En el segundo semestre, por lo menos 3 Cajas Municipales van a lanzar su tarjeta de crédito y, en el transcurso del 2024, las otras 6 o 7 Cajas también lo harían, señala Jorge Solís. Afirma que el deterioro de la economía posibilita una subida de la morosidad y pide al Gobierno un plan de rescate para las Mypes.
Tras la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Cajas Municipales que les permite emitir tarjetas sin autorización de la SBS, ¿qué sigue?
Prevemos que, en el segundo semestre de este año, por lo menos tres Cajas Municipales van a salir con el producto de tarjeta de crédito y es posible que en el transcurso del próximo año, 6 o 7 Cajas administren este producto.
Las Cajas van a sacar al mercado este producto en forma acotada porque estamos frente a un escenario bastante complicado. Estamos viviendo un momento muy difícil por el efecto de la crisis económica que enfrenta el país, que obedece tanto a choques externos como internos, y esto demanda a las entidades financieras ser muy cautelosas en el manejo de sus productos crediticios.
¿Cuál es el principal riesgo?
Es posible que los niveles de morosidad puedan incrementarse por los efectos de la incertidumbre política, los fenómenos climatológicos como el ciclón Yaku y el Fenómeno del Niño. Cuando el escenario se torna más adverso, las entidades financieras deben ser muy cautelosas y gestionar finamente el riesgo.
Es decir, no estamos frente a un escenario como para que las Cajas Municipales salgan con el producto tarjeta de crédito en forma masiva, sino en forma muy acotada. Claro está, iremos escalando en forma progresiva con este producto en el mercado.
El superintendente adjunto de Banca y Microfinanzas de la SBS, Jorge Mogrovejo, sostiene que el procedimiento simplificado para emitir tarjetas de crédito tenía por finalidad acompañar a las Cajas para contar con lo que necesiten, pero ahora el buen manejo del riesgo será responsabilidad puramente de ustedes…
Las Cajas siempre hemos sido responsables de todos los productos que manejamos, es más, cumplimos las mismas exigencias regulatorias que se le aplica a todo el sistema financiero. No tenemos ninguna excepción. Dicho esto, mi respuesta es que la autorización a las Cajas para emitir tarjetas de crédito no significa que la gestión de estos productos va a estar al margen de la SBS.
Las Cajas somos entidades supervisadas y reguladas por la SBS y, por lo tanto, debemos cumplir con todas las exigencias regulatorias y, siempre, la responsabilidad del riesgo la hemos asumido las entidades. Las Cajas Municipales tenemos una excelente gestión de riesgo crediticio, porque tenemos una experiencia de 40 años, conocemos muy bien el mercado y somos entidades muy exitosas.
Este buen manejo se refleja en nuestros indicadores de morosidad, que son bastante controlados para el segmento que atendemos. La morosidad de los créditos a la micro y pequeña empresa (MYPE) de las Cajas es menor de la que manejan otras entidades financieras.
Haciendo una reflexión ex post, si la SBS brindaba un acompañamiento a las Cajas para que exista un debido proceso en la emisión de tarjetas, ¿no era una mejor situación que salir solas con el producto?
Las Cajas Municipales siempre hemos cumplido con las mismas exigencias que cualquier otra entidad del sistema financiero. No hemos tenido una prerrogativa especial ni un tratamiento diferenciado. Cada actor del sistema financiero tiene su rol. Las Cajas Municipales cumplen su rol y la SBS el suyo. Que haya salido esta ley no implica que las Cajas o la SBS van a evadir el rol que cada una tiene en el sistema financiero nacional.
Morosidad
Señala que es posible que aumente la morosidad, pero la información de la SBS muestra que la cartera de créditos atrasada y de alto riesgo (atrasada, refinanciada y reestructurada) de las Cajas crece a mayor velocidad que la cartera total desde el último trimestre del año pasado y no desde diciembre en que se exacerbó el riesgo político, ¿qué ha pasado?
Esta situación que señalas no solo está presente en las Cajas Municipales. Si vemos el comportamiento de las cajas rurales, financieras y, en general, la industria de microfinanzas, vamos a llegar a la conclusión de que el sistema se ha visto afectado, en primer lugar, por la COVID-19, de la cual recién veníamos saliendo.
En segundo lugar, hay que sumarle la secuela que ha generado la convulsión social que se exacerbó a partir de diciembre del año pasado y que se mantuvo hasta febrero. De hecho, impactó mucho en el segmento de emprendedores. Ahora, estamos viendo el fenómeno climatológico como el ciclón Yaku y estamos enfrentando el Fenómeno del Niño. Desgraciadamente, siempre los más afectados de esta crisis son las microempresas, que no han tenido el apoyo del Gobierno como las grandes empresas. Con lo cual, el comportamiento de los indicadores está reflejando el problema que enfrenta la economía y el impacto de esta sobre las Mypes.
¿Cuánto más puede crecer la morosidad?
Observamos un reflejo de lo que está pasando en la economía del país. Se prevé que el Producto Bruto Interno (PBI) crezca apenas 2% en este año, pero nosotros creemos que, con un Niño moderado, el PBI no va a crecer más de 1%. Además, todavía vivimos un proceso inflacionario que golpea a los más pobres. Sin embargo, los niveles de cartera atrasada que estamos manejando son bastante aceptables para el impacto de los choques de la economía sobre las Mypes.
Entonces, esto no debe alarmarnos porque son niveles que responden a la coyuntura. Felizmente, las Cajas están muy sólidas y sabemos gestionar estos riesgos como lo hemos hecho durante la pandemia. Por ello, estos indicadores no deben llevarnos a una alarma. Sin embargo, existe la necesidad de un proyecto más ambicioso por parte del Gobierno para reactivar la economía desde la base de la pirámide.
Rescate
¿Cuál es su propuesta?
A diferencia de las microfinancieras, la banca sí ha podido mejorar sus indicadores que fueron afectados por la pandemia porque las empresas grandes que son sus clientes recibieron un apoyo importante de los programas del Estado, mientras que el apoyo que se le dio a las Mypes, que es un sector mayoritario, ha sido muy limitado.
Se está considerando un programa de rescate financiero a las Mypes de S/2.000 millones con el Plan de Reactivación Económica “Con Punche Perú”, pero creemos que debe ser como mínimo S/10.000 millones. Incluso, estamos ante una situación de emergencia en el país y esos recursos no llegan para evitar que se rompa la cadena de pagos de la economía real.
Por ejemplo, en el Cusco se observa que solo se ha reactivado un tercio del movimiento económico. Hay actividades económicas que no han podido reactivarse porque no tienen capital de trabajo, pero sí deudas que no pueden pagar, por lo tanto, no pueden acceder a nuevos financiamientos. Por eso, es importante y urgente estas compras de deuda a través de Repos de cartera para que estas Mypes puedan recibir nuevos financiamientos y reactivarse.
¿Cuáles son las perspectivas de las entidades de microfinanzas dada la situación de las Mypes?
Por el lado de las entidades financieras, se están tomando decisiones muy estratégicas de gestión del riesgo que pueden afectar el impulso del crédito en el país. Esta situación que estamos viviendo lleva a las entidades a ser más cautelosas para otorgar créditos, que es lo que impulsa al sector de las Mypes.
Por eso, es que los más afectados son los emprendedores, que hoy día requieren con urgencia el financiamiento para capital de trabajo, mejorar sus activos o reponer sus inventarios. Muchos emprendedores, por ejemplo, del emporio comercial de Gamarra, perdieron el 50% de la campaña de Navidad, que es la campaña comercial más grande. Mucha gente se ha quedado con su mercadería, sus inversiones y no han podido mover sus inventarios.
De ahí que ha significado un duro golpe. Luego vino la campaña escolar, que ha sido una campaña parca por la convulsión social, que se prolongó hasta el mes de febrero. Se viene el Día de la Madre, que es una campaña también importante, con fenómenos climatológicos. Esta situación está afectando a las Mypes. Por el lado de las microfinancieras, si restringimos las colocaciones, vamos a afectar nuestra rentabilidad.
Tasas pasivas
A esta situación se suma el hecho de que las tasas pasivas se han mantenido al alza. ¿Cuál es el impacto sobre el gasto financiero?
De hecho, la subida de las tasas pasivas está afectando la rentabilidad de las entidades financieras. Por el lado de los gastos financieros, hay que tener en cuenta que los intereses para las cuentas de ahorro están en niveles muy altos.
Todos sabemos que en la economía hubo incentivos un poco perversos, como la liberación de las cuentas de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), y la necesidad de captar esos recursos, para cuentas de ahorro a plazo, hizo que exista mucha competencia entre las entidades, lo que impulsó las tasas pasivas.
Hoy hablamos de tasas pasivas que están al borde del 9%. También existió la necesidad de las entidades de fondearse en moneda local por la volatilidad del dólar, asociada con la crisis política e incertidumbre. Esto también llevó a una competencia voraz para captar liquidez. Así, los niveles actuales de las tasas de interés de las cuentas de ahorro son muy altos, no son sostenibles y están impactando en los márgenes de las entidades financieras.
¿Qué puede pasar con las tasas pasivas?
Si no es a partir del segundo semestre de este año, el siguiente año estas tasas van a descender, para volver a niveles que se manejaban antes. Hablamos de tasas de interés de los depósitos a plazo que no superan el 5%, porque más arriba de ese nivel no es sostenible.
De hecho, debido a la situación de restricción de créditos que pueda haber en el mercado, por la situación que estamos viviendo en el país, las tasas pasivas van a tender a disminuir para que las entidades financieras puedan mantener sus márgenes. Estimo que, a partir del último trimestre del año y los primeros meses del próximo, las tasas pasivas se van a ir sincerando.