UNA COSA ES CON GUITARRA, OTRA CON CAJÓN
LEYENDA: Pedro Castillo es el nuevo presidente del Perú y empezará su gobierno teniendo a un país polarizado, la mitad lo apoya y la otra mitad desconfía de el. Ahora como presidente debe dar garantías para quienes lo apoyaron, como para lo que no e incluso para muchos que le temen. Todo esto en medio de un escenario de crisis sanitaria y ralentización de la economía.
Luego una tensa y feroz batalla electoral, el profesor chotano de 51 años Pedro Castillo es oficialmente el nuevo presidente del Perú por los próximos cinco años. Desde el próximo 28 de julio, día del bicentenario de la independencia, lidiará no solo con la pandemia y la inestabilidad política, sino también con una severa crisis económica, por lo que será clave que gane la confianza de los mercados. A la par debe hilar fino para hacer cambios estructurales que permitan que los beneficios del crecimiento económico lleguen a todos los peruanos por igual.
Siempre ha habido mucha expectativa en torno a los 100 primeros días de un Gobierno, y en el caso de Pedro Castillo la preocupación es mayor. Él llega a Palacio de Gobierno con promesas de cambios profundos para el país. Según una encuesta de Ipsos, entre los peruanos que votaron por Castillo, las principales razones fueron porque “representaba el cambio que el país necesitaba” (43%), para “evitar que el fujimorismo llegue al poder” (27%) y porque “entiende mejor a la mayoría de la población” (24%).
Castillo debe atender las demandas de ese grupo de peruanos que se sienten excluidos. Paralelamente, tiene a un sector muy grande que desconfía de él. Ahora como presidente debe dar garantías para quienes lo apoyaron, como para lo que no e incluso para muchos que le temen. Ese balance es complejo. Como dice un dicho: Una cosa es con cajón, otra con guitarra.
Asimismo, los 100 primeros días implican consolidar una relación con el Congreso que no sea la de confrontación para así llevar a cabo pactos mutuos de moderación.
PRIORIDADES
Los especialistas concuerdan que la primera prioridad es el ámbito sanitario. Castillo debe garantizar la continuidad y mejora del proceso de vacunación. La segunda prioridad apunta al ámbito económico. Esto se refiere a que el nuevo gobierno va a tener que dar señales claras sobre cuál va a ser el manejo económico que implementará.
Lo otro es generación de confianza para evitar estas alzas del tipo de cambio, del dólar que incide en los precios de muchos productos. Las medidas y señales que dé el Gobierno empezando la gestión van a hacer determinantes para terminar con la incertidumbre.
Pese a que Castillo aseguró que durante su gobierno se gestará “el verdadero desarrollo garantizando la estabilidad jurídica y económica”, los gremios empresariales aun desconfían y esperan acciones concretas mas que palabras. En una reciente conferencia de prensa, los gremios empresariales demandaron a Castillo formar un gabinete de consenso y advirtieron que la convocatoria a una Asamblea Constituyente genera una gran inestabilidad que puede frenar la reactivación económica y el desarrollo de las inversiones, originando la fuga de capitales y el incremento del desempleo.
CAMBIOS NECESARIOS
Otro de los pendientes es impulsar un Estado eficiente, el cual canalice los recursos de manera correcta, Además, debe implementarse políticas públicas que permitan un acelerado cierre de brechas, las cuales se evidenciaron más durante la pandemia.
Entre el 2003 y el 2013, el Perú logró una de las reducciones de pobreza más dramáticas en la historia moderna, pasando de una tasa de casi 60% de pobreza monetaria a poco más de 20%. El gran elemento detrás de ese logro fundamental fue el crecimiento económico. Sin embargo, la pandemia desnudó las vulnerabilidades e inequidades del milagro económico peruano.
Por ejemplo, entre el 2000 y el 2019 el crecimiento económico del país nos permitió saltar de la posición 105 a la 88 en el ránking de países según ingreso per capital Mientras que el ránking de países según el Índice de Desarrollo Humano descendimos del puesto 75 al 82. ¿Cómo recuperar esos niveles de crecimiento económico de manera sostenible y que sus beneficios lleguen a todos los peruanos por igual?
Cualquier plan de gobierno o estrategia de desarrollo que pretenda ser efectiva para retomar una senda de crecimiento y bienestar tiene que enfocarse en estas tres dimensiones. Lo primero es asegurar la estabilidad macroeconómica, que ha sido puesta en riesgo por el impacto de la pandemia en la sostenibilidad fiscal.
Lo segundo es empezar a invertir de verdad en las capacidades del Estado. Por último, se debe promover la innovación y competitividad del sector privado. Adicionalmente urge impulsar la diversificación productiva y exportadora para lograr una mejor inserción a la economía internacional, evitar la restricción externa y enfrentar mejor los problemas estructurales de nuestras economías.
El proceso electoral terminó y ahora queda apoyar al nuevo gobierno, pero sin dejar de ser vigilante de su accionar.