
Las personas esperan cierto nivel de conveniencia cuando se trata de interacciones digitales. Gracias a sus numerosos beneficios, las tecnologías biométricas están satisfaciendo —e incluso superando— esas expectativas.
A medida que las empresas y los consumidores continúan reconociendo el valor y la practicidad de estas soluciones, se espera que la adopción crezca en todos los sectores en 2025, incluido el sector bancario. A pesar de las inversiones en la banca digital, sigue existiendo una fuerte demanda de cajeros automáticos. Según datos del Banco Mundial, Brasil es el país con el mayor número de cajeros automáticos en el mundo, con 159.897 máquinas, y en América Latina seguido por México, país que en marzo de 2024 la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) tenía registradas 63,464 ATM, de acuerdo detalló un informe del BBVA.
Este volumen significativo también exige debates relevantes sobre las implicaciones éticas, las preocupaciones con la privacidad y el desarrollo responsable de estas soluciones, garantizando que la biometría sirva a la sociedad de forma ética y equitativa.
Al incorporar soluciones como el reconocimiento facial y la huella dactilar, los bancos pueden optimizar la incorporación de clientes, acelerar la verificación de identidad y reforzar la seguridad frente a fraudes cada vez más sofisticados. Siendo un sector históricamente atento a la innovación, muchos bancos ya adoptan tecnologías biométricas avanzadas, incluidas cámaras de reconocimiento facial.
A continuación, destacamos las principales tendencias biométricas que deberían moldear el escenario de autenticación y verificación de identidad a lo largo de 2025:
- Biometría sin contacto
La búsqueda de soluciones de seguridad no invasivas y más higiénicas continuará impulsando el desarrollo de sistemas biométricos sin contacto. Tecnologías como el reconocimiento facial y la lectura de huellas digitales o de la palma de la mano eliminan la necesidad de contacto físico o la intervención de un operador. En el caso de la cámara facial, por ejemplo, no es necesario tocar ningún equipo.
- Biometría multimodal
La integración de múltiples modalidades biométricas —como reconocimiento facial, huella dactilar y reconocimiento de voz— en sistemas de autenticación única se volverá cada vez más común. Esto mejora la seguridad y proporciona una experiencia más fluida al usuario, al ofrecer múltiples capas de verificación.
- Evaluación de la calidad de la imagen
Capturar imágenes de alta calidad es esencial para obtener resultados biométricos precisos. En entornos exigentes, como bancos, aeropuertos o fronteras, los escáneres biométricos —incluidas las cámaras faciales y los lectores de huellas digitales— deberán incorporar tecnologías avanzadas de evaluación de imagen, adaptándose automáticamente a desafíos como iluminación inadecuada, diversidad demográfica y condiciones climáticas adversas.
- Biometría con IA y aprendizaje automático
La inteligencia artificial permite que las soluciones biométricas se perfeccionen continuamente, aumentando la precisión y la capacidad de defensa frente a amenazas emergentes, como los deepfakes. Este perfeccionamiento es fundamental para garantizar la confiabilidad de los sistemas.
- Detección avanzada de ataques de presentación (PAD)
Los PAD utilizan algoritmos de inteligencia artificial para identificar señales sutiles, como las microexpresiones, distinguiendo entre personas reales y falsificaciones. Esta tecnología reduce los riesgos al detectar intentos de fraude en el momento de la captura de la imagen.
- Biometría en el borde (edge computing)
El procesamiento de datos biométricos directamente en los dispositivos, sin necesidad de enviarlos a servidores centrales, ofrece beneficios como menor latencia, mayor privacidad y autenticación en tiempo real. Este enfoque es especialmente útil en aplicaciones como el reconocimiento facial.
- Autoservicio con biometría
La preferencia por experiencias autónomas está creciendo en sectores como la banca y los aeropuertos. La incorporación de cámaras de reconocimiento facial en quioscos, cajeros automáticos, terminales de pago y torniquetes electrónicos permite una autenticación rápida y segura, promoviendo la eficiencia operativa y la conveniencia para el usuario.
- Consideraciones éticas
Con la creciente presencia de la biometría en el día a día, las preocupaciones éticas cobran mayor relevancia. Se espera que los principales proveedores refuercen su compromiso con la diversidad de datos, buscando reducir los sesgos en los algoritmos y promover la inclusión en sus aplicaciones. Esto será fundamental para fortalecer la confianza pública en el uso ético y responsable de la tecnología.
- Privacidad y seguridad de los datos
La privacidad de los datos sigue siendo una prioridad tanto para los consumidores como para las empresas. Reglamentaciones como la LGPD en Brasil y otras normativas internacionales (como el GDPR, BIPA y CCPA) continuarán influyendo en la forma en que se recopilan, almacenan y utilizan los datos biométricos. En 2025, veremos un enfoque aún mayor en garantizar el control individual y la transparencia en el uso de esta información sensible.
- Expansión de la biometría en diversos sectores
La tendencia es que empresas de distintos sectores adopten tecnologías biométricas para optimizar procesos, aumentar la eficiencia y responder a la demanda de mayor autonomía en las actividades cotidianas. El uso de características individuales para la autenticación se está convirtiendo en una alternativa más segura y precisa que las contraseñas complejas o las verificaciones manuales, que son susceptibles a errores.
La biometría continuará avanzando con un enfoque en el equilibrio: conveniencia aliada a la responsabilidad ética, la protección de datos y el respeto a la privacidad. Al aprovechar el potencial único de la biología humana, estas innovaciones contribuirán a proteger nuestro universo digital en expansión.
Para los bancos, estas tendencias representan no solo una evolución tecnológica, sino una transformación fundamental en la forma de relacionarse con los clientes. La biometría ha dejado de ser un diferencial para convertirse en un pilar estratégico de seguridad, agilidad y personalización de los servicios, tanto en los canales digitales como en los físicos, como los cajeros automáticos.
En una región como América Latina, donde la infraestructura bancaria aún es ampliamente utilizada de forma presencial, la integración de soluciones biométricas inteligentes permite al sector equilibrar tradición e innovación, garantizando confianza y practicidad al usuario. Al adoptar estas tecnologías de manera ética y transparente, los bancos tienen la oportunidad de fortalecer su reputación, aumentar la eficiencia operativa y construir una experiencia más segura y fluida para sus clientes en 2025 y en el futuro.