
En su más reciente evaluación, Bernstein sugiere que las grandes petroleras europeas tienen la capacidad de ofrecer un rendimiento total de distribución de dos dígitos en 2026, incluso si el Brent se debilita hasta los 65 dólares por barril. Este escenario contrasta con las expectativas pesimistas de algunos inversores, y se apoya en fundamentos operativos y financieros sorprendemente sólidos, pese a los desafíos del mercado.
Aunque las ganancias ajustadas del sector han caído un 22 % debido a un crudo más barato y márgenes químicos más débiles, el flujo de caja de las petroleras se ha mantenido estable gracias a una estricta disciplina de capital. En los primeros nueve meses del año, el sector reportó alrededor de 109 mil millones de dólares en fondos operativos, apenas un 0.9 % menos que el año anterior, y logró un flujo de caja libre orgánico prácticamente igual al del ejercicio previo.
- Las compañías energéticas han utilizado ventas de activos por aproximadamente 11 mil millones de dólares para sostener sus pagos a los accionistas. En total, han desembolsado 53.4 mil millones en dividendos y recompras, a pesar de un aumento en sus niveles de deuda que se explica, sobre todo, por mayores necesidades de capital de trabajo y no por deterioro operativo.
- Desde la perspectiva estratégica, la analista Irene Himona pone en tela de juicio la visión bajista del mercado sobre el equilibrio del crudo en 2026. Según ella, algunos “barriles faltantes” en las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA) podrían reclasificarse como demanda, lo que reduciría de forma significativa el superávit esperado y podría favorecer al sector.
- Bernstein, pese a mantener una visión “Neutral” para las petroleras, plantea que bajo su escenario base de 2026 las compañías podrán sostener pagos atractivos. Entre sus favoritas destacan TotalEnergies, seguida por BP y Galp, por su combinación favorable de flujo de caja, distribución y disciplina de capital.
Este optimismo no es aislado: otros analistas también reconocen la resiliencia del sector incluso ante un Brent moderado, destacando que el flujo de caja y los dividendos podrían mantenerse en niveles competitivos.En este contexto, las petroleras europeas parecen estar posicionadas para resistir los vientos adversos del mercado y ofrecer recompensas atractivas a los inversionistas.
- En conclusión, aunque el panorama para 2026 incluye riesgos, especialmente si el precio del crudo se mantiene bajo, las grandes petroleras europeas muestran una estructura financiera sólida y una disciplina de capital que podría permitirles entregar rendimientos de dos dígitos a los accionistas. La capacidad de generar caja y redistribuirla eficientemente, junto con posibles ajustes favorables en la demanda global de petróleo, respaldan un caso interesante para inversores que buscan ingresos estables en un