En medio de un complejo panorama económico, las microfinancieras del país lidian con crecientes gastos y reducción de utilidades. Las Cajas Municipales de Cusco, Ica y Paita explican su situación financiera y comparten las medidas que han tomado para mantenerla saludable.
En un escenario en el que la economía peruana se contrae, las Cajas Municipales sienten las consecuencias. Durante los 2 últimos meses, la mayoría de estas instituciones ha reportado un notable incremento en sus gastos financieros, los cuales han superado, en algunos casos, a sus ingresos, afectando seriamente sus utilidades.
Microfinanzas conversó con los gerentes centrales de Negocios de las Cajas Municipales de Cusco, Ica y Paita para conocer cómo afrontan el deterioro de sus indicadores financieros como consecuencia del alza de las tasas de interés y el retroceso económico del país.
Caja Cusco
Según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), a julio de este año, los ingresos financieros de Caja Cusco experimentaron un crecimiento de 22,72%. Sin embargo, esta aparente buena noticia se ve contrarrestada por un aumento significativo de 75,59% en los gastos financieros. Esta disparidad entre ingresos y gastos ha llevado a una reducción drástica de las utilidades de la entidad financiera.
Walter Rojas Echevarría, gerente central de Negocios de Caja Cusco, señaló que para entender esta situación es crucial analizar 4 cuentas financieras clave: ingresos financieros, gastos financieros, costos operativos y provisiones.
De estas, 3 representan cargas financieras, mientras que los ingresos financieros son el único componente que contribuye de manera positiva a la rentabilidad de la institución.
El aumento de los gastos financieros es uno de los principales desafíos que enfrenta Caja Cusco. Este aumento se debe, en parte, a un incremento en las tasas de interés que la entidad paga por el dinero que luego coloca en el mercado.
“Algunos de estos costos se han transferido a los clientes, no en su totalidad, y muchas entidades financieras han asumido parte de la carga. En el caso de Caja Cusco, ha impactado directamente en sus ingresos financieros”, afirmó Rojas.
Otro factor que ha contribuido a la disminución de las utilidades son las provisiones por conflictos sociales. A principios de año, los violentos disturbios y tensiones sociales generaron la necesidad de establecer provisiones adicionales para cubrir posibles pérdidas crediticias en carteras reprogramadas. Según la SBS, en agosto las provisiones de Caja Cusco respecto a su cartera de créditos atrasados representaban el 145,03%.
“La SBS ha instado a las instituciones financieras a realizar provisiones prudenciales para mitigar el riesgo de deterioro de estas carteras, lo que ha ejercido una presión adicional sobre los resultados de Caja Cusco”, indicó.
La morosidad y el incumplimiento de los pagos por parte de algunos clientes que habían reprogramado sus deudas también han impactado significativamente en las finanzas de la entidad.
A medida que los vencimientos se han acumulado, la morosidad ha aumentado, lo que a su vez ha requerido mayores provisiones. Según la SBS, en agosto del 2022 la cartera de alto riesgo respecto a los créditos directos representaba el 5,15% y en agosto de este año subió a 5,73%.
“En un contexto más amplio, Caja Cusco no está sola en esta difícil situación financiera. Otras Cajas Municipales también han enfrentado una reducción en sus utilidades, con descensos que oscilan entre el 30% y el 70%. En el caso de Caja Cusco, la reducción fue de 30%”, aseguró Rojas.
Walter Leyva Ramírez, Gerente central de Negocios de Caja Ica
Caja Ica
Walter Leyva Ramírez, gerente central de Negocios de Caja Ica, identificó varios factores que están afectando la salud financiera de la microfinanciera, siendo el primero de ellos el deterioro de su cartera crediticia, lo que ha llevado al aumento de las provisiones.
“Esto sugiere que muchos de los clientes están luchando para cumplir con sus compromisos crediticios, lo que crea un ambiente desafiante para la institución”, comentó.
Explicó que el segundo factor es el incremento de las tasas pasivas. “En un mercado altamente competitivo, estas tasas han aumentado significativamente, duplicando e incluso superando esta cifra en un periodo de 18 meses. Este aumento en los costos de financiamiento está ejerciendo una presión adicional sobre Caja Ica y el sistema en general”, consideró.
Un tercer factor es el estancamiento de las tasas activas. A pesar de que las tasas pasivas se han disparado, las tasas activas no han evolucionado al mismo ritmo. Esto ha llevado a una reducción en los márgenes de beneficio, lo que se traduce en un estrés financiero.
El cuarto elemento es el riesgo operacional. Caja Ica se enfoca en muchos segmentos rurales, incluido el crédito agrícola.
“Desafortunadamente, estos segmentos se han visto afectados por eventos climáticos adversos, además de riesgos políticos, como las manifestaciones ocurridas a principios de año. Estos factores han complicado aún más la situación financiera de la institución”, sostuvo.
Ante esta coyuntura desafiante, Caja Ica está implementando una serie de medidas para revertir su situación financiera. Leyva mencionó 3 de las acciones clave:
– Desaceleración de las tasas pasivas: Caja Ica busca reducir sus tasas pasivas, siguiendo la tendencia a la baja de la tasa de referencia, lo que debería disminuir el costo del financiamiento.
– Incremento progresivo de las tasas activas: Para compensar el mayor riesgo crediticio, la institución planea aumentar gradualmente sus tasas activas, manteniendo una competencia saludable en el mercado.
– Enfoque en el riesgo: Caja Ica está implementando medidas de mitigación de riesgos, particularmente en el sector agropecuario. Esto incluye el uso del seguro agropecuario para abordar el riesgo climático, mientras se mantiene vigilante sobre las variables macroeconómicas para aprovechar una eventual reactivación de la economía.
La combinación de estos enfoques estratégicos debería ayudar a Caja Ica a enfrentar sus desafíos financieros y avanzar hacia una situación más sólida. Con un enfoque en la gestión de riesgos y la adaptación a las condiciones cambiantes del mercado, la entidad busca restaurar su salud financiera y mantener su posición en el sector financiero.
Caja Paita
Según la SBS, los ingresos financieros de Caja Paita mostraron un crecimiento constante en los últimos 2 años. De julio del 2021 a julio del 2023, estos ingresos aumentaron en 31,05%, ascendiendo de S/17,96 millones a S/23,53 millones. De manera similar, los créditos directos experimentaron un aumento de 15,43%.
El gerente central de Negocios de Caja Paita, Roberto Ibáñez Vásquez, dijo que esperan cerrar el año en alrededor de S/155 millones en préstamos, y con una venta de cartera de aproximadamente S/3 millones.
“En comparación con el año pasado, que cerró en alrededor de S/135 millones, el crecimiento este año ha sido moderado, en parte, debido a factores económicos y desafíos climáticos en la región norte del país”, comentó.
Según la SBS, en julio del 2023 Caja Paita tuvo una pérdida de S/854 mil comparado con similar mes del año pasado. Ibáñez explicó que, pese al buen control de sus provisiones, las pérdidas han aumentado debido a la caída de la producción y de la actividad económica en general. “Las provisiones se han incrementado no solo por la mala conducta de pago de los clientes, sino también porque estos ya no venden como antes, lo que afecta sus pagos y, en algunos casos, genera declaraciones inexactas”, precisó.
Ibáñez relata sobre otros indicadores, estrategias y planes de Caja Paita en una nota aparte en esta misma edición de Microfinanzas.