LA CORRUPCIÓN DE AMÉRICA LATINA ES UNA INSTITUCIÓN QUE ESTÁ EN LA SOCIEDAD

Escrito por César Martinez. Publicado en Febrero 2019

LEYENDA: La corrupción en la sociedad aún es relatada en obras literarias.
© Diario CERTEZA

¿Cómo prevenir los delitos “empresariales” actualmente?

Por Ricardo Ochoa Alburqueque / CALLAO

Una máxima de la experiencia nos dice que un pueblo que no conoce sus historia está llamado a repetirla. Se le conoce también con la Ley de los ciclos y esto se ha comprobado en el devenir de nuestra historia, en virtud que, en América Latina, salvo honrosas y muy pequeñas excepciones (Chile, Costa Rica y Uruguay), por la práctica de la trasparencia de sus instituciones la corrupción es moderada. No es que sea nula, sino simplemente, moderada. Siempre existirá en menor o mayor medida la tendencia a sacar algún beneficio en recursos del estado o de algún privado.

LA EDUCACIÓN

¿La educación será suficiente para superar esta iniquidad llamada corrupción? Veamos que nos dice el devenir histórico. Para este artículo, sin ir muy lejos tomaremos de nuestra América morena, a México, país que a inicios del siglo XX ejecutó una reforma educativa, a cargo del respetado educador José de Vasconcelos, quien fue ministro de Educación.

La intención era alfabetizar al pueblo, desde la ciudad al campo. Era una cruzada nacional que integro en ese propósito a el Estado, educadores privados y clérigos católicos, quienes iniciaron una campaña para alfabetizar a los sectores más alejados del campo de ese país. Se les enseñaba a leer, escribir y las cuatro operaciones básicas.

La finalidad era integrarlos a la economía formal y tener mejores ciudadanos que aporten bienestar a su sociedad. Posteriormente ya sabemos lo que pasó. El país tuvo un gobierno con amplio dominio en la escena política gobernado por sesenta años (desde 1929 hasta 1989) de manera ininterrumpida por el PRI (Partido Revolucionario Institucional), fundado por Plutarco Elías Calle.

Como se sabe, el PRI gobernó por medio de populismo económico, el sindicalismo, el clientelismo político y el corporativismo institucional del aparato del Estado ( léase copar el Estado con gente de su ideología o praxis política). Lograron enquistarse en el poder durante más de medio siglo.

El PRI aún tiene vigencia porque permanecen muchos de sus militantes en el aparato estatal y que cada vez que se cambia de administración, ocurre lo que se denomina “El año del Hidalgo”, donde por costumbre se liquidan los saldos de las cuentas y se ejecutan programas, ni que decir de los activos (estos son sustraídos o liquidados de los inventarios, bajo la premisa: ¿De quién es esto?

La respuesta siempre es: “Es del Estado” La nueva pregunta sería (¿Quién es el Estado? Pero todos sabemos que el Estado somos todos. Entonces esta portátil me pertenece, lo vengo usando, es mío. Seria simplista generalizar, pero en mayor o menor grado esto se repite en algunos países latinos.

Esta mentalidad o lo que denomina los especialistas y académicos “cosmovisión”, es en términos latos, como se miran las cosas, sólo sirven para ilustrar el concepto "como que nos ponemos un par de lentes y con ellos miramos, pensamos y ejecutamos nuestros actos."

Este proceder no es nuevo es propio de la idiosincrasia española, por citar otro país, si no me remito a la literatura española. Las obras “La vida del buscón” de Francisco de Quevedo, obra puesta en circulación en 1626 en España y “El lazarillo de Tormes” de 1554 que es atribuido por muchos a Diego Hurtado de Mendoza y Pacheco, quien fue un poeta y diplomático en ambos casos ( trataron de pasar por anónimos, para evitarse los problemas con la Iglesia Católica y la Santa Inquisición), nos describen (los usos y costumbres en cada estadio de sus vidas) de los ibéricos comunes y silvestres, algunos de los cuales llegaron a nuestras tierras en 1492.

CONTEXTO

Según los “Panamá Papers”, el libro que todo profesional especialista en prevención de delitos debe leer, nos dice que el lavador de activos más grande hasta ahora conocido en América Latina no es Pablo Escobar, como se podía creer, si no Rafael Caro Quintero (a) "el narco de narcos" de nacionalidad mexicana, líder del cártel de Sinaloa y amigo del Chapo Guzmán, para quien don Pablo "era un niño de pecho" según Jurgen Mossack.

Caro purgo una condena de treinta años y en 2013 salió en libertad, en la actualidad se le está buscando por todo el mundo. Qué decir de la espiral de violencia que esto ha generado y con ello la desestabilización de la misma sociedad mexicana.