En el marco de los 35 años de nuestra querida Caja Huancayo, es un honor dirigirme a todos aquellos que han sido parte fundamental de este emocionante viaje. Hoy celebramos no solo una fecha en el calendario, sino tres décadas y media de transformación, de oportunidades y de contribución a la vida de innumerables personas en nuestro país.
Nuestro camino ha estado marcado por la esperanza y la humildad. Hemos sido testigos de cambios profundos en las vidas de muchas personas. Hemos llevado esperanza, ilusión y la oportunidad de superar obstáculos a quienes enfrentaban dificultades financieras. Hemos sido la fuerza detrás de la consolidación de pequeños negocios y actividades que forman el tejido vital de nuestra economía, en un entorno donde la informalidad predomina.
En estos 35 años, hemos dejado una huella indeleble en nuestras comunidades locales y regionales. Hemos sido una herramienta para la inclusión financiera, un catalizador del desarrollo económico y un actor comprometido con el progreso de nuestra sociedad. No solo hemos brindado servicios financieros, sino que también hemos sido un vehículo para cambiar vidas.
Somos la primera Caja en todo el sistema de Cajas en tener presencia nacional. Nuestras 214 agencias en todo el país, y especialmente en las zonas más remotas y desfavorecidas, nos convierten en un pilar financiero insustituible en muchas comunidades.
Mirando hacia atrás, nuestros indicadores financieros hablan por sí mismos. Hemos pasado de ocupar un modesto quinto o sexto lugar en el sistema de Cajas Municipales en el 2010, a estar en el segundo lugar, muy cerca de ser los líderes indiscutibles en términos de indicadores financieros.
Además de nuestro crecimiento y estabilidad financiera, hemos establecido asociaciones estratégicas de renombre internacional. Nuestra colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la próxima alianza con la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial son, hitos históricos que nos llenan de orgullo.
Y no podemos pasar por alto nuestra expansión internacional, con la apertura de nuestra oficina en Ecuador. Esta es una señal de nuestra visión global y nuestra determinación de ser una fuente de apoyo más allá de nuestras fronteras.
Pero no son solo los números los que cuentan. Cada logro, cada sonrisa en un cliente, cada vida transformada, es lo que da verdadero significado a lo que hacemos. Somos la mano amiga que se extiende para ayudar, para dar esperanza y para construir un futuro mejor. Nuestra labor es solidaria y fraterna, guiada por un propósito de servicio a la gente que más lo necesita en nuestro país.
Por ello, quiero expresar mi profundo agradecimiento a todos los colaboradores de Caja Huancayo. Ustedes, con su profesionalismo y dedicación, son los arquitectos de nuestro éxito. Son ustedes quienes han llevado adelante nuestra misión y han contribuido a hacer realidad el impacto positivo que tenemos en nuestra sociedad.
En este aniversario, quiero invitar a todos a un minuto de silencio en honor a nuestros hermanos colaboradores que ya no están con nosotros. Además, propongo la instalación de una placa que conmemore su contribución y su legado. Esto reflejará que somos más que colegas, somos una familia unida por valores y principios.
En conclusión, les deseo a todos ustedes, en sus esfuerzos cotidianos, el mayor de los éxitos. Sigamos haciendo nuestro trabajo con la pasión y el compromiso que nos caracteriza. Cada persona que entra por nuestras puertas merece ser recibida con alegría y afecto, porque detrás de cada cliente hay un mundo entero que confía en nosotros para un mejor mañana.
En nombre del Directorio, la Gerencia y la Junta de Accionistas, les extiendo un fuerte abrazo y mis mejores deseos. ¡Felices 35 años, Caja Huancayo!