Recesión, crisis bursátil, alto riesgo en el rendimiento de los bonos, incertidumbre, inflación, inconsistencia en las cuentas fiscales y externas, entre otros indicadores a la baja, es lo que vislumbra para el 2023 el economista Juan José Marthans.
«Siempre he sido un economista optimista, pero ahora no puedo mentir. El entorno económico financiero global para las microfinanzas es hoy día más incierto que nunca», reconoció Juan José Marthans León, presidente ejecutivo de Globokas Perú, durante su intervención en el Congreso Internacional de Microfinanzas (CIM) 2022, realizado en Vichayito (Piura).
Ante una evolución reciente, compleja y sui generis de la inflación, en la que convergen varios elementos; el Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que en sus últimas proyecciones globales para el 2023 la tasa de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) se retrae; mientras que, por otro lado, se diluye la colocación de productos en el mercado internacional.
Por ende, empieza a constituirse un entorno nada favorable, especialmente para el sector microfinanciero, por lo que, frente a esta inflación y desaceleración, los bancos centrales de todo el mundo responden al unísono y elevan las tasas de referencia, elevan la estructura de la tasa de interés, redimen las demandas, además de retraer el crédito.
Mercado bursátil
En todo este contexto, el exjefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y exdirector del Banco Central de Reserva (BCR), considera que habrá secuelas en las variaciones de los mercados bursátiles del mundo y en el rendimiento de los bonos, que son señales para el 2023 de una posible recesión, por lo que el mundo va a estar desacelerándose más de lo que se desaceleró este año.
Según Marthans, «pasamos de un mercado bursátil sobrecomprado a uno sobrevendido, por tanto, las acciones empiezan a caer mundialmente y se generan pérdidas», pero advirtió que esta crisis bursátil se acentúa con la desaceleración fuerte del próximo año, y más si se da una recesión abierta, por tiempo indeterminado, en el orbe.
Con respecto al rendimiento de los bonos, que marcan una lógica en función del tiempo y del riesgo, Marthans León destacó un hecho peculiar: «A largo plazo es natural que por incertidumbre la tasa de interés que se marque en el mercado sea superior a la del corto plazo, así como también es normal que me redima más, un cupón de un bono de 10 años que uno de 3 o 2; pero ahora se está suscitando una tendencia a la inversa», señaló.
Esto sucede porque, «sí la tasa de interés era el reflejo de riesgo, entonces lo que señala está inversión de la tasa de rendimiento norteamericana, en términos de bonos, es que el mercado estadounidense observa en el corto plazo más riesgo que hasta el largo plazo, por tanto, ese es otro indicador sintomático en el comportamiento de la economía de los Estados Unidos y del mundo de que se avecina una recesión».
Inflación
Durante su exposición en el CIM 2022, organizado por la Federación de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC) y la Caja Municipal de Sullana, Marthans se refirió a la inflación diciendo que, si bien los precios están tendiendo a bajar, la pregunta es si estas reducciones serán suficientes y sostenibles en el tiempo.
En el ámbito mundial, el incremento de precios tuvo un factor extra: la guerra Rusia-Ucrania, que se sumó a la crisis de la cadena de suministros, la crisis energética acentuada (gas y petróleo) y la alimentaria (granos); pero ahora tienden a normalizarse los precios e incluso la inflación en los, que estaba en 9,1% bajó a 8,2%, y el mercado se siente satisfecho.
«Pero la cuestión es saber si seguirá está suerte de tónica o si la bolsa va a colapsar más o si la recesión se va a acentuar o si se equivoca la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central de Europa (BCE) en la dirección e intensidad de su política antiinflacionaria. Tal vez podríamos tener un proceso de estanflación», se preguntó el también presidente ejecutivo de GlobalSec.
«El problema no es solo suministros, sino también es demanda, debido a que los activos han crecido sustancialmente y, no solamente eso, el desempleo en Estados Unidos alcanzó el 11% o 12% y ahora está en 3,7%, acompañado de incrementos salariales importantes. Por ende, eso preocupa a la estructura de costos del frente corporativo norteamericano, sobre todo en ciertos segmentos de servicios; y no puede bajar la inflación», añadió.
No es la excepción
«En el ámbito internacional es una incertidumbre y un reto para el año 2023, y para Perú no es una excepción. La perspectiva es difícil por lo que hay que prepararse. Los segmentos de riesgo del sector microfinanciero peruano van a tener que estar muy unidos y atentos al qué hacer y a qué recomendar para la política de crédito«, subrayó.
También pidió «no alimentar una recesión en el frente emprendedor ni en el microempresarial. Ni tampoco deteriorar la calidad del crédito, por lo que las Cajas Municipales y afines van a tener que jugar en dos posiciones extremas».
Dijo que «han bajado los detonantes de la inflación, pero eso no está reflejado en el Perú como resultado; caen los precios internacionales y la inflación en Perú no cae al mismo ritmo».
La cosa no va a ser fácil en términos de orientación para el 2023. «Estados Unidos al subir su tasa de interés, hará que Perú replique lo mismo; pero si el BCR demora un poco, entonces los capitales del Perú van a irse a Nueva York, y al irse a Nueva York el factor dólar se hace escaso en el mercado interno, al hacerse escaso sube más el tipo de cambio, al subir más el tipo de cambio la posibilidad de generar una secuencia razonable en términos de reducción del proceso inflacionario se pone en tela de juicio«, comentó Marthans.
Solidez macroeconómica
Un tercer aspecto es la solidez de las cuentas fiscales y externas del Perú. Advirtió que dicha solidez se va a perder el próximo año, «porque los precios internacionales empiezan a caer en una zona muy particular: los minerales, como el cobre, zinc, incluido el oro».
Señaló que, pese a haber una crisis el oro no se cotiza más alto y cae, ya que el dólar se está apreciando, en consecuencia, los grandes capitales dejan de demandar oro. «Mala suerte para Perú, porque siempre ha compensado frente a una coyuntura de pérdida del precio del cobre a través del incremento del precio del oro«, se lamentó.
En ese sentido, consideró que el saldo positivo de la balanza comercial del Perú tenderá a reducirse el presente año y el venidero. “En el Reporte de Inflación de junio, el BCR dijo que el superávit iba a ser de más de US$15.000 millones, pero al caer el precio de los metales, el Reporte de Inflación de septiembre redujo la cifra a US$12.000 millones. Y con tendencia a la baja, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)”.
Sobre las reservas internacionales netas (RIN), advirtió que se han perdido en lo que va del año y después de una década, más de US$3.000 millones y «nadie dice nada e invertimos US$1.000 millones en la Refinería de Talara».
Es notorio la desaceleración de la actividad productiva nacional en los últimos meses, como por ejemplo en la producción de electricidad, cemento, inversión pública e incluso recaudación. Mientras que la tasa de crecimiento anualizada del Perú ya está cayendo al ritmo de 3% y, según los analistas, va a estar en alrededor de 2,5%, lamentó Marthans y no dudó en hacer pública su discrepancia con el optimismo mostrado por el BCR respecto al tema de la inversión, cuya cifra de crecimiento proyectada para este año y el próximo la calificó de «un miserable 1%«.
Con respecto a las proyecciones del PBI 2022 y 2023, dijo que están entre un 2,7 y 2,5%, respectivamente, pero si en dichas proyecciones se deja de considerar las del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y las del BCR, el 2,7% y 2,5% se convierten en 2,5% y 2,3%, en cada caso.
Por eso aconsejó que los planes estratégicos de las Cajas Municipales deben de recomponerse con alguna crudeza: «Es mejor estar vivo durante estos dos años; que ser optimista, y antes que termine el segundo año, estar muerto«, ironizó.
Impacto político
Con respecto a la actividad política y cómo incide en la confianza de los agentes económicos y las inversiones en el aparato productivo nacional, Marthans dijo que «la verdad que en ese ambiente las cosas no son muy halagüeñas».
«La expectativa de la economía por parte de las empresas está hace año y medio en el tramo pesimista, mientras que, por parte de las familias, está más pesimista que nunca», agregó.
«Prueba de ello es que, en el Perú, cada vez que los precios internacionales de los minerales suben la inversión minera sube y eso genera un efecto multiplicador a favor de la economía peruana; pero en los últimos años subieron los precios de los minerales y la inversión se mantuvo estable y eso se llama desconfianza, incertidumbre y desgobierno«, puntualizó.
En otras cifras, el 80% de los peruanos considera que la mitad de los políticos son corruptos, por lo que Marthans resaltó que los números muestran que «frente a un alto nivel de corrupción, menor es el crecimiento del PBI».
Finalmente explicó que, en el sector público no funciona la inversión para compensar la caída de la inversión privada, y amainar el temporal sobre el impacto de la recesión, por una razón simple: «porque institucionalmente somos un desastre y muchas veces no se llega a realizar por ineficiencia y corrupción», concluyó.