EL LIDERAZGO ES PROACTIVO

Escrito por César Martinez. Publicado en Octubre 2018

LEYENDA: El autor es periodista especializado en Economía y consultor en temas de Liderazgo y Educación Emprendedora del Instituto FINANPOS. Tiene más de mil artículos publicados sobre diversos temas de su especialidad. 
© Diario CERTEZA

Por César Sánchez Martínez / LIMA

El liderazgo es proactivo en todo el sentido de la palabra. He escuchado que hay liderazgos negativos, pero creo que no se ajusta a la naturaleza de la palabra. Intrínsicamente, el liderazgo es siempre proactivo y si es todo lo contrario, no es liderazgo. Podemos llamarle hasta malas influencias, pero no liderazgo.

Ser líder no implica ser una persona excepcional con habilidades extraordinarias, casi extraterrestre. El liderazgo se aprende. No se nace excepcional. Pueda ser que una persona tenga desde pequeño ciertas habilidades que su entorno lo ha reforzado, pero siempre será un aprendizaje.

Un niño puede crecer escuchando música clásica y haber sido matriculado en cursos de piano, clarinete, saxofón y guitarra. Es muy probable que desarrolle ciertas habilidades para la música y cuando sea mayor, se convierta en un virtuoso de la música. Esas son habilidades, pero el liderazgo está ligado a ciertas virtudes que están en nuestra vida y se manifiestan frente a las distintas situaciones en la que nos encontraremos.

Es casi la actitud frente a las diversas situaciones que la vida nos plantea, pero siempre dentro del marco de la proactividad. Frente a un problema un líder ve la forma de salir adelante y no se amilana ante los hechos. Todos tenemos problemas y será la actitud frente a ellos donde se ve al líder. Una persona que fácilmente se debilita o cae ante las situaciones adversas, aún no sabe cómo tratar con la vida misma.

La proactividad también supone tomar la iniciativa. Pueda que no haya problema, pero el líder siempre buscará dar lo mejor de sí. Toda persona tiene mucho por dar y aportar. Nunca dejemos que otros decidan por nosotros. Tomemos la iniciativa y sigamos adelante, de acuerdo con nuestra capacidad, entendimiento y visión. El fracaso de otros no necesariamente deberá ser el nuestro. Donde otros fracasaron, no significa que no podemos. Cada cual es libre de ataduras y dueño de sus actos.

Mucho dependerá de nuestra actitud. ¿Con que actitud hacemos las cosas? ¿Cuál debe ser nuestra conducta frente a la adversidad? ¿Estamos en condiciones de salir adelante? Puede haber más interrogantes, pero la actitud frente a todas ellas determinará el triunfo o derrota, el éxito o fracaso, el llegar a la meta o el casi, casi.

Nunca olvidemos que cada uno es distinto y no todos actúan igual o de manera mecánica. Existen muchos factores cuando se tiene que tomar una decisión, muchos de ellos provienen o han sido formados en la niñez. La actitud determinará muchas veces el resultado. Algunos fracasan donde otros tuvieron éxitos. Otros caen donde ante eran vencedores. Las cosas cambian y cada día se transforman. Todo está en constante cambio.

Un cambio generalmente debe ser para bien, pero no siempre es así. Muchas veces, un cambio, dependiendo quién lo haga, puede tornarse negativo. También dependerá también de la madurez de la persona.

Conocí a cierto esposo que decidió congregar en una comunidad religiosa que lo único que generó fue un atraso para él y su familia llevó la peor parte. El grupo religioso, no bíblico, afectó tanto a la esposa que ella perdió su visión emprendedora para los negocios y sus hijos quedaron como limitados sin lograr decidir por ellos mismos. Mientras que el esposo que fue el causante de la situación terminó con visiones o sueños radicales que lo único que hicieron fue convertirlo en un religioso a ultranza. Ellos tenían una visión emprendedora para los negocios, pero todo se perdió en el camino. La inmadurez muchas veces conduce a la decepción y al fracaso.

Hay una gran diferencia entre proactividad y proclividad. La proactividad siempre es positiva, mientras que la otra palabra, tiene una carga negativa. Una persona puede ser proclive a las drogas, a la mentira, a tomar lo ajeno, a murmurar, etc. La proactividad hace todo lo contrario porque su objetivo es beneficiar a la persona. Por eso se afirma que el liderazgo es proactivo.

En los negocios ocurre también lo mismo. El líder ve en cada problema una excelente oportunidad de superación y crecimiento. La clásica pregunta frente al vaso con agua: ¿Está medio lleno o medio vacío? Todos saben que el vaso sólo contiene la mitad de agua y la misma cantidad, pero quien ve el vaso medio lleno es muy probable que logre metas, mientras que aquellos que lo vieron medio vació se hayan quedado un poco. Nuevamente sale a relucir el problema de actitud.

La actitud también tiene un componente de experiencia. Cuando un líder tiene disposición por algo, definitivamente le irá bien, porque sabe que, por su experiencia, las cosas salen mejor con una buena actitud. Sabe combinar visión, experiencia y conocimiento.

La próxima vez que esté frente a un problema, medite sobre ello y vea la forma de resolverlo, si es posible con reflexión y meditación. Hacer las cosas apresuradas nos puede llegar a cometer equivocaciones.