El Gerente Central de Negocios de Caja Arequipa conversó con MICROFINANZAS y nos cuenta que la primera labor que desempeño en dicha microfinanciera fue el de tasador de joyas, el crédito prendario, que era el servicio inicial con qué se crearon las Cajas Municipales en el Perú.
Tuvo la ocasión de estar en la atención de operaciones en la única agencia que ofrecía el crédito a los microempresarios, dicha vivencia fue la que marcó su visión, su propósito personal y profesional. Con esfuerzo, capacitación permanente y perseverancia hoy es un referente de las microfinanzas no solo en el ámbito nacional, sino que su labor ha trascendido en organizaciones internacionales donde muchas de ellas han recibido su vista y consejos. Se declara apasionado de la lectura, del karaoke, y de compartir momentos con su familia, y como cualquier integrante de una familia, en sus ratos libres también le toca sacar a pasear a su perro, la mascota de la familia.
—¿Cuándo y cómo empezó a escribirse la historia de Wilber Dongo en el segmento de las microfinanzas?
Fue a los 27 años, me desempeñaba como contador público y tomé la decisión de ingresar a Caja Arequipa. Eran los años 90 y 91, en aquellos tiempos en el Perú conseguir empleo era complicado. Recuerdo que pasaba por la esquina de Mercaderes con Pierola y observaba el local de la que se llamaba Caja Municipal de Arequipa, miraba y decía es una institución nueva y distinta a los bancos, me causó interés.
Posteriormente vi el aviso de convocatoria, postulé junto a otras mil personas para tres puestos de trabajo. Felizmente fui elegido y mucho en mi familia decían, “pero si tienes un trabajo estable donde estas ganando, por ejemplo, tres veces más de lo que te va a dar la Caja, ¿por qué vas a hacer ese cambio?”, y como dije en el reconocimiento que me hicieron en el último evento del SIM (Seminario Internacional de Microfinanzas), usando la estrofa del poema de Robert Frost, “dos caminos se bifurcaban en el bosque” y tomé el menos transitado y ahí fue la diferencia.
—¿Fue difícil esa decisión de salir de su zona de confort?
Salí del camino más transitado y cómodo, de mi status quo. Deje un trabajo en el que era contador público e incluso me encargaba de administrar algunas empresas. Lo anecdótico es que el primer día luego de las capacitaciones me envían a la segunda agencia que existía (solo eran dos agencias) y quedaba en la Pampilla, en Arequipa y allí comenzó todo.
—¿Cuáles fueron sus primeras labores en Caja Arequipa?
Empecé con el crédito prendario, me enseñaron a tasar las joyas. Entonces, comencé desde abajo y eso ha sido muy importante en mi vida profesional. Luego estuve en ventanilla, como cualquier persona que atiende operaciones a los clientes. Mi agencia estaba en la zona de La Pampilla que era un mercado informal y tuve la oportunidad de interactuar con los comerciantes de la zona que se acercaban a nuestra agencia, ello me dio la vivencia e hizo nacer mi deseo de ayudar a las personas de dicho sector.
Luego de estar atendiendo en ventanilla, la gerencia de ese entonces me colocó en la jefatura de logística, luego jefatura de personal, y posteriormente administrador de agencia (en ese tiempo no se llamaban gerentes). Recién en 1998 logré ser gerente mancomunado de la Caja Arequipa, función que he desempeñado en esta organización hasta la fecha y en otra dentro del mismo sector como gerente general.
—¿Qué significan las microfinanzas para usted?
Las microfinanzas en su esencia es servir a las personas. Es entender la virtud que una persona puede tener, es ayudar al prójimo. Siempre menciono que el valor de nuestra vida no se define por lo que hacemos por nosotros, sino que está determinado por lo que hacemos por lo demás. Eso fue lo que me atrajo de Caja Arequipa, que no era un trabajo que consistía en solo hacer utilidades para una empresa o empresario. Acá trabajas para personas que tienen familia detrás de ellos, que, además, son vulnerables: la mayoría no han sido favorecidos para obtener buena educación, salud y vivienda; entonces con mayor pasión te dedicas a eso. Las microfinanzas es servir a las personas para que logren su bienestar y el de sus familias.
—¿Qué significa Caja Arequipa para usted?
Es mi segunda familia. Tengo 26 años trabajando en la Caja, 31 años en microfinanzas porque fui 5 años gerente de otra institución microfinanciera, pero Caja Arequipa me ha dado la vida que tengo, la posibilidad de servir a personas, de estar rodeado de equipos talentosos como todos los colaboradores de la Caja que la están haciendo grande. Caja Arequipa tiene el reconocimiento internacional por su propósito de servicio, no sólo por los buenos indicadores de gestión que cada año avalan un buen gobierno corporativo.
—En su experiencia, ¿Cuáles son las diferencias principales entre el manejo de la banca y el manejo de cajas municipales?
La banca se dirige a un sector mucho más formal, grandes empresas, medianas empresas donde la evaluación se hace a través de una cadena de valor. Los bancos tienen prácticamente todos los productos de una empresa de esa dimensión necesita como apoyo financiero, digamos las cuentas corrientes, los depósitos, cartas fianza, seguros y los créditos que dan a la empresa.
En microfinanzas se atiende a personas, emprendedores que en la mayoría de los casos no cuentan con estados financieros, no hay garantías. Este modelo de crédito individual al microempresario se desarrolló y aplicó en el Perú por una consultora alemana que nos enseñaron e impulsaron su sostenibilidad y crecimiento en todas las cajas peruanas, el motor de este modelo es el analista de crédito, quien con la debida preparación, tiene que ir al punto de venta para hacer una evaluación económica y financiera para determinar la capacidad de pago, y luego conocer la familia y su hogar, el entorno del emprendedor para conocer su cualidad moral y compromiso de repago.
Muchas veces en esta relación analista – cliente, el cliente busca incluso fortalecer dichos lazos solicitando a su analista que apadrine a algunos de sus hijos, estableciendo una relación de afinidad y amistad que llega a algunas veces a tener conexión de afinidad personal, sin afectar el respeto a la relación contractual con la empresa; eso es lo que nace de la microfinanzas, es decir, una relación que va más allá de una transacción bancaria que es puramente lucrativa. Acá se forman relaciones permanentes.
—Usted siendo un referente en el sector, ¿Qué le aconsejaría los nuevos gerentes que están ingresando al segmento?
Antes que nada, tienen que sentir pasión por servir, tener empatía con el sector y las personas que lo conforman, buscar siempre como lograr el progreso de sus clientes, ponerse siempre a disposición de sus colaboradores; no es un tema de desarrollo jerárquico, personal o profesional que pueden hacerlo en otra empresa u otro sector, las microfinanzas dejan huella en el alma de los que han vivido esa experiencia.
Creo que hay tres temas principales en cualquier profesional. Lo primero, ser agradecido por lo que tienes, por servir, incluso por lo que no tienes, de ser parte de la vida de otras personas. Segundo, el retarse a uno mismo, tu autorresponsabilidad, cada día debes preguntarte: ¿qué voy a conseguir? ¿hasta dónde quiero llegar?, para ello tienes que tener claro tu propósito y objetivos. Tercero, es el tiempo; comprender que no somos permanentes y uno tiene que fijarse cada día una meta. La vida es corta y, a veces, nuestra felicidad depende justamente del camino que vamos transitando y no el destino o la meta que nos obsesionamos en lograr a cualquier medio.
—A su edad, ¿se siente una persona exitosa?
Me siento una persona feliz, tengo un hogar: mi esposa y tres hijos, eso es lo principal. También soy feliz porque estoy rodeado de personas generosas: mis hermanos, amigos, y en especial los colaboradores de la Caja y creo que cuando compartimos un evento (SIM 2022) como hoy donde reconocen tu trabajo, es donde uno se ve agradecido por lo que aportado, por lo que puede enseñar y seguir aprendiendo. Tengo una frase de Gandhi que dice “mi vida es mi mensaje”, ósea, creo que una persona integra, una persona con principios y con actitud, no es solo hablar, tiene que ser coherente y claro con sus imperfecciones, pero su vida debe ser el mensaje para los demás. Como inspiras es tu ejemplo, eres tú como persona, no es solo en tu trabajo, no eres una persona distinta en tu trabajo o en tu hogar, eres tú, por eso, debe existir coherencia entre mi voz y mis acciones.
—¿Tiene algún pendiente por cumplir?
Siempre he creído que las personas por más avance en edad que tengamos en nuestro ciclo de vida debemos siempre retarnos, la vida nos permite ser agradecidos cada día, desde que amanece, agradecer porque tenemos todavía una oportunidad de hacer el bien. Creo que siempre podemos ayudar a terceros, tal vez, no un apoyo económico, pero sí de llegar de impactar sus vidas, de provocar en ellos el deseo de superación, de confiar en sus capacidades, de apoyar a centros de infancia y de juventud que necesiten gente de mayor experiencia.
La vida nos ha enseñado que las personas con mayor vivencia demuestran su valía por la experiencia que manejan, los jóvenes son siempre impetuosos, piensan que a cierta edad saben todo. Hasta el último día donde tengas fuerza para ayudar a terceros, el buscar lo mejor de cada persona, ese será mi propósito.
—¿Cómo es Wilber Dongo en su ámbito familiar?
Trato de estar desligado del trabajo, aunque nunca un gerente se desliga totalmente, sin embargo, al contar con un hogar, me permite tener esos momentos de felicidad como compartir con mis hijos una película por el streaming. Me encanta salir a comer y almorzar, los fines de semana con mis hijos. Me gusta pasear, compartir con amigos, escuchar música, pasear a mi perro, me encanta leer, voy a crear el club de las 4 de la mañana que es la hora habitual de mi inicio de lectura, me gusta cantar, los karaokes. En realidad, Wilber Dongo es una persona común y corriente con un rol humano, porque al final seguimos siendo humanos más allá del rol profesional que tengas donde tienes el deber o la obligación de inspirar a tu equipo para que crezcan haciendo crecer personas. Uno crece cuando las personas de tu alrededor crecen.
—¿Qué espera de Caja Arequipa para los próximos años?
En el SIM 2022 tuve la oportunidad de exponer una visión futura de lo que deben ser las microfinanzas en especial de Caja Arequipa y mencioné que a los éxitos que tenemos hoy, tenemos que conseguir ser una organización ágil e innovadora con un soporte tecnológico abierto. Le dicen banca abierta que permita ser colaborativo con instituciones financieras y de otras actividades, permitiéndolas usar nuestros aplicativos y con ello puedan ayudar a más personas. Hemos hablado del laboratorio de innovación, del centro de análisis de datos, incluso de nuestros agentes corresponsales propios para que puedan servir en la atención a clientes de otras entidades o al público en general.
Queremos ser una plataforma de servicio colaborativo, pero viendo que el 51% de la población peruana está conformada por la generación “Z” y “Y”, estamos pensando en crear pronto un NEOBANCO, totalmente digital, sin descuidar la actual forma de modelo de Caja Arequipa. Lo que sucede es que para hacer esta transformación a veces es más difícil cambiar todo lo que tienes atrás, de 36 años que tenemos, procesos estrictamente definidos.
Hoy estamos atendiendo con mucha transacción digital a nuestros clientes. Desde nuestro aplicativo Misti damos créditos en forma directa, pero no todos acceden a eso, hay muchos clientes que van a la oficina y otros que quieren llevar todo por medios digitales. Entonces veo que los bancos más desarrollados en Europa han hecho lo mismo, crear paralelamente una entidad financiera que dependa de la institución matriz pero totalmente digital y es eso lo que pensamos hacer en los 3 próximos años.