
El mercado abrió con un claro tono de «giro en la política». Los débiles datos de empleo del viernes consolidaron la opinión de que la próxima medida de la Fed será una bajada de tipos en la reunión del 16 y 17 de septiembre, con los futuros muy inclinados hacia los 25 puntos básicos y una pequeña cola hacia los 50 puntos básicos.
Parece que el mercado ya no se pregunta si la Fed va a recortar, sino cuál será la magnitud del recorte. La Fed entra ahora en un periodo de silencio, a la espera de los datos del IPC y el IPP, que podrían confirmar esas apuestas o desmontarlas. Como resultado, el índice cotiza al margen de la política monetaria, y no de los titulares sobre los beneficios.
Los flujos añadieron combustible. La reorganización del S&P 500 puso a AppLovin, Robinhood y Emcor en el punto de mira antes de su inclusión el 22 de septiembre. Eso desencadenó una demanda de flujos pasivos y una ola de compras forzadas. Hasta ahora, ha sido la liquidez, y no los fundamentos, la que ha marcado la pauta. El efecto se extendió a la tecnología publicitaria, los pagos y el comercio minorista, lo que dio un impulso adicional al apetito de riesgo del día.
La IA sigue siendo la estrella polar del mercado. Las perspectivas optimistas de Broadcom, basadas en los ingresos por chips de IA personalizados, y las noticias sobre una asociación entre OpenAI y Broadcom para la fabricación de chips reforzaron la narrativa de que la inversión en IA hasta 2026 está aumentando, en lugar de disminuir. Los inversores siguen comprando en las caídas del complejo, ya que, mientras sigan creciendo las carteras de pedidos, el comercio de IA se mantendrá vivo.
Pero el aire es escaso. Las valoraciones se extienden a datos que aún pueden sorprender. El benigno IPC de julio fue seguido por un IPP más alto. Las cifras de esta semana pondrán a prueba si la desinflación se mantiene intacta o se está desvaneciendo. Si el IPC se queda por debajo de lo previsto, la historia del «recorte de seguridad» cobrará fuerza y los múltiplos seguirán respaldados. Si la inflación de los servicios se vuelve a afianzar, la extrapolación del mercado de múltiples recortes hasta finales de año comenzará a parecer un poco agresiva.
Por ahora, los flujos, la IA y las esperanzas de flexibilización mantienen al S&P cerca de máximos. Pero con un posicionamiento largo y una convicción frágil, el mercado es vulnerable a una sola sorpresa en los datos o a una revalorización agresiva que eleve los rendimientos reales. En resumen: el repunte se sustenta en tres pilares: la convicción de que se producirá un recorte de tipos, las perspectivas de beneficios aún creíbles de AI y los catalizadores de los flujos pasivos. El primero es el más débil. Si el IPC/IPP y los mensajes de la Fed validan la narrativa del recorte preventivo, las caídas seguirán siendo leves. Si no es así, el liderazgo de las megacapitalizaciones se pondrá a prueba y las valoraciones se tambalearán