Las ventajas que ofrecen los bonos temáticos incluyen la diversificación del financiamiento, el acceso a capital, la posibilidad de emisiones etiquetadas y el potencial para mejorar la solvencia de las entidades financieras, así como la reducción de costos de financiamiento, dijo Belisario Morán Vásquez de Cofide.
La implementación exitosa de bonos verdes implica, por ejemplo, un proceso que va desde la definición clara del uso de los fondos hasta la presentación de informes anuales que garanticen su destino específico, como la reducción de emisiones de CO2, señaló Belisario Morán Vásquez, subgerente de Gestión Estructural de Balance de la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide).
Durante su participación en el Seminario Internacional de Microfinanzas (SIM) realizado en Ica, subrayó la importancia de abordar estos retos para aprovechar las oportunidades que ofrecen los bonos temáticos. En un panel dedicado a la sostenibilidad, destacó la necesidad de explorar el mercado de bonos temáticos y su impacto en el futuro de las microfinanzas.
“El reto estaría en definir bien cuál va a ser el uso de los fondos, se tiene que elaborar reportes anuales que validan desde el lado del inversionista que efectivamente el emisor está cumpliendo con hacer una emisión etiquetada durante todo el periodo de la de vigencia del bono”, comentó.
En este contexto, Cofide ha incursionado en la emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles, combinando en estos últimos los aspectos ambientales y sociales. Estas emisiones han financiado proyectos como hidroeléctricas y han brindado apoyo a microempresas durante crisis como la pandemia de la COVID-19. «Hay muchos inversionistas que tienen apetito por este tipo de papeles”, indicó.
Precisó que las ventajas que ofrecen estos instrumentos financieros incluyen la diversificación del financiamiento, el acceso a capital, la posibilidad de emisiones etiquetadas y el potencial para mejorar la solvencia de las entidades financieras, así como la reducción de costos de financiamiento.
“Para las microfinancieras, esto implica evaluar los costos y beneficios tanto de las líneas de financiamiento existentes como de las emisiones de bonos, considerando posibles ventajas en términos de costos y acceso a capital”, dijo.
Etiquetadas
En algunos casos, Morán destacó que las emisiones etiquetadas pueden ofrecer costos de financiamiento más bajos en comparación con las no etiquetadas.
Las emisiones etiquetadas se refieren a la emisión de bonos cuyos fondos están específicamente destinados a proyectos o actividades con un propósito definido y verificable.
Por ejemplo, en el caso de los bonos verdes, una emisión etiquetada podría destinarse únicamente a financiar proyectos que contribuyan a la mitigación del cambio climático o a la adaptación a sus efectos, como la construcción de parques eólicos o la instalación de sistemas de energía solar.
Del mismo modo, en el caso de los bonos sociales, una emisión etiquetada podría financiar proyectos que mejoren las condiciones de vida de comunidades desfavorecidas, como la construcción de viviendas asequibles o la provisión de servicios básicos de salud.
La etiqueta asociada a estas emisiones garantiza a los inversionistas que los fondos se utilizarán de manera transparente y efectiva para cumplir con los objetivos establecidos, lo que puede generar confianza y atraer a un segmento específico de inversionistas que buscan alinear sus inversiones con consideraciones ambientales y sociales.