
La advertencia del presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, en Filadelfia es la señal más clara hasta el momento de que se avecina otro recorte de tasas y el banco central estadounidense está tratando de ponerse al día nuevamente, advierte el director ejecutivo de una de las organizaciones de asesoría financiera independiente más grandes del mundo.
- Citando un fuerte aumento de los riesgos a la baja para el empleo, Powell reconoció esta semana que el mercado laboral está mostrando una renovada debilidad, con una caída tanto en la contratación como en la disponibilidad de empleo. Los comentarios, que se producen apenas unas semanas antes de la reunión de política monetaria de la Reserva Federal del 28 y 29 de octubre, han reforzado las apuestas del mercado sobre otra reducción de 25 puntos básicos en las tasas de interés.
El S&P 500 se movió al alza tras el discurso de Powell, cerrando con un alza del 0,3 % en Nueva York, ya que los operadores comenzaron a descontar una nueva flexibilización. Esto marcaría el segundo recorte consecutivo tras la decisión de septiembre de reducir el rango objetivo de los fondos federales al 4-4,25 %, la primera caída en casi cinco años.
Los comentarios llegaron junto con nuevos datos de ADP que muestran que las empresas estadounidenses eliminaron 32.000 empleos en septiembre, una señal inequívoca de que la larga era de creación ininterrumpida de empleo está llegando a su fin. Dado que los datos oficiales de la Oficina de Estadísticas Laborales siguen retrasados debido al cierre del gobierno, la Reserva Federal ahora se basa en indicadores privados y modelos internos para evaluar la desaceleración. Powell confirman lo que los mercados ya sospechaban: que el banco central está una vez más detrás de la curva.
- Powell está reaccionando a tendencias que han sido evidentes durante meses, tuvimos que esperar a una administración supuestamente proempresarial para que Estados Unidos comenzara a perder decenas de miles de empleos al mes tras cuatro años de expansión constante. El cambio de tendencia es drástico y revelador, y ha obligado a la Reserva Federal a pasar de la paciencia al pánico.
El historial de Powell, señala, se define por la vacilación en puntos de inflexión clave. En 2018, la Fed endureció su política monetaria durante demasiado tiempo y con demasiada fuerza, solo para revertir el rumbo meses después cuando los mercados cayeron.
En 2021, los funcionarios subestimaron la inflación durante casi un año antes de verse obligados a emprender el ciclo de subidas de tipos más agresivo en décadas. Ahora, el mismo patrón parece repetirse a la baja. Powell espera hasta que la evidencia sea contundente, y para entonces la economía ya se ha desacelerado.
La advertencia marca un punto de inflexión en el tono de un banco central que, hasta hace poco, seguía más preocupado por la inflación que por el empleo. «La narrativa ha cambiado», añade. «Ahora la atención se centra en el empleo y el crecimiento, lo que significa que la política monetaria tendrá que ser mucho más flexible. Cada retraso reduce el impacto de la siguiente medida».
Las señales de tensión en la economía son inequívocas. La congelación de contrataciones se está extendiendo, la confianza del consumidor se está debilitando y las pequeñas empresas están sintiendo la presión de una financiación más restrictiva y unos costes más altos. El ajuste previo de la Reserva Federal, sumado a las presiones arancelarias y al debilitamiento de la demanda mundial, finalmente ha dado en el clavo.
- El último tono de Powell, cauteloso pero reactivo, podría acentuar la incertidumbre. Los mercados se mueven según las expectativas. Cuando la política monetaria se retrasa, la volatilidad aumenta. Los inversores buscan claridad y consistencia. Ahora mismo, no están consiguiendo ninguna de las dos.
A pesar de ello, dice, los inversores estratégicos ya se están posicionando para la oportunidad.
Cuando bajan los tipos, el capital busca rentabilidad. La siguiente fase de este ciclo recompensará a quienes actúen con anticipación. Es probable que veamos un renovado interés por la renta variable, en particular por las acciones de crecimiento de alta calidad con balances sólidos y exposición a la tecnología y la infraestructura digital. La reducción de los rendimientos también impulsará la diversificación global y la exposición selectiva a los mercados emergentes.
- El próximo ciclo de flexibilización podría impulsar un cambio más amplio en la asignación de activos. Este no es momento para que los inversores se queden de brazos cruzados, afirma. La política monetaria está volviendo a la normalidad y la liquidez está a punto de regresar al sistema. Los inversores que se anticipen en lugar de reaccionar definirán la siguiente fase del mercado.
Ahora que la Reserva Federal reconoce abiertamente que el mercado laboral se está tambaleando, que el impulso para un cambio de política monetaria es imparable. Parece casi seguro que habrá otro recorte este mes. La verdadera pregunta es si será suficiente para restaurar la confianza antes de que la pérdida de empleos se agrave aún más.
- Las últimas declaraciones de Powell subrayan que la Fed está reaccionando una vez más a los mercados en lugar de liderarlos. Pero mientras la política monetaria se adapta, surgen nuevas oportunidades. Quienes reconozcan ese cambio y se posicionen con anticipación serán los más beneficiados.