Este incremento de la tasa de interés se trasladará hasta agosto, aproximadamente, declaró Wilber Dongo Díaz a Microfinanzas. Dijo que las colocaciones de Caja Arequipa subieron en enero, pero muy por debajo de lo esperado debido a las protestas. En febrero y marzo estas colocaciones se normalizaron.
¿Qué tanto cree que podría crecer el mercado de las tarjetas de crédito tras la aprobación por insistencia del Congreso de la Ley de Fortalecimiento de las Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (CMAC)?
El producto tarjeta de crédito es un sueño de las Cajas de hace varios años. El año pasado, la Caja Arequipa comenzó a trabajar para contar con este producto en el 2023. El Congreso aprobó por insistencia la norma que permite a 9 de las 11 Cajas acceder rápidamente a la emisión de las tarjetas.
Sin embargo, la regulación peruana exige que para desarrollar un producto financiero se tiene que cumplir con ciertas condiciones. Por ello, es que el producto tarjeta de crédito requiere del visto bueno de las unidades de riesgo de cada institución para no afectar la sostenibilidad y la solvencia de la organización.
Las Cajas nacimos para brindar créditos a las micro y pequeñas empresas (Mypes), pero compartimos a muchos de nuestros clientes con otras organizaciones. Esto nos exige trabajar para evitar que tomen créditos que van en contra del objetivo de sus negocios.
Lo que las Mypes necesitan para operar es capital de trabajo con las condiciones crediticias que desde hace 40 años se dan en el Perú con las Cajas Municipales. Por ello, la tarjeta de crédito de las Cajas está destinada a las personas idóneas (perfil de riesgo), para que la usen en su consumo sin afectar o distraer los recursos destinados a sus negocios.
Si igual las CMAC deben cumplir con los requisitos que exige la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) para que puedan emitir una tarjeta de crédito, ¿por qué fomentar una nueva regulación como la aprobada por el Congreso?
Lo que se ha establecido es la accesibilidad de ofrecer dicho producto, pero igualmente se tiene que cumplir regulaciones. Antes, para que una Caja pudiera ofrecer una tarjeta de crédito, primero tenía que presentar una solicitud ante la SBS y, por medio de una evaluación, la SBS brindaba su autorización. Sin embargo, el Congreso ha permitido que las Cajas puedan emitir tarjetas de crédito sin necesidad de que la SBS opine previamente, pero eso no escapa que luego el regulador las supervise.
El nivel de exigencia de la SBS en este producto es mayor que para los créditos tradicionales que brindamos a las microempresas. Por eso, el Comité de Riesgos y los órganos de gobierno de cada una de las Cajas que estime la emisión de tarjetas de crédito, tendrá que velar porque este nuevo producto no afecte su solvencia y capitalización.
El superintendente adjunto de Banca y Microfinanzas de la SBS, Jorge Mogrovejo, dijo a Microfinanzas que, si desde hace dos años existía el procedimiento simplificado para calificar como proveedor de tarjetas de crédito y solo una Caja presentó su solicitud, ¿por qué se espera que ahora ocurra?
Es una buena reflexión. Como bien dices, en el 2017 se dio el Programa de Fortalecimiento de las Cajas Municipales, también se dio la oportunidad para acceder a estos productos que la ley no contemplaba. Tenemos una Caja que el año pasado pudo ser autorizada para emitir tarjetas de crédito.
Sé que hay 3 Cajas, entre ellas Caja Arequipa, que están en ese camino, y la vía que optó la Federación Peruana de CMAC (FEPCMAC) es que el Congreso permita la aceleración de la autorización, pero insisto, eso no quita que el regulador deje de supervisar este producto.
Entonces, si una Caja empieza a ofrecer créditos a través de tarjetas sin tener los procesos o el perfil de riesgo del deudor, lo más probable es que su indicador de morosidad se eleve y eso genere provisiones y, por lo tanto, se descapitalice.
Cuentas corrientes
La norma permite que las Cajas también emitan cuentas corrientes, pero este es un mercado altamente competitivo, en el que la banca se ha adueñado de la torta con toda la inversión en redes de infraestructura que ha hecho para las empresas, ¿cómo competirán en este negocio?
Al igual que pasa con las tarjetas, el nicho real de las Cajas Municipales es el segmento de la microempresa. Por ejemplo, a pesar de que la Caja Arequipa es la más grande de su sistema, no cuenta con ningún cliente del segmento corporativo y muy pocos en gran empresa; entonces, no tenemos la necesidad de ofrecer cuentas corrientes porque incluso con el desarrollo de la tecnología, lo que se hacía a través de cheques hoy se hace en forma digital como, por ejemplo, mediante transferencias electrónicas.
Es decir, ¿dudan que el producto cuentas corrientes crezca en la oferta de las Cajas?
En el mercado financiero desde hace un buen tiempo se observa ello, y en el caso particular de las Cajas no llegan a ese sector empresarial y, también, porque la mayoría de los pagos ya no se hacen a través de cheques sino en forma electrónica, de cuenta a cuenta a través de la Cámara de Compensación Electrónica (CEE) y del Sistema LBTR del Banco Central de Reserva (BCR) y las transferencias entre personas naturales e incluso en las Mypes se hacen a través de los aplicativos móviles (app) y billeteras electrónicas.
Impacto de protestas
En enero, las utilidades tanto de las financieras como de las Cajas Municipales han disminuido respecto a similar mes del año anterior, y las cajas rurales reportaron pérdidas. ¿Esto es producto de las protestas o también hay otras causas?
Es evidente que el conflicto social, que se inició el 7 de diciembre del año pasado con las decisiones del presidente de ese entonces que fue destituido, generó alguna convulsión social en muchas regiones y departamentos. Las protestas en el sur siguieron hasta febrero e incluso muchas personas vinieron a Lima con la finalidad de expresar su malestar sobre esa situación, pidiendo cambio de gobierno. Esto desencadenó el bloqueo de carreteras y la interrupción de actividades económicas y comerciales en varias localidades.
Sin embargo, gran parte de este efecto ya se recuperó en febrero y se ha mantenido en esa mejora en este último mes de marzo. Por ejemplo, en enero registramos una variación positiva de las colocaciones, pero muy por debajo de lo esperado. Mientras que, en febrero y marzo, hemos vuelto a la normalidad. En dichos meses, hemos aumentado nuestras colocaciones en más de S/100 millones en términos brutos.
Eso significa que, pese a las circunstancias, los empresarios tuvieron que reinventarse para seguir con sus labores. Esto ha sido un problema eventual que no va a afectar las condiciones de solvencia y seguridad de la mayoría de las microfinancieras que están haciendo las cosas correctas.
Sin embargo, a fines de febrero y principios de marzo se incrementaron las lluvias en el norte del país y llegó el Ciclón Yaku. La SBS permitió que las entidades financieras adopten medidas de excepción, ¿cuál ha sido el impacto?
Y sigue afectando a dichas regiones y localidades, a diferencia de lo acontecido de diciembre a febrero, que afectó a varias regiones por casi 70 días, este fenómeno climático ha afectado el norte por casi 7 días a inicios de marzo y ha vuelto en estos últimos días, sumando al efecto de muchas localidades de Lima durante un período de casi 10 días.
Los negocios se han visto afectados de forma diferente en cada localidad y algunos en gran magnitud. Se debe esperar los efectos y daños para buscar soluciones a las familias cuyas viviendas fueron afectadas porque estaban cerca de las quebradas y los ríos que se desbordaron y ver el efecto en la economía familiar. En el caso de las ciudades de la región norte, las inundaciones han afectado no sólo la actividad diaria sino sus bienes y cultivos. Aquí se necesitará dar otro tratamiento a dichos clientes.
En una entrevista anterior mencionó que la morosidad iba a crecer en este año, ¿cuál ha sido su evolución?
Más allá de los efectos climatológicos que no los teníamos previsto, la morosidad a la que me refería iba a provenir de las entidades financieras que habían adoptado las medidas de reprogramación pero que no estaban sincerando su cartera de créditos. Algunas entidades han estado permitiendo que se siga reprogramando con la normatividad que se dio para la COVID. Hace un mes, la SBS eliminó ese oficio de la reprogramación por la COVID con lo cual lo que les queda a las entidades es cobrar, refinanciar o castigar.
Incluso, muchas de esas entidades cuentan con créditos de los programas de apoyo del Gobierno como Reactiva y FAE (Fondo de Apoyo Empresarial), que también han comenzado a vencerse. Entonces, esos plazos de gracia que se dieron en dichos financiamientos van a evidenciar si realmente las reprogramaciones fueron bien otorgadas y si estas actividades siguen vigentes.
Esto no significa que el sistema financiero se vaya a afectar. Lo que va a suceder es que las entidades que en su gestión no han tenido las provisiones necesarias para cubrir esta emergencia, van a tener que evidenciarlo, la mora está subiendo en estos tres primeros meses del año y considero que hasta el mes de junio tendrá dicho comportamiento, pero no va a ser significativo para el sistema financiero que se mantiene fuerte y sólido.
Tasas de interés
La inflación todavía sigue en niveles altos y si bien la expectativa es que baje, se mantiene la competencia por los depósitos del público. ¿Cómo esta situación afecta a los costos financieros de las entidades?
Bastante. Felizmente, la captación de depósitos del público no ha disminuido porque los clientes mantienen sus depósitos en las entidades que ofrecen una mejor tasa y que cuentan con una mayor solvencia que garantice la seguridad de estos. Esto ha provocado que aumente el costo del crédito en el financiamiento corporativo y el de la gran y mediana empresa.
Sin embargo, si se mira los 4 últimos meses, la tasa de interés de los créditos a la MYPE no ha subido. El costo promedio del crédito a la microempresa alcanza un 25% y de la pequeña empresa 18%.
Eso implica que el rendimiento de las microfinancieras, que otorgan créditos a estos dos sectores en mayor proporción, está siendo afectado porque el margen de utilidad se ha reducido y no ha sucedido lo mismo con los costos operativos. Por eso, vemos que las utilidades en este tipo de instituciones son cada vez menores, y este impacto se va a evidenciar hasta junio, cuando esperamos se corrijan los indicadores de inflación y el BCR opte por bajar su tasa de referencia.
¿Esto puede agravarse?
Dado que el costo de fondeo ha subido y las ventas han sido afectadas por esta convulsión y factor climatológico, la morosidad puede ser el otro factor que agrave esta situación de menor rendimiento de estas entidades financieras.
Sin embargo, la historia del Perú muestra que las entidades que tienen más de 30 años en actividad cuentan con buenos equipos de gestión de riesgos, que determinan a qué sectores se otorgan los nuevos créditos, y de ahí que, por ejemplo, en febrero y marzo Caja Arequipa haya reducido su mora frente a enero.
Dado que las tasas pasivas están subiendo, ¿puede haber un incremento de las tasas de los créditos a las Mypes?
Sí. Las tasas de estos créditos se han podido sostener para no afectar a los clientes, pero dado que la tasa pasiva sigue manteniéndose alta por más de 6 meses, necesariamente se tiene que trasladar a la tasa de los créditos afectando a los clientes MYPE. Esto va a pasar desde abril hasta agosto, aproximadamente.