LA CRISIS Y LOS DESAFIOS DE UN BUEN GOBIERNO EN MICROFINANZAS
LEYENDA: Recordando al genio Albert Einstein, que escribió: ”…sin crisis, no hay desafíos…”, vemos ahora que en el Perú estamos viviendo una crisis económica impulsada por una crisis sanitaria del Covid 19, que viene afectando al Sistema Financiero y generando muchos impactos y desafíos a las Instituciones del Sistema de Microfinanzas. Detallo: MBA Armando Olivares López, Ex Intendente de Microfinanzas de la SBS
Un gran impacto de esta crisis lo visualizamos al concluir el año 2020, observando en la información de la SBS que cerca del 50% de un total de 43 Instituciones Financieras, que captan depósitos del público, han reportado importantes pérdidas del ejercicio y en casi todos los casos, han registrado sustanciales y menores utilidades a las obtenidas en el año 2019.
En dicha información y otras, encontramos el gran impacto que resume los efectos de esta crisis y que genera grandes desafíos a la Gobernabilidad y a la Gestión Integral de Riesgos, para superar estos difíciles momentos e impulsar recuperaciones y crecimientos. Compartiremos algunas inquietudes desde la óptica de aplicación de los buenos y sanos Principios de Buen Gobierno Corporativo en las Instituciones de Microfinanzas.
RELEVANCIA DE LOS PRINCIPIOS DE BUEN GOBIERNO CORPORATIVO.
A nivel internacional y como referentes mundiales, la OCDE y el Comité de Supervisión de Basilea, recogiendo las enseñanzas de las crisis, elaboraron guías y recomendaciones de principios y sanas prácticas de Buen Gobierno Corporativo (BGC), las cuales son fundamentales para contar con una eficaz Gobernanza que fortalezca la solidez de los sistemas financieros y los cuales se han puesto en práctica en los sistemas financieros del mundo, entre los que está el Perú.
Los 13 Principios de BGC del Comité de Supervisión de Basilea están referidos a las responsabilidades, aptitudes y prácticas del directorio, la gerencia, la gestión del riesgo, el cumplimiento, auditoría interna, retribuciones, divulgación y transparencia, así como el papel del Supervisor. Si bien no existe un enfoque único para el BGC, estos principios proporcionan un marco en el que las Instituciones Financieras y los Supervisores deben operar para lograr una sólida y transparente gestión del riesgo y la toma de decisiones, promoviendo así la confianza pública y preservar la seguridad y solidez del sistema financiero.
Es importante destacar que, los principios de buen gobierno y las sanas prácticas internacionales se encuentran consideradas en toda la normativa regulatoria de supervisión de riesgos que emite la SBS al Sistema Financiero. En el caso particular del Riesgo de Gobernabilidad, los lineamientos, criterios y parámetros para la adopción e implementación de un Buen Gobierno Corporativo y de una Gestión Integral de Riesgos lo podemos apreciar en la Resolución SBS N° 272-2017, que recoge los principios de BGC de Basilea adecuados a nuestra realidad y que se encuentran vigentes desde abril 2018.
Se dice que la Gobernabilidad es la “madre de todos los riesgos” y siendo el Directorio el responsable de la marcha y desempeño global de la empresa, este Órgano de Dirección debe en todo momento “gobernar” bien y con total transparencia, contribuyendo a preservar un Gobierno Corporativo sólido y efectivo. Es por ello que los primeros principios de BGC y la regulación del Supervisor están referidos a las responsabilidades y actuación del Directorio y de la Gerencia, los cuales promueven que un Directorio idóneo y sólido que cumple bien su rol de dirección, así como de una Gerencia idónea que cumple bien su rol de gestión, con profesionales calificados técnicamente, de acreditada experiencia e intachable comportamiento ético, gobernará bien la Institución Financiera, si:
Cada uno cumple su rol asignado y si no se dan interferencias o intervencionismos que afecten las autonomías.
Existe cero conflictos de interés y cero en malas prácticas y/o prácticas cuestionables.
Cuando se presenten problemas importantes o acciones correctivas significativas, se dé un sustancial involucramiento del Directorio en la búsqueda de soluciones oportunas.
Se evita que el Directorio participe en el manejo cotidiano de la empresa.
Como parte del ejercicio de su obligación y autoridad, el Directorio fiscaliza las acciones de la Gerencia y su consistencia con las políticas y planes aprobados, asegurándose que las estrategias de negocios y sus exposiciones de riesgo son consecuentes con los parámetros de riesgo establecidos por el Directorio.
Cuando la Gerencia no es renuente a ejercer control efectivo sobre las actividades de profesionales que dependen de ellos y aparentemente son “estrellas”.
Cuando se gobierna de manera transparente y cuando se vigila las evaluaciones regulares de cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables, así como también las políticas internas, como parte de una “cultura de cumplimiento”, entre otras importantes acciones de buen gobierno.
La responsabilidad primordial de contar con un BGC recae fundamentalmente en el Directorio y la Gerencia, siendo una fortaleza el contar con un sólido Gobierno Corporativo, el cual como sabemos, genera muchos beneficios principalmente en la reputación y en la confianza pública, que es la columna vertebral del Sistema Financiero. Recordemos que el gran fondeo en la gran mayoría de las Instituciones Financieras proviene principalmente de los recursos dinerarios de millones de depositantes o ahorristas que, por lo cual se considera también al BGC como un elemento de protección de los depositantes y de atención especial del Supervisor.
No podemos olvidar que hay otros actores o stakeholders importantes que también apoyan en promover un BGC y nos referimos a los accionistas, clientes, proveedores, auditores, consultores de riesgos, gobiernos, agencias calificadoras de crédito y los colaboradores de las Instituciones Financieras, quienes pueden apoyar trasmitiendo preocupaciones sobre prácticas ilegales, cuestionables o no éticas u otras debilidades de Gobierno Corporativo.
RECORDANDO ALGUNAS CRISIS Y DEBILIDADES EN LA GOBERNABILIDAD
Una lección aprendida en las crisis ocurridas en nuestro país es que, las Instituciones que cuentan con buenas prácticas de gobierno son aquellas que muestran una mayor resiliencia o adaptabilidad para hacer frente a la adversidad o a la crisis. La experiencia también nos hace ver que, a veces, una Institución Financiera con debilidades en el Gobierno Corporativo, suele presentar un desempeño menos favorable.
Recordando la historia para el caso peruano, algunas importantes debilidades de Gobierno Corporativo afloraron hace 20 años, cuando se dio la crisis financiera que ocurrió en los años 1998-1999 y que generó la intervención y quiebra de diversas e importantes empresas bancarias y de varias entidades de microfinanzas (principalmente cajas rurales). Felizmente que los depositantes llegaron a recuperar todos sus recursos confiados en dichas entidades, pero la confianza pública en el sistema financiero fue muy afectada.
Otro ejemplo fue posible observarlo en la crisis hipotecaria subprime que estalló el año 2008 en EEUU y que después se extendió al mundo, crisis que se dio por un cumulo de causas y entre ellas por debilidades en el Gobierno Corporativo de las empresas bancarias, asociadas a malas prácticas en la gestión del riesgo, incentivos a tomar mayores riesgos y a exigencia de rentabilidades elevadas por parte de los accionistas, así como de cuestionamientos a comportamientos no éticos con una laxa regulación y supervisión y la consecuente pérdida de confianza en el mercado. Como resultado, 35 banqueros fueron sentenciados en los Tribunales. Es una demostración y gran lección de lo que no debe hacerse, y por no aplicar los principios de BGC observadas en empresas bancarias de economías desarrolladas.
Estas experiencias que nos dejan las referidas crisis, nos lleva a la reflexión que un sólido y BGC genera muchos beneficios a la estabilidad y solidez Institucional. Como se sabe y en estricto, los directivos de una Institución Financiera son responsables de lo que “hacen” o de lo que “dejen de hacer”, dado que una Institución Financiera gestiona significativos recursos del público y la responsabilidad de la SBS es supervisar los riesgos de la Gobernabilidad, entre otros importantes riesgos, así como de evaluar permanentemente la idoneidad e integridad de sus directivos y de fortalecer los mecanismos de evaluación en su selección, a la cual actualmente le están poniendo mayor énfasis.
Actualmente una de las evaluaciones más relevantes del Gobierno Corporativo a las Instituciones de Microfinanzas es la que complementariamente se realiza por ejemplo, a las Cajas Municipales, la cual en la regulación vigente del Supervisor, se ha determinado estándares de BGC que se deben cumplir o su incumplimiento es sancionado por mantener directorios y gerencias incompletas, por no atender oportunamente el requerimiento de provisiones, o por incumplir mayores exigencias de liquidez o capital normativo o prudencial, entre otros requerimientos regulatorios.
Para la actual crisis y en su rol prudencia, el Supervisor ha emitido numerosas normas regulatorias preventivas y promovido normas legales en apoyo a las instituciones financieras, para asegurar adecuados niveles de liquidez, que se prevean posibles riesgos de deterioro de cartera por las reprogramaciones crediticias, la necesidad que se fortalezcan los patrimonios, que los estados financieros reflejen la realidad en el tratamiento de los intereses y un mayor involucramiento de la Junta General de Accionistas y del Directorio, entre otras importantes medidas para preservar la estabilidad y solidez del sistema financiero.
RETOS Y DESAFIOS DE BUEN GOBIERNO EN LAS INSTITUCIONES DE MICROFINANZAS
Es prioritario centrarse en el rediseño de las estrategias y en planes de acción para reorientar esfuerzos en la sostenibilidad y continuidad operativa de la empresa. Los accionistas estarán atentos al desarrollo de la crisis y observando el accionar de gobierno del directorio y este a su vez, debe hacer lo propio con el accionar de la gerencia. Todos apostando, trabajando y apoyando a que se gestione bien todos los riesgos, con eficiencia y oportunidad y se propongan los cambios y adaptaciones estratégicas que impulse a gestionar y superar la crisis.
La crisis está ocasionando problemas y fuertes impactos en los resultados de gestión, pero también está impulsando oportunidades de cambios, adaptaciones y nuevos retos, en las formas de trabajo, en los planes y procesos, así como en las metas y en las formas de trabajar con nuestros clientes, entre otras medidas. Todos estos desafíos serán nuevas oportunidades para fortalecer la sostenibilidad y continuidad operativa de la empresa.
También será un desafío permanente el adaptarse y cumplir con las nuevas exigencias regulatorias de la SBS, las cuales impactan en la vida institucional. En una crisis, el Supervisor pone mayor atención a los temas de gestión de riesgos y a las de acciones de gobernabilidad, promoviendo un mayor involucramiento de los directores en las medidas de fortalecimiento patrimonial, en los nuevos estándares de buen gobierno, en impulsar nuevos involucramientos como en el nuevo Reglamento de Gestión de la Ciberseguridad que pronto saldrá a la luz y otras acciones de fortalecimiento sobre la idoneidad y mayor profesionalización de sus directivos.
Será muy importante fortalecer el permanente y cercano trabajo del directorio con la gerencia, donde un Directorio vigilante que aporta y apoya, se interrelacione muy “cercanamente” con la parte ejecutiva y se trasmita a todos los colaboradores, ejerciendo los liderazgos de acuerdo a las circunstancias y a sus propias responsabilidades, con los roles propios que deben desempeñar en esta difícil etapa de estar gestionando la adversidad. Todos estarán atentos observando a sus líderes y por ello, preservar el personal clave y el “predicar con el ejemplo”, resultarán muy importantes para superar la crisis y emprender recuperaciones importantes.
Esta crisis está generando mayores desafíos al directorio y a la gerencia, quienes deben impulsar la mayor confianza posible a sus organizaciones y asegurarse de establecer los lineamientos de acción y las políticas para la oportuna identificación y gestión de una gama completa de riesgos, que puedan surgir o se atenúen en esta coyuntura, por los impactos que se vienen generando en el accionar operativo y que tiende a deteriorar carteras, ingresos, resultados, entre otras acciones.
Como respuesta a la pandemia y a la crisis económica, está surgiendo la imperiosa necesidad de priorizar la transformación digital y tecnológica, impulsando el mayor acceso y uso de canales digitales para competir mejor, fidelizar a sus clientes, reducir costos y adecuándose a la innovación tecnológica y adaptarse a los nuevos tiempos, para que los clientes tengan la mejor experiencia con sus Instituciones. A ello, se suma la necesidad de contar con plataformas digitales y canales virtuales más seguros que neutralicen los posibles ciber-ataques y los fraudes cibernéticos que pueden perjudicar a las Instituciones Financieras y a los clientes.
Los principios y las sanas prácticas de BGC son especialmente importantes en situaciones en las que una Institución de Microfinanzas afronta problemas o donde necesite acciones correctivas significativas que puedan afectar su core bussines o su continuidad operativa. Aquí el mayor involucramiento del directorio resulta vital, tanto en el acompañamiento permanente con la gerencia y comité de crisis, así como en la participación activa de directores en los diversos comités especializados de riesgos, auditoría, remuneraciones, ciberseguridad, entre otros, para superar la crisis.
Igualmente es importante destacar que no es lo mismo gobernar el “día a día” en una situación de bonanza o de “normalidad”, que en una situación de crisis. Ahora, los retos y desafíos son grandes para todos, no solo para readecuarse o adaptarse y superar esta crisis, redefiniendo los planes o modificando los objetivos y metas, sino también las formas de trabajo y los canales atención de clientes con plataformas tecnológicas seguras y también para implementar con éxito las nuevas exigencias del Supervisor en la gestión de la crisis, para el fortalecimiento patrimonial y el involucramiento en la Ciberseguridad, entre otras importantes medidas regulatorias que resultan necesarias ser atendidas.
Finalmente, en este año 2021 que continuamos en crisis y con gran incertidumbre, nos podríamos preguntar: ¿que pasara con algunas Instituciones de Microfinanzas que no están pintando bien en sus estados financieros o cuyos indicadores de gestión denotan preocupaciones?. Anteriormente, en otras crisis en nuestro país, se han dado adquisiciones, fusiones y absorciones a diversas instituciones financieras. Lo seguro también es que ahora, se estén afrontando y asumiendo nuevos desafíos y retos para las Instituciones de Microfinanzas. En lo personal, considero que hay que enfrentar esta crisis, con mucha serenidad y realismo, pero también con mucha confianza, trabajo y optimismo para superar esta difícil coyuntura. Ya las Cajas Municipales, Financieras y otras Instituciones de Microfinanzas lo han demostrado antes y ahora no será la excepción.