Se proyecta un crecimiento moderado pero sostenido para la economía peruana en 2025, impulsado por factores internos y externos. La compañía destaca un entorno favorable para los activos locales, a pesar de los riesgos globales, y anticipa estabilidad cambiaria en el próximo año.
SURA Investments sostiene que la economía peruana sigue mostrando un crecimiento constante, impulsado tanto por factores internos como por su integración en los mercados internacionales. Este panorama cierra el 2024 con perspectivas positivas, lo que permite anticipar un 2025 optimista, con expectativas de un crecimiento moderado pero sostenido y un atractivo retorno ajustado por riesgo para los inversionistas, según indicó la compañía en su conferencia «Perspectivas de Inversión 2025», dirigida por César Cuervo, Chief Investment Officer (CIO).
«En SURA Investments, estamos optimistas sobre el desempeño del mercado, los activos y la actividad económica en Perú para 2025. Esto se debe a la estabilización de las perspectivas de crecimiento en niveles positivos, combinada con una política monetaria acomodativa, aunque aún expansiva, lo que crea un entorno favorable para los activos peruanos», comentó Cuervo.
El CIO también destacó que la renta variable global está siendo preferida debido a la situación macroeconómica y al ciclo económico de los países desarrollados, especialmente Estados Unidos, así como a los sólidos resultados corporativos. Aunque no hay grandes preocupaciones sobre la renta fija global y los bonos de mediana y larga duración continúan negociándose a tasas atractivas, las posibles presiones inflacionarias de las políticas del nuevo gobierno estadounidense podrían ralentizar las decisiones de la Reserva Federal y moderar el potencial de valorización de la renta fija. En cuanto a la deuda corporativa, a pesar de que los rendimientos esperados son menores debido a la fuerte compresión de los spreads en los últimos trimestres, la calidad crediticia no ha mostrado un deterioro significativo a pesar del contexto de altas tasas en los últimos años, manteniendo un bajo riesgo de impagos.
Este escenario positivo se debe, en parte, al desempeño de los gigantes tecnológicos estadounidenses y al entusiasmo por la inteligencia artificial. Además, los estímulos económicos en China, junto con la recuperación de la bolsa de Shanghái (CSI 300) a finales de septiembre, favorecieron la rentabilidad global durante el año. En cuanto a las tasas de interés, la mayoría de los bancos centrales, incluida la Reserva Federal, relajaron sus políticas monetarias debido a la disminución de la inflación, lo que favoreció un mayor apetito por activos de riesgo y redujo el atractivo de los depósitos como alternativa de inversión.
Pese a eso, el panorama global sigue siendo incierto, y se anticipa una mayor volatilidad en 2025, principalmente debido a los riesgos políticos y geopolíticos que persisten al inicio del nuevo año.
A nivel local, Perú cerró el 2024 con un crecimiento del 2.98 %, superando las expectativas iniciales del 2.3 %. Se proyecta que este crecimiento continuará en 2025, con un PBI cercano al 3.00 %. No obstante, debido a la importancia de China para la balanza comercial peruana, los analistas de la compañía siguen de cerca las condiciones macroeconómicas de ese país, considerando el impacto de las posibles tarifas estadounidenses sobre las importaciones y los riesgos de la política interna y fenómenos climáticos.
Por otro lado, también resalta la estabilidad del sol peruano, que ha tenido un impacto positivo en los mercados de activos de riesgo local. A pesar de las expectativas de una mayor depreciación, en línea con lo observado en el resto de América Latina, la intervención del Banco Central de Reserva del Perú y el uso de sus reservas internacionales han limitado este proceso. Se espera que el tipo de cambio se mantenga estable en 2025, entre 3.70 y 3.80, debido a un diferencial de tasas reducido entre la política monetaria local y la Reserva Federal de EE. UU.