El alza del precio de los metales ha contrarrestado el movimiento negativo de las protestas en Perú y otorga sustento a las proyecciones económicas pese a la coyuntura actual, afirma el director de Washington Capital & Dolphin Fund, Washington López, en el siguiente artículo de opinión.
El Perú se ha visto afectado por disturbios continuos desde la destitución y el arresto del expresidente izquierdista Pedro Castillo en diciembre del 2022 luego de que él intentara cerrar ilegalmente el Congreso para impedir su juicio político. Dina Boluarte, la vicepresidenta del Gobierno, se convirtió en la primera mujer presidente y el sexto presidente en los últimos 5 años. Horas antes, el Congreso de la República removía a Castillo de la Presidencia a través del proceso de vacancia por incapacidad moral permanente.
Impacto
Transcurridas seis semanas de protestas, con una semana de tregua por Navidad, las pérdidas económicas se han elevado a S/2.150 millones (unos US$554 millones).
Las regiones más afectadas son las sureñas Cusco, Madre de Dios y Puno, que presentan bloqueos en las carreteras desde diciembre y ya sufren desabastecimiento de combustibles y un elevado precio en los alimentos.
Esto se debe a que las regiones del sur aportan cerca del 15% al Producto Bruto Interno (PBI) del Perú, con un potencial que no está siendo totalmente explotado.
Según la Sociedad Nacional de Industrias (SIN), las regiones que más aportan al PBI son Arequipa, con una participación del 5.5%; y Cusco, con una contribución de 3.4%, ambas regiones destacan en minería.
Por otro lado, un estudio de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) advirtió esta semana de que un millón de puestos de trabajo, que equivalen al 27,8% del empleo formal en Perú, están en riesgo de perderse por las protestas.
La CCL señaló que las pérdidas también se registran en la inversión pública, que cada día equivale a S/71 millones (US$18 millones).
Adicionalmente, la agencia calificadora de riesgo Moody’s cambió este martes la perspectiva de la calificación de riesgo en Perú (Baa1), tanto en moneda local y como extranjera a largo plazo, de estable a negativa, debido a que los conflictos sociales han intensificado las amenazas contra la gobernabilidad y su fortaleza económica.
Finalmente, la inflación del Perú se aceleraría alrededor del 9% a raíz de las protestas y bloquean que ocurren a nivel nacional, el cual alcanzaría niveles máximos en 25 años. Recordemos que los disturbios provocan desabastecimiento, y la menor oferta de alimentos en las ciudades se traducen en mayores precios.
Proyecciones
El ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, ha estimado que, si el conflicto se mantiene, la economía peruana solo crecerá un 2% en el primer trimestre del 2023; pero habría una reactivación como consecuencia de un consenso político, el alza del PBI sería al menos un 3%.
Por su parte, análisis de entidades como BBVA Research, Scotiabank, Credicorp Capital, Macroconsult, Thorne y Asocciates esperan que 2023 cierre con avances de 2,5%, 2,4%, 2,3%, 2,1% y 1,9%, respectivamente.
Asimismo, destacó que en los últimos meses se ha observado un incremento en el precio del cobre y del oro del 10%. Si se consolida este crecimiento y se mantiene de alguna forma, las exportaciones se acelerarán; entonces, la consolidación de los precios altos nos permitirá seguir dinamizando la economía como un motor adicional.
Por otro lado, Perú sigue destacando en el ranking mundial de producción y reservas mineras. Precisó que en la actualidad Perú es el segundo productor mundial de cobre, plata y zinc; el cuarto productor mundial de plomo y molibdeno; y del octavo productor mundial de oro.
En conclusión, con lo mencionado anteriormente, la economía peruana ni el tipo de cambio, se ven afectados en el corto plazo por el impacto de las protestas ni la crisis política–social, ya que la suba del precio de los metales ha contrarrestado el movimiento negativo y otorga sustento a las proyecciones económicas pese a la coyuntura actual.
Sin embargo, el escenario puede contrarrestarse si las variables macroeconómicas empiezan a impactar negativamente a la economía peruana, y para ello mencionaremos las siguientes variables que detectamos como riesgo.
En una coyuntura en la que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos continúe subiendo las tasas de interés, este efecto fortalece al dólar y le quita valor al oro, por lo que los metales podrían retroceder y cotizar en los mimos precios que el 2022.
Además, continuar con una política contractiva agresiva podría generar una profunda recesión en la economía estadounidense, impactando negativamente en los mercados emergentes.
Por lo que recomendamos a nuestros líderes, solucionar cuanto antes los conflictos internos sociales, ya que el mundo atraviesa conflictos de alto riesgo e impacto que pueden estallar este 2023.