Por Raúl Castro, fundador de Business Evolution Consulting (BEC), experto en estrategia comercial y coaching.
Hablar de dinero en ocasiones puede ser un poco incómodo para algunas personas, pero totalmente interesante y divertido para otras, esto se basa en las creencias que cada persona tiene en su mente respecto al dinero.
¿Son tan fuertes estas creencias que se forman desde los primeros años de vida y que quedan en el subconsciente? ¿Estas creencias definen la percepción de uno mismo y el significado que le damos a lo que sucede, incluyendo el dinero?
Por supuesto que sí, vamos a explorar a profundidad esto, pero antes vamos a revisar rápidamente cómo ha evolucionado el dinero.
La historia del dinero se remonta a los años 1.500 a.C. en Mesopotamia, cuando se utilizaban metales preciosos para realizar intercambios, luego en los siglos VI y VII comienza la acuñación de monedas. El dinero hoy se transfiere de forma física o virtual de acuerdo con una normativa legal del país que lo avala y los últimos años el mercado financiero ha tenido una evolución muy rápida hacía activos virtuales como criptomonedas que avanzan tan rápido que compiten con la creación de su marco legal on line que aún parece no estar definido al 100%.
En cualquiera de sus formas, quien tiene una mejor relación con el dinero, tiene una mayor probabilidad de generar riqueza financiera y también en muchos casos calidad de vida si es que sabe utilizar el dinero.
Entender cómo utilizar de manera efectiva el dinero, en ocasiones, no es percibido por muchas personas que lo ven como un simple metal, y olvidan que detrás de esa herramienta hay una energía circulante muy poderosa que se basa en el agradecimiento del dar y recibir cada vez que pagamos o nos pagan. Para más información sobre ello pueden revisar el libro Money Happy de Ken Honda, quien entrevistó a muchos multimillonarios para entender cómo ellos se relacionaban con el dinero.
¿Qué sucede cuando una persona aún no ha madurado en la gestión del dinero?
Suceden muchas cosas, por ejemplo:
- Confunden un gasto o con una inversión.
- Generan pasivos en vez de activos que generen ingresos y sean estos ingresos financieros los que luego puedan pagar pasivos financieros generados proporcionalmente al nivel de ingresos pasivos.
- Adquieren un préstamo bajo condiciones poco favorables que generan intereses altísimos.
- Al no ser ordenados financieramente incumplen los pagos de forma oportuna lo que genera un mayor costo financiero.
- Adquieren deuda en tarjeta de crédito que no pueden pagar por el exceso de consumo o por la mala administración de sus pagos.
- Por malas experiencias con el dinero comienzan a ver como enemigas a las tarjetas de crédito o a la deuda, cuando en realidad si uno sabe gestionar el dinero puede obtener un apalancamiento financiero efectivo que le permita avanzar más rápido y de manera más sostenible.
La pregunta clave es ¿Dónde se crearon esas creencias negativas sobre el dinero? ¿Es posible derribar esas creencias que limitan el potencial personal, profesional y emprendedor?
Estudios de Programación neurolingüística los últimos años han demostrado que se puede retroceder en la experiencia a través de técnicas avanzadas y darle un nuevo significado a eventos que marcaron a las personas de forma negativa, de esta manera se puede reemplazar una creencia limitante por una potenciadora para así comenzar a trabajar en conductas positivas, crear hábitos y fortalecer competencias relacionadas al desarrollo de negocios y gestión del dinero.
Hacer el cambio
¿Todos podemos hacer este cambio? La respuesta es si y no. Es no cuando una persona no quiere hacerlo, pero es sí si una persona quiere, cree y da el primer paso con compromiso para lograr su transformación.
Si deseas profundizar en el tema de tu relación con el dinero puedes asistir a sesiones de Coaching personal, profesional o de Constelaciones, en esta última podrías revisar inclusive si existe algún tipo de intrincación que impide que llegue la abundancia financiera a tu vida, no necesariamente generada por ti, sino por algún antecesor; pero si eres más pragmático serás consciente que tus pensamientos generan conductas y estas moldean hábitos y estos afectan el resultado de tus objetivos y por ello las sesiones de coaching personal y profesional te pueden ayudar mucho.
Muchas personas teniendo mucho más dinero que otras están acostumbradas a pensar en la escasez, y muchas personas que no tienen dinero no quieren tenerlo porque creen que eso les traerá problemas. En ambos casos existe creencias que limitan una buena relación con el dinero.
En ocasiones hay personas que sí están esforzándose por crear una buena relación con el dinero, pero debido a que están más enfocadas en el resultado que en el proceso, la angustia, desesperación, preocupación, les juega en contra y terminan rápidamente nuevamente en la frustración.
Ahora imagina que tú, así como eres un empresario de tu hogar, también eres empresario de una empresa, al final viene a ser casi lo mismo, porque tu responsabilidad para que tu familia o tu empresa tengan permanencia en el tiempo se basa en enfocarte en desarrollar en cada uno de los miembros o colaboradores una buena educación sobre el dinero y para ello es importante el Coaching enfocado en gestionar el dinero.
Imagina que gracias a una buena educación sobre el dinero y el desarrollo de competencias los integrantes de tu empresa y tus familiares aseguran su estilo de vida ganando suficiente dinero para generar inversiones e ingresos pasivos circulantes que les permita estabilidad emocional, financiera y social y con ello potencian su creatividad para nuevos proyectos colaborativos y de generación de riqueza dentro de tu empresa. ¿Te das cuenta del valor que puedes generar para tu empresa pensar de esa manera?
Tu como empresario te ves beneficiado en tener un equipo altamente educado, con una cultura empresarial que sea sostenible y responsable. No solamente tus clientes internos son tus empleados sino todas las personas de esa familia y el círculo de influencia podría estar lleno de potenciales clientes internos.
Esto suena maravilloso, pero ¿realmente es posible? Si y No. Esto dependerá de la visión y la cultura que tenga la empresa.
No es posible | Si es posible |
-La empresa se enfoca únicamente en la rentabilidad financiera, descuidando una política de Capital Humano que incluya la gestión de la felicidad y el desarrollo del potencial. -Se desarrolla una estrategia de corto plazo, con una perspectiva de ciclo de vida de una o dos generaciones. | -La empresa tiene una visión holística basada en una estrategia global, donde tanto los temas financieros como humanos son prioridad dentro de la empresa. -Se desarrolla una estrategia de largo plazo, se apuesta por la longevidad organizacional de generación en generación y con la puesta en marcha del Gobierno Corporativo como uno de los pilares. |
Dicho esto, sabemos que la estrategia es vital y que detrás de toda estrategia existe una mente creadora, solo es posible si la mente que crea también es lo que crea.
Una mente que crea es porque es, no puedes dar lo que no tienes, si quieres desarrollar competencias en otras personas primero tú debes tener estas competencias, y para crear competencias en las personas de tu empresa o tus familiares es cuestión de ejemplo y profesionalismo.
El desarrollo de competencias pasa por 4 fases:
Inconscientemente Incompetente
En la primera fase las personas no son conscientes que les falta las competencias, ni siquiera se les ha pasado por la cabeza evaluar eso y por consiguiente viven en la ignorancia. No saben porqué cometen los errores, el dinero entra y sale, las deudas llegan y se acumulan, no entienden porqué nunca llegan a fin de mes, no entienden porque nunca pueden ahorrar, no saben cuáles son sus gastos regulares ni sus gastos más grandes, no tienen una programación de cuentas, no tienen un cronograma de pagos ni saben cómo hacerlo, no saben qué es invertir, menos dónde invertir, no conocen las tasas que paga el mercado y menos las que les cobran las entidades financieras.
Conscientemente Incompetente
En esta fase la persona toma consciencia de lo anteriormente mencionado, pero no tiene la competencia para solucionarlo así que en la persona está la oportunidad de buscar una solución, algún recurso para atender esto, es en esta fase que la persona comienza a dimensionar el problema y ver qué tanto le está afectando a ella misma y a su círculo más íntimo, inclusive se vuelve más consciente de la repercusión de este aspecto en relación a sus relaciones con otras personas de su entorno.
Conscientemente competente
En esta fase la persona es consciente que está desarrollando la competencia de gestionar bien su dinero, pero al ser consciente necesita foco, concentración, esfuerzo y esto le genera un mayor consumo de energía. La persona debe implantar hábitos, metodologías, gestionar de manera efectiva herramientas, tecnología, terminología, horarios, agendas y esto hace que el esfuerzo y el consumo de energía sea mayor. Es importante que mantenga un propósito claro y firme para que no llegue a agotarse y si al final se agota sea el propósito quien lo sostenga y no le permita claudicar.
Cada persona tiene una curva de aprendizaje diferente pero mucho tiene que ver la actitud para afrontar los cambios y como vemos las cosas, ¡si vemos las cosas como problemas serán problemas, si vemos las cosas como retos serán retos, es una gran diferencia!
Inconscientemente competente
Cuando la persona llega a esta fase podríamos decir que las competencias para gestionar su dinero y crear nuevo dinero ya está implantada en el subconsciente, la persona hace sin pensar, fluye, consume menos energía, la energía que consume ahora es para crear mejoras, cosas nuevas, nuevos métodos para hacer mejor las cosas.
La clave es llegar a esta fase generando anclas que permitan no volver a retroceder, mecanismos automatizados que programen su mente para pensar de una manera exitosa al gestionar y crear dinero.
¿Dónde está el desafío para crear una empresa con personas que sepan gestionar y crear dinero?
El desafío más grande es cuando el líder de la empresa es inconscientemente incompetente y no escucha ni entiende el mínimo beneficio de migrar hacia una cultura enfocada en potenciar estas competencias en sus colaboradores.
Constantemente veo a profesionales que creen que crear una competencia es como aprender un curso nuevo y claramente no es así, la competencia se desarrolla en el tiempo a través del autoconocimiento, reflexión, conocimiento y práctica, hasta que se haya adherido internamente en el ser.
Cuando un empleado tiene adherida esta competencia puede ser mucho más efectivo en su proceso de venta hacia sus clientes, puede ofrecer el producto o servicio que el cliente más necesita, educar al cliente sobre el buen uso de cada uno de los atributos del producto o servicio y sobre su responsabilidad y cumplimiento.
Al final vemos que si se trabaja en el desarrollo de las competencias de gestión del dinero a nivel interno esto tiene repercusiones significativas positivas en muchas áreas colaterales de la empresa y generan una mayor efectividad a todo nivel.
¿Por dónde comenzar?
Seguramente usted como líder de empresa se está preguntando ¿Por dónde comenzar?
Aquí podemos darle algunas recomendaciones que podrían ayudarle en este camino:
- Genere una estrategia ligada a una cultura organizacional de largo plazo donde el eje principal de la empresa sea la rentabilidad ligada al capital humano. Esto creará sostenibilidad en el tiempo.
- Genere un ambiente de confianza con sus colaboradores para saber cómo manejan sus finanzas personales y cómo la empresa puede capacitarlos y/o ayudarlos.
- Implemente programas de Coaching Ejecutivo para poder reforzar competencias en los colaboradores respecto a temas de administración del tiempo y del dinero.
- Implemente metodologías ágiles y Coaching de Equipos para fortalecer equipos de alto desempeño y generar mayor confianza.
- Implemente talleres de gestión del dinero para conocer herramientas prácticas para una mayor efectividad en el uso de los recursos personales.
Hoy hay mucha información en la red, uno de los grandes problemas es que ésta en ocasiones no es completa o no es profesional, así mismo es un gran error pensar que el conocimiento por sí mismo puede generar el aprendizaje de una competencia. El desarrollo de una competencia pasa por 4 fases:
Claramente se necesita un acompañamiento especializado en este camino de transformación y desarrollo de cada persona, de todo el equipo y de la cultura organizacional.
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