Según un informe de State of Grocery Latam 2024 las tiendas de barrio, mejor conocidas como bodegas, representan el 72% del mercado minorista peruano. Esta estabilidad, observada entre 2022 y 2023, subraya la resiliencia de este canal frente a la expansión de formatos modernos como supermercados, hipermercados y discounters.
“Las tiendas de barrio no solo dominan el 72 % del mercado minorista, sino que tienen un impacto directo en las economías locales. Por ejemplo, más del 80 % de los productos vendidos en estos establecimientos provienen de proveedores nacionales, impulsando cadenas de valor que benefician a micro y pequeños empresarios”. analizó Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
El éxito de las tiendas de barrio radica en su proximidad, trato personalizado y capacidad para adaptarse a las necesidades locales. Según el informe, este patrón no es exclusivo del Perú, sino que se replica en países como Bolivia y Guatemala, donde las economías informales juegan un papel crucial en la cotidianidad de los consumidores.
Los canales modernos ganan terreno
A pesar de la predominancia de las tiendas de barrio, el mercado peruano experimenta transformaciones significativas. Los discounters, caracterizados por precios bajos y alta conveniencia, alcanzaron una penetración del 62 % en 2023, según el estudio. Este formato está captando consumidores que buscan valor sin comprometer la calidad, un comportamiento acentuado por la caída del 25 % en el poder adquisitivo desde el 2020.
Además, las marcas privadas, que ofrecen precios competitivos, han ganado protagonismo. En Perú, su valor de ventas creció un 133 % en los últimos cinco años, mostrando que los consumidores priorizan cada vez más el costo-beneficio en sus decisiones de compra.
¿Y el comercio digital?
En contraste, el canal digital enfrenta desafíos. Aunque el comercio electrónico alcanzó al 30 % de los hogares peruanos, experimentó una contracción del 8 % entre 2022 y 2023. Este estancamiento revela barreras como la limitada infraestructura logística en zonas rurales y la desconfianza hacia los métodos de pago digitales.
“El comercio digital tiene un potencial inmenso, pero necesita resolver obstáculos estructurales. Por ejemplo, el 65 % de los peruanos aún prefiere pagar en efectivo, lo que limita la adopción de plataformas de e-commerce en mercados emergentes”. agregó Milagros Torres.
La coexistencia de lo tradicional y lo moderno
En un mercado tan diverso como el peruano, las tiendas de barrio y los canales modernos tienen la oportunidad de coexistir y complementarse. Las primeras seguirán siendo un bastión para los consumidores de segmentos populares, mientras que los segundos ampliarán su participación atrayendo a quienes buscan mayor conveniencia y precios competitivos.
Con consumidores cada vez más exigentes, el reto para los minoristas será equilibrar innovación con tradición, adaptándose a las nuevas dinámicas del mercado sin perder de vista la esencia de lo que hace único a cada canal. En este panorama, las tiendas de barrio no sólo resisten, sino que también evolucionan para mantenerse como un componente clave de la economía peruana.