𝗗𝗢𝗦 𝗣𝗢𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘𝗦 𝗧𝗘𝗥𝗔𝗣𝗜𝗔𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗘𝗟 𝗖𝗢𝗩𝗜𝗗 - 𝟭𝟵 𝗧𝗜𝗘𝗡𝗘 𝗔𝗟𝗚𝗨́𝗡 𝗘𝗙𝗘𝗖𝗧𝗢

Escrito por César Martinez. Publicado en Mayo 2020

La esperanza levanta la cabeza, pero se necesita más información

Se ha prestado especial atención al remdesivir, un agente antiviral desarrollado por Gilead, una firma californiana, para tratar el ébola, pero que se dejó de lado cuando se descubrió que era menos efectivo para ese propósito que las alternativas. El 29 de abril, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, que ha estado realizando ensayos controlados aleatorios de este medicamento, dijo que los datos preliminares mostraron que funcionaba. El 1 de mayo, la Administración de Drogas y Alimentos del país dijo que permitiría el uso de emergencia de la sustancia.

Remdesivir es un análogo de nucleótido; en otras palabras, su estructura imita una de las letras químicas que forman el alfabeto del código genético del virus, que está escrito en una molécula llamada ARN que es similar, pero no idéntica, al ADN. La letra química mal ajustada encierra el mecanismo de replicación del virus. El efecto de Remdesivir no fue dramático: mejoró el tiempo de recuperación de los pacientes de 15 días a 11 días, y no hubo diferencias estadísticamente significativas en las tasas de mortalidad entre pacientes tratados y no tratados, pero fue real. Una reducción de cuatro días en la duración de la estadía reducirá la carga de la enfermedad en los hospitales.

Aún no se han publicado los datos completos del ensayo, algo que pone nerviosos a quienes no participan en él. Robin Ferner, farmacólogo clínico de la Universidad de Birmingham, en Inglaterra, por ejemplo, dice que la falta de datos es "inútil y confusa" para los médicos que quieren saber si sería un buen tratamiento y cuándo darlo. Algunos médicos piensan que el medicamento deberá administrarse antes de lo que fue en el ensayo, cuando la carga viral de un paciente está aumentando, para tener un mayor efecto. Además, los extraños no pueden analizar actualmente los diferentes grupos de pacientes involucrados, para asegurarse de que aquellos que no recibieron tratamiento coincidieran con los que sí lo hicieron. Si, por ejemplo, aquellos en el grupo de tratamiento fueran más saludables que aquellos que no se trataron como control, eso haría que el medicamento se vea más efectivo de lo que realmente es.

También hay otro problema. Los suministros de la droga son limitados y lleva tiempo fabricar más. Gilead ha estado trabajando duro desde principios de año, cuando se planteó por primera vez la idea de que remdesivir podría funcionar contra covid-19, para aumentar la producción. El objetivo es haber realizado cursos de tratamiento de 1 millón para fin de año.

Remdesivir puede ser entonces un comienzo. Sin embargo, es probable que su valor final sea como un brazo de una terapia combinada. Otros medicamentos que pueden formar parte de dicha terapia incluyen medicamentos antivirales adicionales y también medicamentos antiinflamatorios.

Un candidato a tratamiento antiinflamatorio es Actemra (tocilizumab), fabricado por Roche y actualmente recetado para la artritis. Muchos de los más gravemente afectados por el covid-19 mueren por una reacción exagerada de su sistema inmunitario, llamada tormenta de citoquinas, que provoca una inflamación masiva de los pulmones y la consiguiente insuficiencia respiratoria. Las citocinas son moléculas de señalización secretadas por el sistema inmunitario para regularse. Se produce una tormenta cuando se liberan niveles incontrolados de citocinas. Actemra bloquea los receptores celulares para una citocina llamada interleucina-6.

En un ensayo reciente de Actemra, 129 pacientes de covid-19 afectados de forma moderada o grave que habían desarrollado neumonía mostraron que reduce las muertes de covid-19 en los pacientes más afectados. El gran desafío con los tratamientos antiinflamatorios es saber cuándo administrarlos. Aplicados demasiado pronto, reducirán la respuesta inmune necesaria para domesticar el virus. Para eso, los médicos deberán analizar cuidadosamente los datos del ensayo de Actemra. Sin embargo, estos tampoco se han publicado aún.

FUENTE: THE ECONOMIST