Las empresas quieren un entono de negocios favorable, con visibilidad, que les permita ver qué pueden hacer a 5 años y eso es lo que no ven, por eso se inhibe la inversión privada a mediano y largo plazo, explica a Microfinanzas Mario Guerrero Corzo.
Entrevista por Luis Hidalgo Suárez
El Banco Central de Reserva (BCR) espera para este año un 3% de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) tras la caída de 0,5% estimada para el 2023. ¿Es factible este resultado?
El BCR ha ido revisando sus proyecciones de crecimiento del PBI a medida que se presentaban algunos factores negativos no esperados en un inicio.
Por ejemplo, en diciembre del 2022 proyectó un crecimiento de 2,9% de la economía para el 2023 y de 3% para el 2024, mientras que en diciembre pasado proyectó una caída de 0,5% y un incremento de 3%, respectivamente, bajo una perspectiva de que buena parte de los choques que se registraron en el 2023 (conflictos sociales, problemas climáticos, deterioro de la confianza empresarial, bajo nivel de ejecución de la inversión pública de los nuevos gobiernos subnacionales, entre otros) no se repitan este año.
Entonces, sólo por el hecho de que esos factores adversos se diluyan habrá una base de comparación del PBI relativamente baja y eso va a explicar que el comportamiento de la economía esté en terreno positivo, sin que eso signifique una sensación de mejora visible para las empresas o familias; esto todavía no lo vemos para este 2024.
¿Qué factores adversos importantes para el PBI no se repetirían este año?
Por ejemplo, el hecho de que ya se esté proyectando un Fenómeno de El Niño (FEN) más débil del que se esperaba para este año; que las sequías no se presenten con la intensidad del año pasado. Asimismo, que no haya conflictos sociales tan intensos, menores tasas de interés, todo lo cual llevaría a un rebote del crecimiento de la economía y a cifras positivas a lo largo del 2024.
¿Cuáles son las proyecciones del Scotiabank Perú para la economía peruana en este 2024?
Aún estamos revisando nuestras proyecciones; a nivel global esperamos un crecimiento de 2,3% del PBI para este año, pero con un sesgo al alza.
Diríamos que el PBI de Perú crecería entre 2,3% y 3% este año; podría llegar a 3% ante la posibilidad de que El Niño no sea fuerte sino débil.
¿Podría afectar a este crecimiento proyectado de 3% el impacto del escenario internacional que puede tornarse más negativo si se agudiza el conflicto bélico en Medio Oriente y en Ucrania y se elevan los precios del petróleo, granos, fletes marítimos, entre otros?
El impacto negativo principal del conflicto de Ucrania fue en el 2022 cuando afectó a la inflación a través de los costos de fletes, fertilizantes y granos; esos factores se revirtieron en el 2023 contribuyendo a que la inflación disminuya y no tuvieron un mayor impacto negativo en el PBI.
Aún persisten algunos focos de conflicto como la guerra de Israel contra Hamas y los problemas que hay en el Mar Rojo, que empiezan a tener impacto en los fletes marítimos, pero estamos viendo que estos serían más atenuados que los que tuvimos en el 2022.
Entonces, podrían tener algún impacto, pero no nos alejaría de la trayectoria de una inflación ya bajo control.
Los precios de los cereales (trigo, maíz y soja) ya han tenido una corrección a la baja en el mercado internacional; el precio del petróleo no está siendo tan sensible al conflicto entre Israel y Hamas y se mantiene relativamente bajo.
Consumo privado
El BCR espera una recuperación importante del consumo privado, desde un casi estancamiento (0,2%) en el 2023 a un 2,7% en el 2024. ¿Cómo está el panorama del consumo privado para este año?
Las proyecciones del BCR sobre el consumo privado para este año indican una recuperación importante (2,7%) que en buena parte va a depender del mercado laboral, el cual se dañó en el 2023 principalmente por los efectos del FEN. Se observó un deterioro del empleo en los sectores agrícola y pesquero. Si la intensidad de El Niño va a ser menor este año deberíamos ver algo de recuperación en esos sectores. En el 2023 también se vio afectado el sector construcción, en el cual las señales no indican aun un punto de quiebre. Al parecer va a tomar más tiempo la recuperación de este sector.
Otro factor que afecta el consumo privado es el poder adquisitivo de las personas, el poder de compra, que se vio afectado por los altos niveles de inflación, sobre todo de alimentos, que es la que golpea más a las capas más pobres de la población.
En este aspecto hay mejores noticias porque la inflación está prácticamente bajo control por lo que el BCR tiene más espacio para ir normalizando la política monetaria. De hecho, ya lo viene haciendo, a la fecha tenemos 5 recortes de su tasa de interés (en febrero fue la sexta) y así como cuando estas subieron y el consumo privado se vio afectado, ahora deberíamos ver el efecto contrario cuando estas disminuyen.
Inflación
¿Scotiabank tiene una nueva proyección de la inflación para este año?
Sí, hemos actualizado nuestras cifras y estamos trabajando con una inflación proyectada de 2,4%, es decir, estaría dentro del rango meta del BCR (entre 1% y 3%). Incluso, creemos que eso se va a dar antes del plazo previsto por el BCR.
También prevemos que la tasa de interés de referencia del BCR, que actualmente está en 6,5% (en febrero la bajó a 6,25%), bajaría a un 4,25% a fines de este año. Ello debería dar impulso al crédito de consumo, por ejemplo, el cual se vio bastante afectado en los últimos meses del 2023.
Entonces, a partir de estos factores vemos que la trayectoria de crecimiento del consumo privado debería ser más favorable este año, aunque no a un ritmo de 2,7% como prevé el BCR, probablemente algo menor.
Hay que agregar que todavía existe un cierto colchón a nivel de ahorros de la población producto de aquellos generados en la pandemia. Parte se ha ido consumiendo y parte ha servido para pagar deudas o rentabilizarlos en el sistema bancario, pero creemos que en el 2024 algo de esos ahorros todavía van a ayudar a impulsar el consumo.
¿Hay riesgos a partir de las guerras en Medio Oriente y en Ucrania que puedan llevar a un repunte de la inflación este año?
Podría haber algo de volatilidad por esos riesgos de los que hablamos al inicio y que tienen que ver con los fletes marítimos, por ejemplo, pero son factores puntuales que no creemos que terminen por gatillar una inflación alta.
Algunos indican que si se complica más los problemas en el Mar Rojo el precio del petróleo podría dispararse…
Siendo cautos, el precio actual promedio del petróleo está en US$74 por barril y hemos trabajado con un nivel de US$80 como promedio anual.
Pobreza en alza
El consumo privado depende también de los ingresos de los trabajadores y estos no han vuelto a niveles prepandemia en términos reales, en parte porque la calidad del empleo se ha deteriorado. ¿Cómo afectará esto al ingreso?
El punto clave para mejorar el nivel y calidad del empleo es la inversión, en la medida que no se reactive la inversión privada va a ser difícil que veamos una recuperación rápida y sostenida del empleo, tanto de manera cuantitativa como cualitativa.
Según el BCR, la tasa de pobreza monetaria en el país habría subido a 28,7% en el 2023, elevándose por segundo año seguido tras haber empezado a disminuir luego de la pandemia. ¿Este aumento dificultará la recuperación del consumo privado?
La idea era que la pobreza monetaria siga disminuyendo y vuelva al 20% que tuvimos antes de la pandemia. En la medida que no se reduzca la pobreza el consumo tiene un obstáculo para lograr un mayor dinamismo y, lamentablemente, con los bajos niveles de crecimiento esperados de la economía en este año y los próximos, va a ser difícil que la pobreza retome esa trayectoria decreciente que vimos en la década pasada.
La economía peruana tendría que crecer anualmente al menos al doble (6%) de lo esperado (3%) para que la pobreza vuelva a disminuir.
Inversión
El BCR prevé un crecimiento de la inversión privada de 1,8% para este año y de 3% para el 2025, tras la caída estimada de 7,3% en el 2023. Parte importante de esta recuperación se sustenta en un repunte (5,1%) de la inversión minera este año, tras haber caído 14,1% en el 2023. ¿Tiene sustento esta proyección?
Las proyecciones previas que manejamos están bastante en línea con las nuevas proyecciones del BCR, esperamos un crecimiento de la inversión privada de alrededor de 2% para este año. Y tiene que ver también con un tema de rebote estadístico.
En el 2023 no hubo proyectos mineros grandes, la caída de 14% de la inversión se explica porque ya no hubo una inversión importante como la de Quellaveco; pero la inversión minera, sin considerar Quellaveco, sí habría crecido a una tasa normal en el 2023 por sustitución de equipos, exploraciones, perforación, pero todo dentro de los presupuestos previstos.
Para este año se tiene la Reposición de Antamina, Zafranal, la Ampliación de Toromocho en la fase II, Corani, San Gabriel, entre los más representativos. Estos proyectos ya estaban en la cartera de inversión minera.
¿Prevén ustedes que esos proyectos mineros y otros en cartera se puedan ejecutar este año?
Si no se producen mayores conflictos sociales ni se interrumpe el corredor minero del sur, deberían continuar estos proyectos porque los precios de los minerales están altos. Hemos empezado este año con buenos precios de los metales, por ejemplo, del cobre y el oro, e incluso del zinc, por encima de los niveles de inicios del 2023.
Por este lado hay un entorno favorable para el desarrollo de proyectos mineros este año. Lo que inhibe la inversión es la falta de visibilidad a mediano plazo que genera la incertidumbre política.
¿Qué prevén para la inversión no minera en este año?
En la inversión no minera, y no residencial, han estado pesando los inventarios que se han incrementado a medida que la demanda se iba debilitando y que, por lo tanto, el nivel de producción de las empresas se fue ajustando a la baja.
Normalmente esta variable es cíclica, pero desde el segundo trimestre del 2021 es constantemente negativa, ha dejado de ser cíclica y ha estado jalando el PBI hacia abajo.
En las proyecciones del BCR se espera una recuperación, pero sigue siendo negativa, es decir sigue siendo un lastre de la inversión. Esta variable está asociada a las expectativas empresariales, las cuales se mantienen persistentemente en terreno negativo.
Exportaciones
Un sector que ha sufrido más en el 2023 ha sido el agrícola, sobre todo la agroexportación, lo cual se ha visto reflejado en estas exportaciones. ¿Cómo ven a este sector?
El año pasado ha sido el peor de los últimos 30 años para el sector agrícola, tanto de agricultura orientada al mercado interno como la de exportación, y para la industria.
Incluso, en el mercado laboral de este sector se han perdido muchos puestos de trabajo. (El BCR informó que en octubre del 2023 se habían perdido 121 mil puestos formales en el sector agropecuario respecto al mismo mes del 2022, una caída de 19%).
Y es el primer año en el que la agroexportación deja de crecer después de un largo periodo de un crecimiento sostenido.
En el 2023 la mayoría de los agroexportadores manejó bien el problema de las lluvias, pero lo que les resulta más complicado es el manejo del calor; un ejemplo es el del limón cuya oferta se vio afectada y el precio se disparó temporalmente en el mercado interno.
Se temía que este año se iba a repetir un Niño fuerte, pero se habla ahora de un fenómeno de moderado a débil y no vemos a la fecha un impacto en los precios de la mayoría de los productos agrícolas, y la inflación se está manteniendo relativamente baja.
En cuanto al resto de las exportaciones, las han favorecido en el 2023 los precios de los minerales y el crecimiento mundial (2,7%), por lo que las exportaciones totales se han incrementado y debemos haber cerrado el 2023 con récord de superávit comercial (más de US$16.000 millones).
Riesgos
¿Qué riesgos principales prevén para el crecimiento de la economía peruana y de la inversión en el 2024?
El primero y más importante riesgo para el crecimiento económico del país en este año es El Niño, que felizmente se está disipando; el segundo tiene que ver con el ambiente de incertidumbre política persistente, que se traduce en la falta de visibilidad (certidumbre) a mediano y largo plazo para los negocios y la inversión, que es lo que justamente quieren tener las empresas para tomar decisiones de invertir.
Quieren un entono de negocios favorable, con visibilidad, que les permita ver qué pueden hacer a 5 años y eso es lo que no ven y por eso se inhibe la inversión privada a mediano y largo plazo.
¿Qué se debe hacer para paliar este riesgo político?
Se necesita un manejo mucho más serio en la conducción del Gobierno, este debe dar señales más positivas para la inversión. Este riesgo es un factor difícil de revertir porque viene de años atrás, pero está ahí afectando el mundo de los negocios.
¿Qué otros riesgos ven para nuestra economía en este año?
Otro riesgo importante para la economía y la inversión tiene que ver con la deficiencia en la capacidad de la gestión pública porque lamentablemente no ha sumado para contrarrestar los factores adversos que se vieron en el 2023.
Se habló mucho del Plan ‘Con Punche Perú’, pero sus resultados no fueron visibles. Ahora tenemos una nueva Autoridad de Infraestructura que reemplaza a la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), y esperemos que, si bien El Niño parece que vendrá con una intensidad relativamente débil, ello no sea motivo para que la nueva Autoridad de Infraestructura no mantenga el desempeño y la ejecución de las obras que tiene en cartera.
A ello, hay que agregar el mal desempeño de los gobiernos subnacionales que ya pasaron en el 2023 por la llamada ´curva de aprendizaje´ y este año deberían tener un mejor comportamiento en cuanto a la ejecución de sus presupuestos, sobre todo de inversión.
Agregaría un riesgo más para el crecimiento de la economía, sobre todo a nivel de las micro y pequeñas empresas (Mypes), que es la inseguridad ciudadana que tiende a inhibir el consumo y la inversión privada, sobre todo de los emprendedores, ya que este problema cada día crece y amenaza a sus negocios.
Además, no tenemos lamentablemente nuevos grandes proyectos de infraestructura. La mayor carta que tenemos es el Puerto de Chancay, que felizmente tiene un buen ritmo de avance, pero más allá de este proyecto de inversión, dejamos de contar, no hay nuevos proyectos grandes de inversión en el país.
Se ha destacado la reciente adjudicación de la III etapa de Chavimochic y hay otros proyectos de infraestructura que se espera salgan este año. ¿Qué perspectivas ven en este rubro?
Efectivamente, hay varios proyectos de inversión en cartera, pero que lo están desde hace mucho tiempo y no salen. Por ejemplo, el que debería de salir de inmediato es el Anillo Vial Periférico; también está el Parque Industrial de Ancón. Ahí tenemos como US$3.000 millones de inversión.
Pobreza monetaria
Según los datos oficiales (INEI), la tasa de pobreza monetaria bajó desde 42,4% en el 2007 a 20,2% en el 2019; luego se elevó hasta 30,1% en el 2020 por el impacto de la pandemia. Posteriormente bajó a 25,9% en el 2021 y volvió a subir a 27,5% en el 2022. Parte de este incremento se explica por los bajos niveles de crecimiento del PBI y la caída de la inversión privada, que se han visto afectados principalmente por la inestabilidad política.
“La expectativa es que las tasas de los créditos de consumo bajen de manera más visible en la segunda mitad del año”
Un factor que también afecta la inversión privada es el crédito para las familias. ¿Cuál es la situación del crédito de consumo y sus perspectivas para este año?
El crédito de consumo creció significativamente (21%) en el 2022, tras las caídas que se vieron con la pandemia; en el 2023 moderó su crecimiento (entre 7% y 9%) como era lógico esperar.
Esperaríamos un crecimiento del crédito de consumo de entre 5% y 10% para este año, probablemente más pegado a 5%, por las razones que comentamos respecto al consumo privado y su relación con el mercado laboral y cierta recuperación del poder adquisitivo de las personas, y por la menor inflación.
¿La morosidad de los créditos de consumo se ha incrementado?
Usualmente un elevado nivel de inflación y una baja tasa de crecimiento de la economía termina por afectar la percepción del riesgo crediticio y se traslada hacia un aumento de la morosidad de estos préstamos; eso es un poco lo que observamos en el 2023, no de manera significativa, pero sí como una tendencia al alza como era previsible.
Además de los factores económicos que explican esa tendencia, están las tasas de interés en el sistema financiero del país que, de acuerdo con los reportes del BCR, en el caso de los créditos de consumo subieron de alrededor de 48% en septiembre del 2022 a 54% a fines del 2023, nivel que está por encima del promedio histórico de estas tasas que es de alrededor de 45%.
¿Bajará el costo de financiamiento para créditos de consumo este año?
Vemos que el BCR está recortando su tasa de interés de referencia de la política monetaria por 5 meses consecutivos y, por lo tanto, eso también debería empezar a reflejarse en las tasas de interés del crédito de consumo a lo largo del presente año.
Normalmente las tasas del crédito de consumo no son las que reaccionan primero a las rebajas de la tasa de interés del BCR, pero sí después de un tiempo. Los datos a diciembre del 2023 no muestran aun una caída de esas tasas, pero la expectativa es que bajen posiblemente de manera más visible en la segunda mitad del año.
Segmentos
¿Qué nos puede decir del crédito para las empresas, sobre todo para las pequeñas y medianas, cómo se presenta el 2024?
El crédito a empresas (sin considerar los créditos otorgados a partir del programa Reactiva) registró un crecimiento bajo, de cerca de 3% en el 2023. En el caso de las grandes empresas corporativas el crecimiento fue casi de 0%, mientras que, en las medianas, pequeñas y microempresas con 5,5%, mostró algo de dinamismo, pero mucho menor al 10% que creció en el 2022, lo cual obedece al menor crecimiento de la economía y a tasas de interés más altas.
Para este año, esperamos que el crédito para las empresas se recupere, en la medida que el PBI comience a crecer algo y las tasas de interés del sistema financiero vuelvan a sus niveles más normales, sobre todo para las micro, pequeñas y medianas empresas.
De hecho, en esto también ayudarán los programas del Gobierno, como Impulso MYPErú que está dando más disponibilidad de fondos a las entidades financieras a través de un mecanismo de subasta.
Según el presidente del BCR, las carteras de crédito del sistema financiero no han sufrido deterioros mayores en el 2023 y las condiciones del crédito para este año están bien. ¿Cómo ven ustedes la situación de las carteras crediticias del sistema financiero?
En el caso de la tasa de morosidad de los créditos para la micro y pequeña empresa (MYPE) en el sistema financiero, pasó de 7,03% en el 2022 a 7,6% en el 2023; este aumento es consecuencia del bajo crecimiento de la economía. El deterioro no fue explosivo y pudo ser manejado por las entidades financieras.
Asociado a ello, está el hecho de que las provisiones del sistema bancario pasaron de 148% de la cartera de créditos con problemas en el 2022, a 142% en el 2023; es decir, bajaron, pero se mantienen relativamente altas.
En el caso del capital, en noviembre (última información disponible) estaba en 16,2%, frente al 14,4% en el que cerró en el 2022, es decir, creció porque muchas empresas optaron por capitalizar utilidades, sobre todo en el sector bancario, y ello indica que las entidades financieras se fortalecieron patrimonialmente.
Entonces, podemos decir que no se ven problemas a nivel sistémico (del sistema financiero), en cuanto a provisiones, grados de morosidad de Pymes y de ratios de capital. Hay algunos problemas puntuales, pero es a nivel individual como se vio en el 2023 en algunas Cajas y Edpymes por estar más expuestas a los choques que tuvimos el año pasado.
Endeudamiento
¿Cómo están los niveles de endeudamiento de las personas y empresas?
Las cifras de endeudamiento no indican que haya sobreendeudamiento. Por ejemplo, el crédito de consumo tuvo su punto más alto en el 2019 cuando llegó a 9,9% del PBI; obviamente con la pandemia de la COVID-19 esa tasa bajó a 8,5% en el 2021 porque se tomaron menos créditos para consumir (por el confinamiento y porque muchas personas aprovecharon para usar sus ahorros en pagar).
Posteriormente, hemos visto una recuperación de los niveles de endeudamiento en créditos de consumo y, a fines del 2023, prácticamente hemos vuelto al nivel que se tuvo en el 2019. No podemos decir que haya sobreendeudamiento porque además el nivel del ingreso ha crecido algo.
Se puede decir entonces que el sistema financiero peruano se mantiene sólido y listo para financiar la inversión y consumo del sector privado…
Sí, se ha manejado bien en términos de provisiones, de solvencia, de liquidez, incluso en cuanto a manejo del riesgo crediticio. Lógicamente deberíamos haber avanzado más en el deterioro de ciertas carteras crediticias, pero eso está ligado al desempeño de la economía, que ha sido decepcionante.