Las micro y pequeñas empresas (Mypes) necesitan una reacción mucho más rápida de las microfinancieras con las que se financian, es decir, que los préstamos sean más ágiles para facilitar la rápida reacción que ya tienen las Mypes a los cambios que se están dando en el consumo, señala a Microfinanzas Rolando Arellano Cueva.
(*) Artículo publicado en la edición 224 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M224.pdf.
Entrevista por Luis Hidalgo Suárez
Usted puso en evidencia, hace ya unas décadas, el ascenso de nuevas clases económicas urbanas emergentes que provenían de la migración interna y de la economía informal. ¿Cómo se ha comportado este proceso en los últimos años a raíz de la pandemia, de la recesión económica y el aumento de la pobreza?
En ese proceso se dio la consolidación de una clase media popular que no respondía a las características tradicionales de clase media (compuesta básicamente por empleados bancarios, profesionales universitarios, etc.) sino a las de nuevas familias que crecieron en las periferias de las ciudades (Lima) y progresaron fuertemente.
Lo que vemos es que el impacto de la pandemia de la COVID-19 en el 2020 fue muy fuerte para esa nueva clase media y se ha reflejado, más que en las personas mayores, en un resentimiento, digamos, de los más jóvenes.
¿A qué se debe esa reacción de los más jóvenes?
A que ellos ya crecieron en una nueva situación económica de mayor holgura y lo que han visto es que con la crisis esa holgura se ha mantenido o, en algunos casos, ha disminuido, a diferencia de sus padres que cuando eran jóvenes su sentimiento era de crecimiento.
Entonces, en el grupo más joven, de 18 a 25 años de esta nueva clase media, se ve que hay un menor positivismo. Ha habido una respuesta diferenciada por edades.
¿Quiere decir que la resiliencia de la nueva clase media ante la crisis económica ha disminuido?
No, la crisis económica fue muy dura por la pandemia, pero la resiliencia, esa capacidad de los peruanos de seguir luchando, se mantuvo. A diferencia de un japonés, o un español, que cuando viene la crisis económica se pregunta qué hago o dice que necesita ayuda del Gobierno, aquí el peruano sabe que el Gobierno no funciona.
Por ello, el peruano sigue para adelante y se pone a vender cosas en la calle. En realidad, la capacidad de reacción del peruano promedio ayudó mucho a que no hubiera una crisis económica mucho mayor por el impacto de la pandemia.
Nuevas empresas
¿Ha cambiado el patrón y el ritmo de expansión de esos grupos económicos emergentes que se desarrollaron en un modelo de economía de mercado?
Ese patrón se ha mantenido y su ritmo de expansión no ha disminuido. De hecho, las tasas de emprendimiento en Perú son de las más altas. En el país, en el 2022 y 2023, se han seguido generando casi 300 mil empresas nuevas registradas en la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), por año, a pesar de la crisis.
¿Ese número de nuevas empresas es similar al que se tenía antes de la crisis?
Sí, es similar, pero si nos comparamos con otros países, por ejemplo, con Argentina, ese país tiene 900 mil empresas registradas en total y Perú tiene 3,5 millones de empresas registradas en la Sunat.
Pero la mayoría de las empresas en Perú son micro y pequeñas (Mypes)…
Sí, las grandes empresas son sólo el 0,5%, el 3% son medianas y el resto (96,5%) son Mypes. Pero más importante que el tamaño de las empresas es su capacidad de reacción frente a las crisis y en el Perú esta es mayor, esa es la resiliencia que mencioné antes.
Clase media
¿La nueva clase media de Perú ha disminuido en los últimos años por el impacto de la pandemia y la crisis económica?
Depende de cómo se mida, si se mide con las técnicas del Banco Mundial o de las Naciones Unidas, que se basan en tantos dólares de ingreso por día para clasificar a las personas (familias), la clase media se ha achicado un poquito en Perú.
Pero si se mide en términos, por ejemplo, de autoidentificación de la gente, esta se sigue considerando mayoritariamente de clase media en el país. La gente dice: yo no soy pobre, soy clase media (así sea clase media pobre), mis ingresos me alcanzan para vivir con cierta holgura.
¿A qué porcentaje asciende la clase media en el país?
Nuestras medidas siempre han dado entre 52% y 54% y eso se ha mantenido, a pesar del aumento de la pobreza.
¿Cuál sería la diferencia relevante entre clase media y clase alta?
La clase alta tiene capacidad de consumo en todas las categorías y puede elegir qué consume dentro de cada una de ellas. La clase baja se va a vestir, comer, etc., pero no tiene capacidad de elección dentro de esas categorías, dice: “Como lo que hay”. Mientras que el grupo de pobreza extrema come o compra ropa.
Lo que diferencia a la clase media es que puede elegir qué consumir, pero no en todas las categorías. Por ejemplo, estudia o se compra un carro. Y después que decide estudiar elige en qué universidad, pero no puede consumir todo. Vemos que esa capacidad de elección de la clase media se mantiene, no es que se haya pauperizado y haya pasado mucha gente a la pobreza.
Pobreza
Las cifras oficiales dicen que ha aumentado la pobreza monetaria, que llegó al 29% de la población en el 2023 y creció más en las ciudades, sobre todo en Lima…
Ahí hay un dato engañoso. (Ver recuadro: “Intención de compra de vivienda de los venezolanos es el triple que la de los peruanos”).
El aumento de la pobreza en los últimos 5 años y su recomposición, debido a que creció más en las ciudades, ¿ha tenido efectos importantes en la creación de empresas urbanas en cuanto a su ubicación, considerando que venían creciendo más en los conos de Lima, por ejemplo?
Sigue siendo así, es en esas zonas donde se ve el mayor desarrollo. Lo que está pasando es que mucha gente, las segundas y terceras generaciones de las familias que viven en la periferia de Lima, están empezando a ir a vivir a Lima central. Y lo que sigue creciendo más son las Mypes.
¿Sigue vigente su afirmación de que en el Perú la riqueza ya no es más privilegio de las élites tradicionales y de alcurnia?
Sí, claro. Lo que se afirma en términos de la economía política clásica es que los propietarios son los ricos y los proletarios son los pobres, pero en el Perú ocurre que los proletarios, los pobres, son dueños de sus casas. La propiedad de la vivienda es altísima en el Perú. En porcentaje, hay más propietarios de su vivienda en Comas que en San Isidro.
Además, los pobres son empresarios, emprendedores, son dueños de sus medios de producción, tendrán sólo un kiosco, pero es de ellos, mientras que en los niveles sociales más altos encontramos más gente que son empleados, con buenos sueldos, pero no son propietarios. Podemos decir que Perú es un país mayoritariamente de propietarios, no de proletarios.
¿Los cambios habidos en la pobreza están afectando los patrones de consumo urbano?
Esos cambios sí están afectando el consumo, sobre todo en los tamaños de los tickets de compra y en las porciones, pero no está afectando las costumbres de consumo. Por ejemplo, más gente está yendo a los supermercados, se ha incrementado la modernidad del consumo y van con más frecuencia, pero el ticket de compra es más pequeño.
La gente que ya se acostumbró a usar champú, no es que vuelva a lavarse el cabello con jabón de pepita, sino que compra un frasco de champú más chico porque su capacidad adquisitiva ha disminuido con la inflación que ha sido alta en estos años.
¿Ha cambiado la estructura del gasto familiar por tipo de productos?
Con la caída de los ingresos de las personas, lo que se ve es que aumenta la proporción del gasto en alimentos, pero el gasto en educación se ha mantenido relativamente.
De otro lado, algunos precios relativos han disminuido, por ejemplo, el de la ropa, o de la vivienda, lo que hace que se mantengan los niveles de consumo. Otros gastos han subido bastante, por ejemplo, en transporte, y en salud por el aumento de sus precios.
Ante esos cambios en el consumo, ¿Cuál debe ser la respuesta de las empresas?
Las microempresas se adaptan rápidamente a esos cambios, su capacidad de reacción es muy rápida, inmediatamente comienzan a sacar productos de menor tamaño y no dejan que el cliente se les vaya. El problema está en las medianas y grandes empresas, donde las expectativas se tornan más negativas y dicen ‘mejor no invierto’, ‘lo pospongo para más adelante’.
Las Mypes necesitan una reacción mucho más rápida de las entidades microfinancieras con las que se financian, es decir, que los préstamos sean más ágiles para facilitar la rápida reacción que ya tienen estas empresas a los cambios en el consumo.
Nuevas regiones
¿Siguen los flujos de migración interna hacia las grandes ciudades desde el campo y las provincias, o eso se está revirtiendo en el contexto actual de crecimiento económico débil?
De hecho, aparte de la migración de los venezolanos, en las grandes ciudades ya no hay crecimiento poblacional por causa externa (migración interna). El crecimiento demográfico en ellas es básicamente endógeno, como es el caso de Lima; en algunas ciudades un poco más que en otras. Lo que sí vemos es que se están formando nuevos ejes económicos regionales.
¿A qué se refiere?
Los políticos quieren hacer regiones, regionalizar nuevamente, pero nosotros encontramos que ya hay una regionalización hecha por la misma gente y que tiene que ver mucho más con el crecimiento de los mercados. Por ejemplo, hay una región macro en el norte donde las capitales serían Chiclayo y Trujillo, ciudades a las que acude, por ejemplo, un consumidor de Cajamarca, de Piura, etc., para comprar productos que necesita y ya no viene hasta Lima; lo mismo pasa con los estudios, envían a sus hijos a esas capitales.
Arequipa es otra macro región que ha concentrado todo el sur: Tacna, Cusco, Moquegua, etc. Y en el centro tenemos a Huancayo. En ambos casos pasa algo similar que en la macrorregión norte. A esas 3 macrorregiones se añadiría la selva, pero aún está algo aislada.
Entonces, más que una migración interna, se está dando una concentración económica en esas macrorregiones, pero la gente ya no está dejando sus casas para venir a las grandes ciudades.
¿Cuáles son las consecuencias en las características del empleo de estos cambios de la migración interna?
Ya no está creciendo tanto el empleo independiente por este factor; además, la tercera generación de los migrantes internos tiene una visión de negocios distinta, ya son más organizados. Pero algo que tiene que ver es que, más que con la migración, a pesar de las malas autoridades, se ve un mayor crecimiento económico fuera de Lima que en la capital.
Eso también se ve en los presupuestos. El 75% del presupuesto público nacional se aplica fuera de Lima, antes era el 50%. Y esto augura un crecimiento importante de las regiones.
Inclusión financiera
La Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) ha mostrado que, para enfrentar la caída de sus ingresos y el aumento de la pobreza, los peruanos estarían recurriendo a sus ahorros y a endeudarse más, sobre todo en el mercado informal que es el más caro y peligroso. ¿Cuál es la situación del crédito informal y cuáles son sus nuevas tendencias?
De los datos que tenemos de nuestros estudios no vemos que la gente se endeude más que antes. Lo que sí hemos visto es que hubo un momento en el que creció fuerte el endeudamiento en el mercado informal, pero más que por necesidad fue por oportunidad ya que era muy fácil endeudarse ahí. Pero la gente ahora ha empezado a reaccionar y debería disminuir.
De otro lado, es normal en una crisis que, con la disminución del ingreso de las personas, suba un poco la morosidad en el repago de los créditos en el sector formal.
En cuanto a los ahorros, sí se han gastado en parte, pero sucedió algo extraño después de la pandemia que no se midió: hubo un grupo muy grande de peruanos cuyos ahorros disminuyeron, pero en un 30% sus ahorros aumentaron durante la pandemia. Son los que tenían trabajo y no gastaban como antes (por la cuarentena y luego por las limitaciones en los aforos, etc.), pero superadas esas limitaciones, el ahorro de las personas ya no ha seguido subiendo.
Hace unos años Ud. advertía de que solo el 30% de peruanos bancarizados presenta conocimientos financieros. ¿Ha mejorado ese porcentaje?
La bancarización ha subido ahora al 50%, lo que ha cambiado mucho es la introducción de los monederos digitales, lo cual es un primer plazo para la formalización y ayuda a la bancarización.
Pero tenemos una bancarización precaria, se habla de bancarización porque se tiene alguna relación con un banco o entidad financiera mediante una cuenta de ahorro o de sueldo, pero la penetración bancaria es menos de 2 productos bancarios por persona bancarizada. Es una penetración muy débil y menos de la mitad de los bancarizados tiene tarjeta de crédito, por ejemplo.
¿Qué hacer para que los peruanos pobres accedan cada vez más al crédito formal?
Pasa por un tema de educación bancaria básicamente. Las empresas no nos hemos dado cuenta de que cuando copiamos cosas que vienen de afuera estas se han dado en un ambiente donde la gente está bancarizada hace más de 30 años y tienen conocimientos financieros.
Por ejemplo, queremos poner la banca por internet, que sirve muy bien para alguien que hace tiempo hace operaciones por el cajero y ahora las puede hacer en línea. Pero cuando la gente nunca ha hecho operaciones de ese tipo, empezar por banca por internet es complicado.
Antes se tiene que educar y capacitar a la gente en el uso de estos instrumentos. Y eso lo tienen que hacer las empresas financieras, los bancos, no sólo los grandes, sino sobre todo las microfinancieras ya que su público es el que más necesita aprender.
Cifras & Datos
– Según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el ingreso real mensual por habitante (IRMH) en el país fue de S/1.148 en el 2023, menor en 1% respecto al del 2022, pero 10,2% por debajo del nivel del 2019 (S/1.278)
– En Lima Metropolitana el IRMH (S/1.332) subió en 0,7% en el 2023, respecto al 2022, pero es menor en 17,1% respecto al 2019.
– En el resto urbano las caídas del IRMH (S/1.204) fueron de 3% y 9,5%; mientras que en el área rural creció 0,3% y 5,2%, respectivamente.
– El gasto real mensual por habitante (GRMH), por su parte, fue de S/866 y cayó 0,7% en el país en el 2023 y está 10,7% por debajo del nivel del 2019.
– En Lima Metropolitana el GRMH fue de S/968 en el 2023, menor en 0,4% respecto al 2022, pero 17,2% por debajo del nivel del 2019.
– En el resto urbano el GRMH fue de S/917 en el 2023, es decir 1,8% menos que en el 2022 y 10,3% por debajo del nivel del 2019.
– En el área rural el GRMH fue de S/569 en el 2023, es decir 1,4% más que en el 2022 y 3% mayor que el nivel prepandemia.
“La gente no se da cuenta de que lo que hacen las autoridades políticas sí les afecta fuertemente en lo económico y social”
“Tenemos que hacer un gran trabajo de educación cívica con la gente para que sepa elegir; más allá del tema de elegir a tal persona, hay que enseñarles a que voten bien. Que sepan, en primer lugar, que cuando votan lo están haciendo por su familia, por ellos mismos”.
Los problemas económicos y el aumento reciente de la pobreza en el país están asociados a la crisis política de los últimos años, ¿cómo ha afectado esta crisis a la creación de empresas?
La crisis política ha afectado el crecimiento de las empresas, sobre todo de las grandes porque son las más ligadas a la política. El 75% de las personas es informal y lo que haga o no el Gobierno en términos políticos casi no las afecta.
Si se pregunta a ese sector de peruanos cuál es la noticia más importante hoy, la mayoría va a decir algún partido de fútbol de Perú. Pero si se les pregunta quién es el primer ministro, no saben.
Sólo hay un 25% de la población a los que les interesa la política. La mayoría de estos está ligada a empresas grandes o medianas, es población con un poco más de educación, que es la que está midiendo el largo plazo.
Pero las consecuencias económicas de la crisis política sí afectan a todos…
Correcto, lo que sí afecta también a ese 75% es el impacto de la crisis política en la inversión ya que si las expectativas de los empresarios caen se contrae la inversión privada y eso afecta a las microempresas porque la demanda de sus productos y servicios por parte de las empresas grandes disminuye.
Digamos que las consecuencias de la mala política comienzan desde arriba, en las grandes empresas y llegan hasta abajo a las Mypes, pero a la mayoría de los micro y pequeños empresarios no les interesa la política.
La elección de gobiernos que no promueven el libre mercado y la inversión privada, como el de Pedro Castillo, ha tenido resultados negativos. ¿Por qué los peruanos eligen a este tipo de gobernantes?
Para empezar, hay que considerar que, si la política no me interesa, si no sé para qué me sirve un presidente, no pongo atención en el tema y al final termino preguntando en la fila de votación el día de las elecciones por quién voto.
De hecho, si el voto no fuera obligatorio, probablemente el ausentismo electoral en el país sería enorme, estamos hablando de un 70% de ausentismo. La gente no se da cuenta de que lo que hacen las autoridades políticas sí les afecta fuertemente en lo económico, social, etc.
En segundo lugar, nadie se preocupa por hacer educación cívica en este sentido, educación política, digamos. Por el contrario, desde el Gobierno de Alberto Fujimori se empezó a quitar piso a los partidos políticos, a hablar mal de la política como si esta fuera mala en esencia.
Todo eso ha contribuido a que la política sea cada vez menos importante para la mayoría de la población y que esta no sepa elegir a sus representantes políticos.
Siendo el Perú un país de emprendedores y trabajadores independientes mayoritariamente ¿diría que su comportamiento está disociado entre lo político y lo económico? Para emprender son muy capitalistas, pero para elegir autoridades políticas votan como clase asalariada…
Comparto poco esa visión; si se observa cómo fue realmente el voto que eligió a Castillo, por ejemplo, tuvo menos del 15% de los votos en primera vuelta, el resto (en la segunda vuelta) fue un voto por temas raciales, el antifujimorismo, etc. No es que la gente en Perú tenga un comportamiento político de izquierda.
Lo que sí se ha visto, y que los políticos tradicionales no se han dado cuenta, es que el poder está yendo hacia la gente más representativa del pueblo.
¿Cómo es eso?
Si vemos los presidentes elegidos desde los años sesenta, tenemos a Manuel Prado, procedente de la oligarquía; luego Fernando Belaúnde que es un patricio, un miraflorino (clase alta); después vino Alan García, un barranquino (clase media alta).
Luego empezamos a ver a un descendiente de inmigrantes, Fujimori que vivió en Breña (clase bien media); Alejandro Toledo, el primer serrano; luego otro serrano, Ollanta Humala; y, después viene Castillo.
Es decir, salvo Pedro Pablo Kuczynski, en los últimos años los presidentes elegidos son más de pueblo que de la clase alta debido a que la población está identificándose más con ellos.
Por su familia
¿Qué hacer para evitar que en el 2026 los peruanos sigan votando mal, es decir, sin considerar los riesgos económicos y sociales de las opciones que elijan?
De hecho, tenemos que hacer un gran trabajo de educación cívica con la gente para que sepa elegir; más allá del tema de elegir a tal persona, hay que enseñarles a que voten bien. Que sepan, en primer lugar, que cuando votan lo están haciendo por su familia, por ellos mismos. Además, que no están eligiendo a un jefe sino a un subordinado (un servidor público).
En segundo lugar, que voten por alguien que tenga capacidad y actitud positiva, que por lo menos se informen sobre quiénes son los candidatos; y, tercero, un factor que mucha gente ignora, que sepan la importancia de votar en la primera vuelta ya que esa es la que decide la conformación de los grupos políticos en el Congreso porque resulta un gran problema si no se elige bien. (Cabe señalar que los últimos gobiernos no han tenido peso en el Poder Legislativo).
¿Los peruanos podemos ver con optimismo el futuro de nuestra economía en un contexto de incertidumbre política, estando ya cerca las elecciones del 2026?
Sí, creo que las posibilidades de un resultado político muy negativo son menores que la probabilidad de que salga elegido un presidente medianamente bueno. Considero que difícilmente saldrá elegido un extremista.
¿No cree que en el 2026 se repita la experiencia que se tuvo con la elección de Castillo?
No. El gran peligro es tener una gran atomización de candidatos, tener 40 por ejemplo. Y no creo que el problema de las próximas elecciones vaya a ser de tipo ideológico, sino de mala elección.
En cuanto a la economía, tenemos año y medio para que el Producto Bruto Interno (PBI) crezca 3%, como se proyecta, y con cierto nivel de estabilidad, lo que significaría una tasa casi el doble del promedio de la región.
Además, es probable que en el corto plazo haya un crecimiento mayor por el impacto del inicio de operaciones del puerto de Chancay, que se inauguraría en noviembre, y por la resiliencia de la gente.
Lo peor que puede pasar es que la gente empiece a paralizarse, que no invierta, que no emprenda por el temor a que en 2 años salga elegido un presidente extremista. Eso sí haría mucho daño a la economía.
“Intención de compra de vivienda de los venezolanos es el triple que la de los peruanos”
¿Por qué dice que las cifras de la pobreza son engañosas?
Sorprende que en la discusión sobre las cifras de crecimiento de la pobreza no se mencione a la que vino con la inmigración venezolana. Porque si esta se considerara como factor relevante, las propuestas para mejorar cambiarían drásticamente.
La duda surge al ver que entre el 2018 y 2023 la pobreza creció en 8 puntos porcentuales, pero, en ese mismo período, ingresaron al país 1,5 millones de venezolanos, que representan el 5% de la población total del país. En un estudio nuestro encontramos que 2 tercios de ellos están en situación de pobreza.
¿Eso explicaría por qué ha aumentado más la pobreza en la zona urbana?
Claro, pero siempre que los nuevos migrantes venezolanos hayan formado parte de la muestra en las encuestas sobre la pobreza. El mayor crecimiento de la pobreza urbana que la rural coincide con que casi todos los migrantes se afincaron en ciudades. (Venezuela tiene la menor proporción de población rural de Latinoamérica).
Las cifras oficiales muestran que, justamente contra lo que siempre pasaba, que la pobreza rural crecía más que la urbana y en las regiones más que en Lima, ahora ocurre lo inverso, crece más en Lima que en el resto del país, en el área urbana más que en la rural, en la costa más que en la sierra, que son precisamente los lugares a donde más llegaron los venezolanos.
Coincidencia extraña
Las cifras dicen que la pobreza urbana creció más en Lima…
Esa es otra coincidencia extraña para las tendencias usuales. Se calcula que en Lima se quedaron un millón de migrantes venezolanos, el 10% de la población capitalina, y donde la pobreza creció mucho más (de 14,2% a 28,7%) que en el resto de Perú.
Si el aumento de la pobreza urbana es más producto de la migración venezolana, ¿tendrían que modificarse entonces las políticas para la lucha contra la pobreza?
Totalmente, porque en nuestro estudio además hemos encontrado que 2 tercios de los venezolanos que migraron al Perú quieren quedarse, no piensan regresar a su país. Hemos medido su intención de compra de vivienda (no su capacidad) y es el triple que la de los peruanos.
De otro lado, a partir de las medidas oficiales de la pobreza monetaria se afirma que esta ha crecido muchísimo, pero en realidad no ha aumentado tanto. De hecho, si nos comparamos con otros países de la región, el nivel de pobreza de Perú (29% en el 2023) es mucho más bajo que el de México (cerca de 40%) y el de Colombia (36%).
Mi mensaje es que hoy escuchamos muchas voces en el país que dicen que todo está mal en Perú y están generando un pesimismo en la población. Las cifras de la economía y la pobreza son malas, pero no son tan malas como se dice.
¿Hacia dónde debería orientarse la política pública contra la pobreza teniendo en cuenta a los venezolanos?
Son 2 grupos de venezolanos que vinieron al país. Uno es el pobre extremo tradicional que necesita ayuda del Estado y otro es el venezolano que necesita una ayuda especial (para que sean más productivos y autosuficientes) ya que con ellos está pasando lo mismo que pasaba cuando los primeros migrantes (nuestros antecesores) vinieron a Lima y los marginaron.
Además, tengamos en cuenta que una mejor interpretación de las cifras ayudaría a definir un nivel de riesgo país distinto hacia afuera y, sobre todo, disminuiría el desánimo de los empresarios que invierten y generan empleo.
¿Por qué?
Porque notaríamos que la “pobreza importada del extranjero” más que un decrecimiento total de la demanda podría estar mostrando un crecimiento de los consumidores potenciales, situación muy similar a la que vivieron nuestras ciudades durante la gran migración interna del siglo pasado.
Censos Nacionales se adelantaron al 2025 para evaluar efectos de pandemia, FEN y migración venezolana
En la última semana de junio, el Poder Ejecutivo declaró de interés y prioridad nacional la realización de los Censos Nacionales: XIII de Población, VIII de Vivienda y IV de Comunidades Indígenas, en el año 2025, a cargo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Cabe señalar que estos Censos Nacionales se realizan cada 10 años, por lo que, considerando que los últimos se realizaron en el año 2017, correspondía al año 2027 su próxima realización. Sin embargo, estos han sido adelantados por el Poder Ejecutivo.
“Es necesario realizar los censos nacionales el próximo año por los cambios que ha experimentado el país como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, los efectos que dejó el Fenómeno de El Niño (FEN) y la creciente migración internacional (mayoritariamente venezolana), que han impactado seriamente en el crecimiento demográfico y económico”, explicó el INEI.
Indicó que los próximos Censos Nacionales 2025 permitirán actualizar la información demográfica, económica y social de los habitantes y hogares de los distritos de Perú; así como, la de las viviendas. La información obtenida de los censos nacionales servirá de herramienta para el diseño de políticas públicas, asignación de recursos, identificación de polos de desarrollo económico, identificar las poblaciones vulnerables, fuerza laboral; así como establecer perfiles y proyecciones de población, que ayuden a disminuir la pobreza, subrayó.