2021, UN AÑO DE RETOS
LEYENDA: Si bien es cierto que la pandemia por el COVID-19 y sus consecuencias en la economía representan un riesgo para el sistema financieros, también es una oportunidad para implementar cambios que fortalezcan el sistema, opinó Roberto Keil, CEO en JCR LATAM Clasificadora de Riesgo S.A.
Pese a la fuerte contracción de la economía peruana debido al COVID-19 durante el 2020 (tuvo una caída 11.12%, según el INEI), los indicadores de sostenibilidad financiera se muestran estables: el riesgo-país se mantiene entre los más bajos de la región. Para mantener esas condiciones es importante seguir fortaleciendo el sistema financiero local.
Roberto Keil, CEO en JCR LATAM Clasificadora de Riesgo S.A. consideró que la actual crisis económica es una de las peores en la historia del Perú, no obstante, resaltó que el sistema financiero respondió positivamente.
Ante de la pandemia los créditos directos venían creciendo de manera sostenida, con tasas de crecimiento anual de entre 6% y 9%; y había S/2.500 millones de provisiones adicionales a la regulatorias, punto importante porque las provisiones nos dicen cuánto tiene un banco, para poder cubrir futuros problemas, en su cartera.
“Los bancos tienen la característica de cubrir ciertas pérdidas debido a sus provisiones, mientras que las microfinancieras no todas tienen esa capacidad”, comentó Keil.
El ejecutivo resaltó la rápida capacidad de reacción del sistema ante la pandemia. Programas como Reactiva Perú, FAE Mype, las posibilidades de reprogramar créditos y trabajar las provisiones, fueron muestras claras de la respuesta de política aplicada por el sector ante la crisis sanitaria.
RETOS
Para Keil mas que riesgos para el sistema financiero en este año, lo que ve hacía adelante son retos “como la implementación de un sistema financiero que realmente incluya y apoye a las cajas y cooperativas, a las microfinancieras. Y que tenga como eje el uso de las nuevas tecnologías”.
“El 2020 se ha aprendido bastante, se hicieron ajustes que no se hubieran hecho en cualquier otro escenario. La pandemia ha evidenciado que hay un gran segmento poblacional que recibió ayuda estatal mediante su billetera electrónica. Este segmento puede ser atendido por las instituciones financieras especializadas en ese público. El sistema financiero peruano está dirigido a un esquema de retos”, indicó.
Si bien es cierto hay que ver la crisis como oportunidad existen riesgos que podrían afectar al sistema financiero y a la economía familiar, principalmente si se expande la cuarentena.
Uno de los riesgos que asoman, entonces, es el de un mayor deterioro de las finanzas de individuos y firmas, traducido en una reducción de su capacidad de pago y poder adquisitivo. Para las familias, ello puede derivar en la imposibilidad de cubrir gastos fijos, como pago de alquileres, etc.
CUESTIONA FALTA DE ROTACIÓN
¿Las clasificadoras de riesgo, como cualquier organización, tienen la libertad de contratar con las empresas, pero esos contratos deben ser permanentes? ¿la relación de largo plazo puede afectar la objetividad en las opiniones? Según Roberto Keil, en muchos países de la región las clasificadoras o calificadoras de riesgo no pueden prestar servicios a una misma entidad bancaria, financiera, aseguradora, bancos o instituciones de intermediación especializadas más allá de un número determinado de años.
Explicó que las razones de esta argumentación se sustentan en la posición de los supervisores del sistema financiero y del mercado de valores respecto a la independencia de las clasificaciones, porque existiendo un modelo “el cliente, paga” puede presentarse un relajamiento en la objetividad de la opinión independiente de la clasificadora cuando la relación supera un número determinado de años.
“La rotación se aplica en el caso de las auditoras, entidades que deben rotarse para mantener la independencia y objetividad de sus servicios y generar valor al mercado, entonces por qué no puede hacerse lo mismo con las clasificadoras, sobre todo, porque al ser la clasificación de riesgo el pilar sobre el que se asienta la valoración en el universo de la deuda privada y de otros instrumentos, la confianza del mercado es el valor que debe protegerse”, comentó Klei.
Para el especialista, “el contar con la garantía de una opinión objetiva por parte de las clasificadoras debe sumar a los requerimientos exigidos a estas”. Citó como ejemplo al Banco Central de Paraguay en su resolución 3 de octubre 2014, que indica “la obligación de rotar para que la opinión de las clasificadoras sobre la actuación de los intermediarios financieros sea objetiva e independiente de cualquier relación laboral estrecha (de largo plazo) con las supervisadas.
“Las voces en contra de la rotación de clientes afirman que se podría modificar las clasificaciones de las empresas afectando al mercado y que la libertad de contratación puede hacer que los contratos sean de largo plazo o indefinidos, sin existir restricción”, cuestionó Klei.
“Consideramos que si el trabajo de la clasificadora precedente, es bien realizado como suele suceder, las clasificaciones asignadas deberían ser similares, por otra parte, no se puede argumentar que la libre contratación se vea afectada, hablamos de una industria que tiene una particular naturaleza y complejidad, además el objetivo principal es proteger al mercado y existiendo confianza, este crece”, concluyó Klei.