Estamos condenados a crecer vía inversión privada porque, en la lucha contra la pobreza, los programas sociales serán siempre socios minoritarios, afirmó el exviceministro de Hacienda, Waldo Mendoza.
Por Javier Parker Chávez, enviado especial
En el Perú de hoy, el modelo de desarrollo está intacto pese al mal contexto internacional y a la gestión pública deplorable, lo cual es lo más preocupante, señaló el exviceministro de Hacienda, Waldo Mendoza.
El también profesor del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) agregó que la economía peruana no es ni milagro, ni desastre, sino que nos falta crecer mucho más.
Aseguró que no existe un país en el mundo que haya bajado fuertemente la pobreza, sin un crecimiento económico alto y sostenido. Tampoco existe un país en el mundo que haya tenido un crecimiento alto y sostenido y que no haya bajado fuertemente la pobreza.
Es decir, el crecimiento es necesario y suficiente para mejorar el bienestar y para bajar la pobreza. Incluso con una fina política social no se bajaría sustantivamente la pobreza.
Por eso, agregó que, en la lucha contra la pobreza, los programas sociales, que se financian con la recaudación y el crecimiento, aun cuando estuviesen muy bien diseñados, serán siempre socios minoritarios.
“Entonces, estamos condenados a crecer y la vía para hacerlo es la inversión privada”, subrayó Mendoza durante su presentación en CADE 2022, que se realiza en Paracas (Ica).
Economía pequeña
Añadió que Perú es una economía pequeña, abierta. Se parece a un velero en alta mar. Que el velero llegue a tiempo a su destino depende del tipo de vela (modelo de desarrollo), de la calidad del piloto (gestión pública) y suerte con los vientos (condiciones internacionales).
Señaló que en el Perú de hoy el modelo de desarrollo está intacto, pese al mal contexto internacional y la gestión pública deplorable, lo cual es lo más preocupante.
Sobre esto último, puso tres ejemplos:
1.- Petroperú y la pelea con la firma auditora que debía auditar las cuentas de la empresa. No hubo auditoria, y un banco de inversión dijo que sus bonos son grado basura y pierde el grado de inversión. Por ello nadie quería prestarle dinero, por eso había unos buques que no podían descargar el combustible porque la petrolera estatal no tenía liquidez para pagar, lo que desembocó en un préstamo del Estado y un costo para los peruanos del 1% del Producto Bruto Interno (PBI).
2.- En el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) la inversión pública entre enero y junio de este año, con respecto al mismo periodo del año anterior, cayó 25% en términos reales, casi como en la pandemia, sin pandemia.
3.- Fertilizantes, se puede hacer muy poco porque el factor más importante para la inversión privada es la confianza, la certidumbre. Hoy estamos igual que en el primer gobierno de Alan García en términos de certidumbre. Ahora el mayor factor es la incertidumbre política, ¿seguirá Pedro Catillo de presidente hasta el 2016? Y, si sigue, ¿habrá cuestión de confianza?, ¿seguirá haciendo lo mismo que hasta ahora?
Buenas noticias
Sin embargo, Mendoza dijo que hacia adelante hay buenas noticias, sabemos cómo generar un boom de inversiones, tenemos el caso del boom de la minería, el de la agroexportación.
“¿Cómo se hizo?, combinando lo que dios nos ha dado, los minerales, la costa que es plana y desértica combinado con políticas públicas inteligentes y una burocracia sofisticada. Este ejemplo puede replicarse”.
Subrayó que la inversión no es un fin en sí misma, es un instrumento para el crecimiento económico, y esto no es un fin en sí mismo es para lograr el desarrollo, bajar la pobreza, lograr el bienestar y “allí íbamos hasta hace muy poco. Hay que recuperar el norte para decir que hacia allí vamos”.
Evolución
Mendoza mencionó que el PBI real per cápita de Perú en el año 2019 era 2.5 veces mejor que el que se tuvo en 1990, récord que no puede mostrar otro país en América Latina.
Agergó que según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), en los hogares pobres casi un 70% de sus ingresos provienen del trabajo y casi un 20% de sus ingresos provienen de transferencias corrientes, básicamente del gobierno, las que finalmente provienen de la recaudación cuyo origen es el PBI.
En 1997, más de la mitad de la población peruana era pobre. En el 2019, un año antes de la pandemia, solo afectaba al 20% de la población.