EL SOBRE ENDEUDAMIENTO GENERA QUE MÁS PERSONAS BUSQUEN MÁS CRÉDITOS PARA PAGAR DEUDAS

Escrito por César Martinez. Publicado en Febrero 2019

¿Por qué la gente gasta más que sus ingresos?

Por Jorge Olcese Fernández / LIMA

El 40% de las familias gasta por encima de sus ingresos totales y sólo el 51% evita gastar más que sus ingresos mensuales. Del total de los préstamos de consumo (préstamos, tarjetas, atrasados, refinanciados y castigados), entre el 6 % y el 11% son morosos, lo que involucra a casi 600 mil préstamos que no se están pagando.

Parte de este exceso de gastos es porque existen muchas personas que están sobreendeudadas o que pagan deudas por encima del 30% de sus ingresos totales. Muchas personas se buscan más ingresos para cubrir sus gastos, en la forma de cachuelos o de sobretiempo cuando tienen empleos. Y esto lo hacen mayoritariamente las personas de los niveles socioeconómicos C (el 37.2%) y D (el 33.5%).

La comprensión y el tratamiento o los consejos para superar estas situaciones requieren de una visión más amplia, porque las problemáticas varían de muchas maneras y en el tiempo.

¿No es acaso posible la situación antes descrita en un país en el que hay el doble de trabajadores informales (8,5 millones) que los que acceden a un trabajo formal (4,3 millones) en zonas urbanas?

Es increíble que solo el 37% de los trabajadores peruanos sean clientes del sistema financiero; el 42.6% de los mayores de 18 años tienen un crédito. Además, que el costo del financiamiento de la microempresa y pequeña empresa siga situado entre los más altos de América Latina.

Por tanto, un análisis en detalle o segmentado acerca de los comportamientos de los ingresos y de los gastos y pagos, que son diferentes en función también de los diferentes tipos de consumidores, porque muestran características muy distintas entre sí (perfil de riesgos) es necesario para entender la realidad expuesta y, lo más importante, para tener la capacidad de proponer alternativas de tratamiento y de solución.

ENFOQUE

Pero lo más importante, es que este análisis y capacidad de propuesta es hoy en día un nuevo concepto y trabajo de gestión preventiva del riesgo, que comprende un conjunto de conceptos y herramientas que se imparten en las capacitaciones y se implementan en las asesorías más específicas, que llevan a tratar las vulnerabilidades de los actuales y potenciales sujetos del crédito.

Esta gestión, que necesariamente debe ser sustentada por un entorno de datos históricos y de su respectiva evolución, es decir no solo de datos o cifras puntuales, exige tratar todas las distintas variables tales como los niveles y volatilidad de ingresos laborales, formales e informales, la creación de las oportunidades de empleo, urbano y rural, la formación de empresas formales y sus tamaños, la evolución de todas las variables por segmentación geográfica y por actividad económica. Ya que estas inciden en los ingresos y comportamientos de pagos.

LOS INGRESOS

Los ingresos laborales mensuales (identificados por la Encuesta Permanente de Empleo en Lima Metropolitana-EPE) en lo que va del año 2018 registran una caída en los ingresos laborales mensuales de S/. 74 en empresas de 1 a 10 trabajadores, cuando en los últimos 12 años (2006-2017) se observaba un aumento promedio mensual de S/. 64.

Por su parte, en agosto de 2018 mientras que el ingreso mínimo referencial se estima en S/. 971.52, superior a la remuneración mínima vital, el ingreso promedio de los trabajadores en la capital se redujo en 5% respecto del mismo mes un año antes y se ubicó en S/. 1,607 mensuales.

No obstante, por ejemplo, en el quinquenio 2013- 2017, Apurímac logra acelerar el crecimiento de su ingreso laboral en 7.8% anual, impulsado por los aumentos en el PBI minero de dicha región. En el mencionado periodo, se identificaron a tres regiones (Ica, Piura y Puno), que acumularon un crecimiento superior al 90% y cinco (Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica y Lambayeque) al 80%. También figuran Moquegua (50.3%), Tacna (48.9%) y Tumbes (44.3%).

Un ejemplo del deterioro de los ingresos en los años recientes se puede apreciar en el gráfico siguiente, donde además se observa la diversidad de comportamientos o de la evolución de esta variable en función de la zona geográfica.

Asimismo, el ingreso promedio de un trabajador en el sector agrario formal es más del triple de un trabajador en el mismo sector informal que alcanza a S/. 1,515 al mes. Además, la Ley de Promoción Agraria ha permitido, en la última década, que 9 de cada 10 empleos creados en el sector agrario fueron puestos formales.

Esta Ley se aplica a las actividades de cultivo y de crianza y se ampliará a los sectores acuícola y forestal, y se podría incluir a las actividades industriales con capacidad exportadora que utilizan insumos agropecuarios (textil y confecciones con algodón de fibra larga para productos de alta calidad). En concreto, se apoya al aumento del empleo formal en las regiones donde se aplica, se incrementa el ingreso y se amplía la reducción de la pobreza. Los resultados también se verifican en las empresas las que llegan a más de 4 mil formales las que se han creado afiliadas a esta estrategia, y son esencialmente micro, pequeñas y medianas empresas con menos de 10 trabajadores.

OFERTA Y EMPLEO

El crecimiento de la oferta nacional de trabajo en un año es casi de 400 mil personas.
En el primer semestre de 2018 el empleo informal creció 4,7% mientras el formal disminuía 1,3%, continuando su tendencia alcista mostrada en el segundo semestre de 2017, cuando creció 5,4% mientras el empleo formal subía apenas 0,3%.

En agosto de 2018 en Lima Metropolitana el empleo adecuado se incrementó en 1%, luego que en julio lo hizo en 3%. Existen 3.2 millones de personas con empleo adecuado, que representan el 62% de la PEA ocupada en la capital. El subempleo en la capital se redujo en 5% y alcanzó a 1.76 millones de trabajadores, mientras que la tasa de desempleo en Lima Metropolitana se ubicó en 6.1% de la PEA, manteniéndose estable desde abril. Si bien existen diversas cifras acerca de la mejora relativa del empleo formal a nivel nacional, es evidente que dentro de la estructura el informal aún es demasiado elevado: representa el 70% del empleo urbano nacional.

Además, se debe considerar que se estiman casi 3.3 millones de trabajadores independientes informales (gasfiteros, pintores, electricistas), lo que pesa mucho en la estabilidad de los ingresos para ser pagadores cumplidos de obligaciones.

Según datos recientes del INEI la mejora de la actividad económica empieza a generar mejores condiciones de empleo por el aumento de la demanda interna. No obstante, a setiembre 2018, según las estadísticas del INEI, revelan que el 73% de la fuerza laboral a nivel nacional están en condición de informales, lo que alcanza a 12.2 MM de trabajadores, y 8.6 MM se concentran en las zonas urbanas. Además, para tener en cuenta, el grueso de estos trabajadores, es decir el 86% de la informalidad laboral se concentra en las microempresas (de 1 a 10 trabajadores) y esta cantidad ha crecido 6% en los últimos 12 meses.

Estas cifras y el diverso comportamiento de las principales variables que inciden en el cumplimiento de los pagos y de las deudas, denotan que las estrategias de enfrentar estas problemáticas deben ser segmentadas, es decir, analizando en detalle los diferentes comportamientos, en especial el referido a los ingresos, a fin de establecer las más adecuadas a cada situación real.

Sin embargo, lo más increíble es que estas personas gastan o requieren gastar por encima de sus ingresos y cuando necesitan algo de ayuda de crédito para cubrir sus faltantes de ingresos solo encuentran que es la misma entidad financiera la que les presta o les refinancia o les compra deudas acumuladas, por lo que se crea el problema del sobreendeudamiento, o sea que las entidades de crédito aprovechan estas necesidades para insistir otorgando nuevos créditos a los mismos clientes.

Es más crítico que además de esta situación, los consumidores deben acudir a otras fuentes de financiamiento para cubrir sus faltantes de ingresos o para cubrir sus necesidades de gastos, lo que se constata al conocer que más del 55% de los consumidores financian sus necesidades de gastos y pagos de deudas por fuera del sistema financiero oficial, legal y supervisado. A nivel macro algo más del 60% de lo que se produce y se transa en el país es financiado por fuera del sistema formal.

Las dificultades para pagar los créditos son las que se deben analizar para una eficiente gestión PREVENTIVA del riesgo de incumplimiento. Esta gestión debe ser anticipada, es decir antes de otorgar un crédito y evaluar con técnicas modernas y precisas las capacidades y los comportamientos de pago, o ayudar cuando las vulnerabilidades se presentan o evitar y anticiparse a que éstas se presenten.