(*) Artículo publicado en la edición 202 de la revista Microfinanzas https://statuscomunicaciones.pe/microfinanzas/M202.pdf.
Por Javier Parker Chávez
javier.parker@microfinanzas.pe
El sector microfinanciero peruano se prepara para el que será su cónclave más importante del presente año, el XIII Congreso Internacional de Microfinanzas (CIM) que tiene como lema “Integración y Visión: Estrategias para la inclusión financiera”.
El evento de la FEPCMAC, que tiene como anfitrión a la Caja Sullana, y que se realizará del 19 al 21 de octubre, abordará temas que son cruciales en la transformación tecnológica que están teniendo los servicios financieros a nivel mundial.
Sobre todo, en la forma en la que interactúan las instituciones del sector, en general, con sus clientes, así como por el rol que estos últimos van asumiendo en la atención de sus propias necesidades financieras gracias al uso de desarrollos tecnológicos como, por ejemplo, la billetera electrónica. Un tema que analizamos en esta edición de Microfinanzas.
Todo ello, en un contexto de crisis e incertidumbre políticas sin precedentes en el país en lo que va del presente siglo, si se considera el impacto negativo que tiene en el crecimiento económico y en la reducción de la pobreza, lo que termina afectando, como siempre, a la población más desprotegida y vulnerable, aquella en la que el sector microfinanciero peruano concentra sus mayores esfuerzos de inclusión.
Si hasta hace poco más de un año atrás era improbable pensar en una desaceleración económica, por la expectativa de un rebote tras meses de paralización del aparato productivo por la pandemia de la COVID-19, ahora las proyecciones de crecimiento del país del Banco Central de Reserva (BCR) se han reducido a solo 3% para este año y el próximo, según el último Reporte de Inflación presentado hace unos días.
Igualmente, como se advirtió en el fragor de la campaña presidencial del 2021 sobre los riesgos que se cernían sobre la inversión privada si se tomaba el camino de las decisiones equivocadas; ahora el BCR confirma, en el mismo reporte, que la inversión privada tendrá un nulo crecimiento (0%) este año, y de solo 1.8% para el próximo año. Insuficiente a todas luces si consideramos las necesidades de la población y el potencial del país.
En lo que respecta a la inversión pública, su desempeño a partir de enero del 2023 dependerá de las nuevas autoridades regionales y locales que se elegirán este domingo 2 de octubre. Esperamos que, pese a la apatía y desinterés que los ciudadanos están mostrando por estas elecciones, se elijan a autoridades que promuevan la inversión privada en sus jurisdicciones y ejecuten en forma eficiente, y sin sospecha de corrupción, los recursos de todos los peruanos. Lamentablemente, las proyecciones de crecimiento de la inversión pública del BCR han descendido para el próximo año a 0%, cuando en abril pasado estimaba que en el 2023 crecería un 1,6%, según muestra el mencionado Reporte de Inflación.
Es en el contexto de este desafiante escenario político y económico que los líderes del sector microfinanciero peruano se reunirán en el CIM Sullana 2022 con la misión de, entre otros objetivos, identificar en el plano económico las principales tendencias para un cercano y mediano plazo, valorar las mejores prácticas de gobernabilidad y aplicarlas en sus organizaciones, e identificar los principales y nuevos riesgos del entorno virtual a las microfinanzas para poder afrontarlos.
Sin embargo, hay que destacar, como dice el gerente central de Negocios de Caja Arequipa, Wilber Dongo Díaz, en esta edición de Microfinanzas: “Las cajas municipales nacieron con el objetivo de ser entes solidarios y no solo para dar un mero servicio a pesar de la ya importante labor de intermediación que realizan en poblaciones de bajos recursos”.