El viceministro de Mype e Industria, César Quispe Luján, anunció que el programa otorgará garantías de hasta el 80% del valor de proyectos tecnológicos, con un tope de US$ 200.000. La iniciativa, en coordinación con cajas municipales, estará orientada a mypes que trabajen con los CITE o ProInnóvate, beneficiando a más de 21,000 empresas.
(*) Artículo publicado en la edición 230 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M230.pdf.
La campaña escolar 2025 ha comenzado, y el optimismo que la rodea es palpable. Después de años de desafíos con el modelo educativo híbrido debido a los rezagos de la pandemia, el mercado finalmente muestra señales de una recuperación sostenida. La demanda de productos escolares, desde uniformes hasta útiles básicos, ha retomado su curso, marcando un dinamismo renovado en toda la cadena de valor.
Un indicador clave de esta reactivación es el crecimiento de entre un 15% y 20% en las importaciones de insumos escolares, según la Cámara de Comercio de Lima. Esta cifra no solo refleja la confianza que comienza a asentarse en el mercado, sino también el esfuerzo constante de los emprendedores por adaptarse a un entorno en transformación.
Desde octubre del año pasado, he tenido la oportunidad de visitar a clientes que forman parte de esta cadena, desde importadores hasta pequeños comerciantes, y he sido testigo directo de este renacimiento.
En puntos cruciales del comercio, como el Mercado Central y San Juan de Lurigancho, el movimiento es evidente: stocks renovados, locales con más clientes y emprendedores que reinventan sus estrategias para aprovechar esta ola de crecimiento. Un ejemplo que destaca es el de los emprendedores dedicados a la fabricación de mochilas y cartucheras. Frente a la creciente demanda y la falta de espacio, una de nuestras clientes tomó la decisión de alquilar áreas adicionales y subcontratar parte de su producción. Su determinación no es aislada; más bien, simboliza la capacidad de adaptación que caracteriza a tantos negocios en este sector.
Este dinamismo no se limita a los fabricantes. Los libreros y comerciantes minoristas también reportan una mayor afluencia de clientes y un repunte en las compras al contado. En Carabayllo, por ejemplo, un distribuidor comenzó a abastecerse desde inicios de enero para asegurar la disponibilidad de productos esenciales, contrastando con los años anteriores, cuando los inventarios acumulados reflejaban un mercado estancado.
Por otro lado, con la inflación controlada y mejores tasas de interés, se han sentado las bases para un inicio de año más dinámico. Además, la ausencia de fenómenos climáticos extremos —como El Niño— brinda a los emprendedores la tranquilidad necesaria para enfocar sus esfuerzos en aprovechar al máximo la primera mitad del año.
En este contexto, el rol de las instituciones especializadas en microfinanzas (IMFs) es crucial. No solo somos proveedores de crédito, sino aliados estratégicos que acompañan y asesoran a los emprendedores en su camino hacia el crecimiento. Como me decía una cliente: “He crecido porque ustedes no solo me dieron un crédito, sino porque estuvieron conmigo en cada etapa”. Para mí, esto resume el propósito que debe guiar a todo el sector: se trata de construir relaciones de confianza que potencien el progreso y los sueños de quienes apuestan por un futuro mejor.
El compromiso de los consumidores finales también jugará un papel fundamental. Conversando con un padre de familia, me dijo algo que encapsula esta visión: “Puedo dejar de comprar un juguete o salir a comer, pero no voy a sacrificar la educación de mis hijos”. Este compromiso con la educación sigue siendo el motor que impulsa a todos los actores de la cadena, desde los productores hasta los minoristas.
Mirando hacia adelante, el desafío radica en mantener este impulso y consolidar los avances. El acompañamiento constante, la capacidad de adaptación de los emprendedores y el apoyo financiero adecuado serán los pilares que garantizarán que esta campaña no solo sea un éxito comercial, sino un punto de inflexión hacia una cadena de valor más resiliente y dinámica.