
Llega la Semana Santa y miles de familias en Perú mantienen viva la tradición de consumir pescado en estas fechas. Más allá de la costumbre, este hábito representa una gran oportunidad para incorporar nutrientes esenciales en la dieta, especialmente el Omega-3, un ácido graso fundamental para la salud.
El país cuenta con una gran riqueza marina que aporta especies con alto contenido de Omega-3, como la caballa, el jurel y el atún. Estos pescados no solo son accesibles y versátiles, sino que también contribuyen a la reducción del riesgo cardiovascular, la mejora de la concentración y el desarrollo cerebral, además de sus propiedades antiinflamatorias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo de 250-500 mg de Omega-3 diarios, cantidad que se puede alcanzar fácilmente con una porción de caballa o dos latas de atún a la semana.
En la gastronomía peruana, recetas como el cebiche de jurel, el sudado de caballa o los guisos con atún en conserva permiten disfrutar de estos beneficios sin perder el sentido y sabor tradicional de la temporada.
‘’El consumo de pescado en Semana Santa es una tradición que, además de unir a las familias, da una oportunidad de fortalecer nuestra alimentación con nutrientes esenciales. Además, el acceso a estos productos es cada vez más sencillo gracias a formatos como el pescado congelado y enlatado, que conservan hasta el 95% de sus nutrientes’’, señaló Cynthia Osorio Lench, jefe de Gestión de Calidad en Pesquera Hayduk.
El sector pesquero en Perú ha logrado una producción sostenible con vedas reguladas y tallas mínimas de captura que garantizan la disponibilidad de estos recursos en el tiempo. En un mundo donde el 90% de la población no consume suficiente Omega-3, el mar peruano ofrece una solución natural y sostenible. Durante esta Semana Santa, consumir pescado es una oportunidad para disfrutar de los sabores peruanos y cuidar la salud con una fuente natural de bienestar.