El 70% de la población extranjera en el Perú quiere ahorrar o tener una tarjeta de débito. El 30% requiere crédito y pide un monto de entre US$1.000 y US$2.000, declara a Microfinanzas el director general del Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito (WOCCU, por sus siglas en inglés), Óscar Guzmán Sánchez.
¿Cuál es la relevancia de incluir a la población migrante en el sistema financiero?
Es importantísimo. Sin servicios financieros, los negocios o emprendimientos de los migrantes no serían sostenibles. Es como si los emprendedores locales no tuviéramos acceso a productos bancarios, no hubiera una cuenta para ahorrar o una tarjeta de débito para poder hacer compras y pagos.
¿Los pone en desventaja?
Claro, incluso no tener acceso a seguros, realmente los deja como población vulnerable, están desprotegidos. En un estudio que hicimos en junio del 2020 en Perú y Ecuador, identificamos que solo el 14% y 18% de la población migrante venezolana en cada país tenía acceso a servicios financieros, respectivamente. Es decir, la brecha es tremenda.
¿Este porcentaje habría aumentado a la fecha?
Estamos actualizando el estudio, en Ecuador vemos que la brecha se redujo, porque el porcentaje de migrantes que accede a servicios financieros pasó de 18% a 39%. Hemos crecido más del doble, lo que es muy bueno, sin embargo, todavía hay 6 de cada 10 venezolanos que no acceden a estos productos.
En Perú, ¿también se ha duplicado esta participación?
Los resultados en Perú los tendremos listos para compartir, aproximadamente, en este mes setiembre. Si bien la brecha es amplia en el país, es muy probable que el porcentaje de migrantes incluidos haya crecido más que en Ecuador.
Proyecto
¿Qué lo habría gatillado?
Aquí es donde entra nuestro trabajo. Tenemos un proyecto de inclusión y coordinamos con un grupo de 8 entidades financieras en los 2 países. En el caso de Perú, está el Banco de la Nación, Caja Arequipa, Caja Huancayo, Financiera Confianza y, recientemente, hemos suscrito un convenio con la Financiera Efectiva.
También trabajamos con 2 cooperativas de ahorro y crédito y 2 fintech, es decir, hay un abanico de entidades financieras que nos permiten abrir las puertas a la migración.
¿Qué labores realizan con estas entidades?
Trabajamos de la mano para reducir las barreras de acceso. Primero, la documentación, en Perú tenemos 7 formas diferentes de identificación para los migrantes y las entidades no están preparadas para recibir estos papeles, solo el más común que es el carné de extranjería.
Entonces buscamos ajustar las políticas de los procesos e, incluso, sus sistemas informáticos para que puedan aceptar todo tipo de documentos.
¿Esta es la principal barrera?
No. La principal barrera viene desde las entidades financieras que ven el hecho de trabajar con los migrantes como un tema puramente social y de riesgo. Entonces, en realidad, no están abiertos a migrantes.
Lo que hacemos al inicio es demostrarles que hay un potencial en este segmento, que no solamente es un fin social. Es un beneficio para la entidad y el país.
¿Qué tan grande es este nicho?
De 1,5 millones de venezolanos en Perú, el 70% tiene empleo o un negocio, es decir, está generando ingresos, tiene capacidad de ahorro y de gasto. Ese 70% quiere ahorrar o tener una tarjeta de débito. Además, solo el 30% requiere crédito y pide un monto promedio de entre US$1.000 y US$2.000. Entonces el riesgo crediticio es limitado cuando se ve todo esto.
Morosidad
¿Cómo es la morosidad?
Es muy baja para este sector. Los extranjeros saben que es difícil encontrar una entidad con la oferta adecuada que también les permita el ingreso a sus productos, una cuenta de ahorros, un crédito o un seguro. Cuando aparece una que le abre la puerta, siente la responsabilidad de cumplir con sus pagos y ser financieramente saludable porque puede ser la única institución que le de esa oportunidad.
¿Las barreras son las mismas en la región?
Lastimosamente, diría que la población migrante, en general, en Perú, Ecuador, Colombia y en todos los países, ha tenido este cierre de puertas al inicio. Se acercan a una entidad financiera para abrir una cuenta de ahorro y no tiene los requisitos o los migrantes no los cumplen.
¿A dónde acuden por financiamiento?
Se van al mercado informal, es lo que les queda.
¿Qué medidas están tomando para evitar esto?
No solo trabajamos en la documentación, también buscamos ajustar los productos y procesos. Hay que generar políticas de riesgo de crédito diferentes porque el migrante no tiene un historial crediticio, no cuenta con garantes. Entonces, hay que ir generando esas condiciones inclusivas, que permitan un mejor manejo del riesgo de parte de las entidades.
Canales de atención
¿Y en cuanto a canales de atención?
Claro, trabajar en el uso de cajeros corresponsales o agentes y, sobre todo, billeteras digitales que permitan un acercamiento al sistema financiero a través del celular o una computadora.
¿La población migrante puede acceder a créditos digitales?
Sí, hemos desarrollado productos de financiamiento digitales y automáticos que no solo se dirigen a los extranjeros sino también a los locales. Son créditos que se desarrollaron junto con los socios (instituciones) durante la pandemia y ahora se están consolidando.
¿Continuarán con esta transformación digital?
Por supuesto, es un tema todavía pendiente en muchas entidades y muy importante de abordar ahora, pues el desarrollo de un producto digital toma su tiempo.
El mercado requiere con rapidez estos servicios, por ejemplo, hemos conseguido una sinergia entre una fintech y dos cooperativas, la primera puso su tecnología y las demás su experiencia en el otorgamiento de préstamos y el fondeo.
¿Cómo miden el progreso de este proyecto de inclusión?
Cuando las entidades financieras están preparadas para atender a la población migrante y estos cuentan con educación financiera para acceder a servicios bancarios, realizamos jornadas o ferias financieras en donde la población decide cuál es la institución y el producto que más se adecua a sus necesidades. Con ello, hemos logrado que más de 110 mil personas que nunca han accedido al sistema, adquieran un producto o servicio.
Perfil
¿Qué perfil del usuario migrante predomina?
De hecho, un tercio de las personas incluidas financieramente en el proyecto tiene entre 18 y 29 años, lo cual es muy bueno pues este segmento es uno de los más relegados junto con las mujeres o familias de zonas rurales.
¿En qué les beneficia a estos grupos pertenecer a su proyecto?
Les brindamos más oportunidades y estamos logrando recortar además la brecha de ingresos. Conseguimos que los ingresos de nuestros emprendedores migrantes crezcan, en promedio, 30% el año pasado y 27% durante la pandemia.
Es muy bueno, mientras en el mercado local se pierden empleos o se cierran negocios, el segmento de extranjeros ha sostenido su crecimiento. Incluso el salario de las mujeres aumentó más que el de los hombres.
¿Cómo califica la actitud de la banca frente a esta inclusión?
Hay muchas entidades que tienen la capacidad para ofrecer estos productos, pero no necesariamente tienen la voluntad, depende de la estrategia que siga cada banco.
Nos hemos topado con algunos cuyo nicho no es la población de bajos ingresos, de zonas rurales o clientes en situación vulnerable. Por ello, estamos trabajando más con microfinancieras que apuntan a este segmento.
¿Cuál es la labor del regulador en todo este proceso?
También vamos de la mano con la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y, efectivamente, es un líder en cuanto a inclusión financiera. Está haciendo un buen trabajo, generando las políticas y normas adecuadas, fomentando la coordinación entre el sector público y privado.
Con este entorno, ¿el Perú está preparado para lograr una verdadera inclusión?
Nada es perfecto, sino que todo es perfectible. Hay puntos pendientes que podríamos mejorar, sin embargo, el panorama actual en Perú es propicio para promover una inclusión financiera.
Lo que se requiere es trabajar en innovación y buscar alternativas con medios digitales. En la región hay muchas oportunidades de inclusión que no solo representan un beneficio para la sociedad sino para la economía en general.