
«El precio del petróleo enfrenta un escenario desafiante, impactado en gran medida por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios —particularmente China, Canadá y México—, que han llevado los futuros de crudo a su nivel más bajo en tres años. La incertidumbre generada por la imposición de aranceles y las medidas de represalia correspondientes está erosionando la confianza global, lo que podría desacelerar la actividad económica mundial y, por ende, debilitar la demanda de petróleo. Esta combinación de factores ha incrementado la volatilidad en los mercados energéticos.
Otro factor bajista relevante es la expectativa de que la alianza OPEP+ decida aumentar la oferta en los próximos meses. La percepción de un suministro adicional ejerce presión adicional a la baja sobre las cotizaciones. En este sentido, la divulgación del reciente informe de la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) refuerza la visión de un mercado bien abastecido: las existencias de crudo en Estados Unidos aumentaron en 3.6 millones de barriles, alcanzando 433.8 millones. Aunque estas reservas se sitúan un 4 % por debajo del promedio de los últimos cinco años, el incremento semanal subraya la dinámica de abastecimiento.
La actividad de refinería estadounidense se contrajo en 346,000 barriles diarios, reduciendo la tasa de utilización al 85.9 %. Sin embargo, la producción de gasolina subió a 9.6 millones de barriles diarios, reflejando una demanda interna relativamente sólida, mientras que la de destilados cayó a 4.6 millones de barriles diarios. Además, cabe destacar que las importaciones de crudo disminuyeron en 106,000 barriles diarios, un dato que, de persistir, podría impactar de manera significativa a los exportadores. En particular, países como México y Colombia, cuya estabilidad fiscal depende en buena medida de la venta de petróleo a Estados Unidos, podrían enfrentar presiones adicionales en sus finanzas públicas, intensificando su vulnerabilidad económica.
Ante este panorama, resulta fundamental monitorear los próximos movimientos de la OPEP+, así como la evolución de las disputas comerciales. La convergencia de estos factores seguirá delineando la trayectoria de los precios.»