al 31% del PBI, un incremento que preocupa a los analistas. Carlos Prieto Balbuena, Gerente del Área de Estudios Económicos del BCP, advierte que esta cifra podría ser aún mayor, “de no haber utilizado los ahorros fiscales acumulados durante los años de bonanza, hoy tendríamos una deuda superior al 40% del PBI”.
La situación se agrava al observar el drástico descenso del fondo de estabilización fiscal, que ha caído de representar el 4.5% del PBI a apenas el 1% en una década.
“Estos recursos, destinados originalmente a hacer frente a crisis internacionales o desastres naturales, se han ido consumiendo sin que exista un plan claro para su reposición”, cuestiona. Paralelamente, el servicio de la deuda ahora absorbe cerca del 2% del PBI, el doble que hace diez años, reduciendo la capacidad de inversión en áreas prioritarias.
El crecimiento del gasto público muestra patrones alarmantes. Las remuneraciones han aumentado un 40% en términos reales desde 2014, pero este incremento no se ha traducido en mejoras tangibles en servicios esenciales como educación, salud o seguridad ciudadana.
“Estamos viendo un deterioro claro en la calidad del gasto público”, señala Prieto, quien además cuestiona que, pese a disfrutar de los mejores términos de intercambio en 75 años, el país no logre generar superávits fiscales.
Ligera mejora
Frente a este escenario, el déficit fiscal muestra una modesta mejoría, habiendo bajado del 3.5% del PBI en 2024 al 2.7% en mayo de 2025. Esta reducción se explica principalmente por un incremento del 14% en los ingresos fiscales entre enero y mayo, impulsado por la campaña de regularización del impuesto a la renta, que generó 10 mil millones de soles, un 70% más que en el mismo periodo del año anterior. Además, contribuyeron los altos precios de exportación y un ingreso extraordinario por la venta de una empresa del sector energético en 2024.
Sin embargo, el espacio para seguir reduciendo el déficit es limitado. Según el reporte Macroeconómico del BCP, se espera que el déficit cierre 2025 en torno al 2.8% del PBI, superando la regla fiscal vigente, que establece un límite del 2.2%.
El gobierno ha anunciado planes para modificar la regla fiscal y elevar el techo del déficit, iniciativa que requiere aprobación congresal. Mientras tanto, el Consejo Fiscal ha emitido alertas sobre medidas riesgosas. Entre ellas, destaca un proyecto de ley que duplica el impuesto de promoción municipal del 2% al 4% entre 2026 y 2029, lo que incrementaría los recursos del Fondo de Compensación Municipal (FONCOMUN).
El Consejo Fiscal estima que esto podría costar 8 mil millones soles al gobierno nacional hacia 2029, afectando las finanzas de la próxima administración.
En el frente del financiamiento, el Ministerio de Economía ha emitido un nuevo bono soberano a 10 años por 10 mil millones de soles con una tasa del 6.90%, además de realizar operaciones de canje para bonos con vencimientos entre 2026 y 2031. Estas maniobras buscan aliviar la presión ante el vencimiento próximo de US$ 1.3 mil millones en bonos globales, aunque expertos advierten que constituyen soluciones temporales que no abordan los problemas de fondo.
Prieto hace un llamado urgente a recuperar los principios que convirtieron al Perú en modelo de disciplina fiscal en la región. El país fue pionero en establecer un Consejo Fiscal Independiente y fijar un techo de deuda del 30% del PBI (actualmente en 31%), medidas luego replicadas por Chile y Colombia.
“La política fiscal no debe usarse sistemáticamente como herramienta contracíclica. Su activación debe reservarse para crisis graves como pandemias o desastres naturales, no para estimular el crecimiento de manera artificial”, insiste el especialista.
A pesar de la mejora en los ingresos, el gasto público no financiero creció un 7% interanual, con aumentos tanto en gasto corriente (+7%) como en inversión pública (+9%). Este dinamismo del gasto, común en años preelectorales, plantea desafíos adicionales para la consolidación fiscal, especialmente si no se acompañan de reformas que aseguren su sostenibilidad.
El gráfico del resultado fiscal muestra que, aunque el déficit se ha reducido desde 2024, sigue por encima del promedio observado entre 2014 y 2019 (-1.9% del PBI). Las proyecciones para 2026 anticipan un déficit del 2.5%, lo que sugiere que el ajuste fiscal será gradual y estará sujeto a riesgos, como un posible enfriamiento de la economía global o fluctuaciones en los precios de las materias primas.
La discusión sobre la regla fiscal adquiere relevancia en este contexto. Este mecanismo, diseñado para evitar desequilibrios macroeconómicos, podría flexibilizarse, pero expertos advierten que ello debe ir acompañado de un plan creíble para fortalecer los ingresos permanentes y controlar el gasto. De lo contrario, se podría erosionar la confianza de los mercados.
“Podemos recuperar la disciplina que nos brindó estabilidad por dos décadas, o continuar por la peligrosa pendiente del populismo fiscal. Las decisiones que tomemos hoy determinarán si el legado para la próxima administración será manejable o catastrófico”, enfatiza Prieto.




Propuestas para fortalecer la disciplina fiscal en Perú
Carlos Prieto Balbuena, Gerente del Área de Estudios Económicos del BCP, ha presentado un paquete de propuestas concretas para fortalecer el marco macrofiscal peruano, en un contexto donde el país enfrenta crecientes desafíos en su manejo económico. Sus planteamientos buscan crear barreras institucionales contra el populismo fiscal, especialmente en años electorales como el actual.
Fortalecimiento del Consejo Fiscal. Prieto propone otorgar mayores facultades al Consejo Fiscal, incluyendo la posibilidad de demandar ante el Tribunal Constitucional normas que vulneren la sostenibilidad fiscal. “Esto requeriría modificaciones jurídicas, pero es fundamental para proteger las finanzas públicas”, señaló. Además, sugiere que este organismo proyecte independientemente los ingresos usados en el presupuesto, evitando estimaciones optimistas que luego generan déficits.
Defensa del artículo 79 constitucional. El experto hizo especial énfasis en proteger el artículo 79 de la Constitución, que establece que el Congreso no tiene iniciativa de gasto. “Este principio está siendo malinterpretado – aclaró -. La prohibición no se limita al año fiscal en curso, sino que es una regla permanente que debe respetarse”. Propone incluso extender esta protección al gasto tributario, ante la proliferación de proyectos que buscan exoneraciones impositivas.
Blindaje electoral de las finanzas públicas. Una de sus propuestas más innovadoras busca evitar que en años electorales se aprueben medidas que comprometan los ingresos de la siguiente administración. “Lo que estamos viendo con el FONCOMUN es exactamente este problema – advirtió -. Se están tomando decisiones hoy que afectarán las arcas fiscales hasta 2029”.
Implementar la regla “pagar-gastar”. Prieto plantea un mecanismo de compensación automática: “Si se aprueba incrementar gastos o reducir ingresos después del presupuesto, debería exigirse simultáneamente identificar de dónde saldrán los recortes compensatorios”. Este modelo, similar al usado en otros países, evitaría deterioros fiscales por decisiones improvisadas.
Cultura de ahorro en tiempos de bonanza. El economista lamentó que, pese a los actuales términos de intercambio favorables (los mejores en 75 años), no se esté ahorrando para futuras contingencias. “Mantener la inflación baja es crucial, pero igual de importante es la disciplina fiscal – remarcó -. Los altos precios de minerales deberían ser oportunidad para recomponer reservas, no para gastar desmedidamente”.
Prieto cerró con una advertencia: “El gran reto es internalizar la importancia del manejo fiscal responsable en un año como este, donde las tentaciones populistas crecen”.